TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Fueron 26 equipos de fútbol, 27 temporadas, múltiples golazos y tardes-noches inolvidables de fútbol puro que nos regaló el último gran ‘10’ que tuvo la Selección de Honduras: Julio César “Rambo” de León.
El exfutbolista de la Serie A de Italia ha confirmado en una entrevista con EL HERALDO su retiro definitivo del fútbol. El porteño ha tomado la determinación de entregarle su tiempo completo a su Academia en Puerto Cortés, donde promete pulir las nuevas joyas del balompié nacional.
A sus 43 años de edad el ahora técnico de fútbol se despide del fútbol profesional jugando con el Atlético Júnior de El Negrito, Yoro, de la Liga de Ascenso de Honduras, el cual fue su club número 26 en su haber, siendo así el futbolista hondureño con más equipos en su haber deportivo.
“Ya me aburrí... me aburrí de entrenamientos de ciertos entrenadores aburridos, tristes, con todo respeto, algunas canchas malitas y sinceramente es difícil. Hay muchos chicos que sufren bastante eso y máximo cuando no tienen lo que estamos haciendo acá, una categoría académica, un proceso de ciertos años a donde ciertos conceptos que queres hacer con ellos”, confirma el exjugador.
“Tienes que tener al menos un mes completo con los muchachos porque no captan muchas cosas. Ciertos entrenadores son tan malas personas. Esa envidia y egoísmo es complicado, más cuando se trata del propio hondureño. Son personas que al futbol le quitan porque no están ni para dar, le quitan esa alegría con la que uno quiere entrenar”, afirma el Rambo de León y la raíz de su decisión de abandonar las canchas.
Rambo, quien debutó en 1996 como profesional a los 16 años de edad, se mostró agradecido con su último club Atlético Júnior, quien le dio la oportunidad de agrandar su historia como futbolista y donde dio sus últimas pinceladas como futbolista.
“Agradecido con ellos, siempre me gustó entrenar al máximo, dar lo mejor de sí y con alegría, pero hay entrenadores que lo que hacen es matarte esos ánimos, el caso mío no, porque a mí no me interesan un carajo ellos, a mí ni mis hijos me matan el ánimo”, adujo el ‘10’.
“Yo soy feliz desde que tengo vida y amanezco y más cuando veo a mis hijos y a mi mi mujer, soy feliz de la vida. Esto es de disfrutar la vida y de ver cómo humildemente damos de corazón nuestro aprendizaje y conocimiento, cosa que otros exjugadores no quieren hacerlo. Damos el máximo para estos chicos que puedan crecer e irse, que esa es la finalidad de la academia”.
Su nueva faceta
¿Con qué te quedas de tu carrera?, le consultamos. “No me quedo con nada, di todo lo que aprendí, lo que me enseñaron, lo que desarrollé mentalmente, lo que intenté dar al fútbol, a mis compañeros, al entrenador, y me divertí, di todo de corazón. Demostré ser mejor que muchos otros jugadores de mundiales y de otra nacionalidades, demostré que en Honduras hay mucha capacidad todavía”.
“Hay personas que cuentan con nosotros, no pasando por la mano de nosotros, lastimosamente la gente afuera duda cuando le mandan un hondureño y preguntan quién fue su entrenador, entonces, eso es lo que queremos, que los chicos que pasen por nuestras manos sepan aquellas personas que tengan un peso de quién los entrenó, es muy importante y en el fútbol es así”, advierte León Dailey.
“No es lo mismo que te entrene Gabriel Milito, un legendario, a que te entrene una persona desconocida que te mande para Europa. Ahí las barras cuentan mucho”, remató.
Y es que no por nada muchos le decían ‘El Rambo de la Gente’, en su adiós del fútbol se acordó de la afición hondureña que siempre le demostró su cariño en cada estadio que pisó. No olvidó cada aplauso ni cada aliento que le dieron.
“Di todo al fútbol, pero sabes con qué me quedo. Con las imágenes de cada hondureño que se desveló, aguantó hambre, dejó sus familias, aguantó zancudos y hormigas por ir al estadio a aplaudirle a uno, con esas imágenes me quedo de que festejaban con todo el amor del mundo y al día siguiente iban a trabajar con el mayor de los entusiasmos, pero trabajas siendo felices viendo a sus jugadores preferidos”, afirma.
Y añade: “Con eso me quedo, con la máxima expresión que tiene el catracho de celebrar, abrazarse, aunque estemos peleados y hiedas o andes hediondo, pero igual yo me abrazo con vos porque es un gol lindo, esas son cositas que el futbol hondureño te da”.
No se considera el mejor 10 de la H
A pesar de ser claramente uno de los mejores ‘10’ y tirados de lanzamiento libre en Honduras, Rambo de León se mostró muy cauto y al consultárselo, respondió. “No, yo simplemente fui un servidor que di lo mejor y me dediqué a demostrar que fui mejor que muchos otros mundialistas emblemáticos a nivel mundial, disfruté decirles ‘soy hondureño, no brasileño ni argentino, soy hondureño’.
¿Eso representaba un orgullo para usted?, se le preguntó. “Claro, es un orgullo para mí. Me decían ‘vos sos brasileño, o argentino, de dónde sos ché’, yo les decía ‘soy hondureño, centroamericano’. Con mucho orgullo”.
Tampoco dijo ser el mejor pateador de tiros libres en el ruedo nacional. “No, uno de los mejores sí, no el mejor. Aquí han habido tantos otros pateadores, un Amado Guevara que está arriba de mi todavía y encima de él está un Anariba, lateral izquierdo que le pegaba muy bien, tenés también a un Nene Obando, un Alex Pineda Chacón, Nahún Espinoza, yo sé porque vengo de esa vieja escuela y los miraba desde niño”.
“Habían otros como la Montuca Castro que con el tiempo se especializó en pegar porque tiene un cementerio de huesos de todos los que quebró (risas), hay otros arriba de mí y tengo que respetar. Yo lo que hice afuera o donde lo hice siempre lo realicé esforzándome y mejorando mi pegada. Si ustedes me consideran uno de los mejores, bienvenido sea”, dijo con suma humildad a los micrófonos de EL HERALDO.
Le faltó el Mundial
Sin duda que una de las cosas que “Rambo” de León le quedó por cumplir en su carrera como jugador fue disputar un campeonato mundial adulto con Honduras, aunque el mismo exjugador aseguró que no le quedó ese sinsabor, fueron cosas del fútbol y de la vida.
“Fijate que no. Cuando era niño me ilusionaba. Me ponía delante del televisor, teníamos un Goldstar en blanco y negro en la casa y cuando cantaban el himno me paraba y cantaba, me ponía la mano de diferente forma. Siempre ilusioné e imaginé ver la bandera flamear en un Mundial, después si yo jugara o no jugara ya eso es un extra que Dios me pueda dar, pero ver a nuestra bandera en un Mundial ha sido la mejor cosa que me ha pasado en mi vida”, dijo.
Lloró al recordar su debut
“Se me vienen a la mente sus goles contra Guatemala en Estados Unidos, el que le marcó a Colombia y Ecuador en San Pedro Sula y el de México en el Azteca, pero usted ¿con cuál se queda?”, le abordé. “Con Platense, el primer gol que hice en mi vida en Siguatepeque. Me dan hasta ganas de llorar. Me acuerdo que estaba feliz, quería debutar, tenía solamente 16 años”.
“Cuando el técnico me mencionó que iba de titular lloré de la felicidad, grité y dije ‘voy a cumplir mi sueño’. Fue un momento lindo, cuando metí el gol fue algo maravilloso. A mi mamá le prometí que iba a debutar, fue algo maravilloso, ni digamos cuando me tocó en la selección y marqué mi primer gol, eso fue algo único y cuando me tocó estar y representar mi país en un Mundial Sub 20 fue hermoso”, rememoró el exjugador del Reggina, Genova y Parma.
“Rambo” de León podría escribir un libro con las enseñanzas y anécdotas adquiridas con la ‘H’ en el pecho, pero algunas de ellas nunca las olvidará. “Ver los chicos celebrar cuando se clasificaron al Mundial, eso fue algo muy lindo, ver que ellos los que estaban ahí hicieron mucho esfuerzo, fue lindo, especial, estar en un Mundial es lo mejor que te puede pasar. Luchen por sus sueños con mucho sacrificio, cúmplanlo porque es lindo representar a su propio país y jugar con pasión”.
—En el Mundial de Sudáfrica, saliste en el primer partido contra Chile y entonó el himno Nacional—, le recordamos. “Estaba a la par de Pery Martínez, el finado, y le dije ‘feo, es lo más lindo que nos puede tocar, cantar el himno, estar acá y ver flamear nuestra bandera’ y me dijo ‘sí feo, es lo que siempre soñé desde niño y ahora que estoy acá no me la creo’ y le dije que se la creyera que era lo más lindo para nuestro país, y ‘si jugas, loco, divertite, no pensés en el resultado porque tenemos capacidad para ganarle a quien sea’, le dije”.
“Siempre estuve para mis compañeros, yo nunca fui de esos que se peleaba con alguien o discutía, debatíamos y todo, pero porque en el fútbol tiene que haber debate y ciertas cosas para poder aprender, vos de mí y yo de vos, eso es lo lindo del fútbol de discutir, futbolísticamente hablando, entre tus compañeros”, dijo el ahora exjugador del fútbol hondureño.