TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En el calendario se marcaba la batalla con la etiqueta de alerta y de peligro para el invicto albo, pero este León es tan supremo que es capaz de pasearse en el clásico, derribar por octava vez seguida a su vecino y echarse las vueltas a la bolsa con cuatro citas de anticipación.
Eso de que Olimpia no tiene rival es una verdad tan grande como sus 24 duelos ligueros sin perder y para muestra ese 3-0 con el que derribó a un Motagua que se vio como boxeador de manos atadas ante el poderío de un equipo que trae de regocijo en regocijo a su fanaticada.
Lo de este domingo fue un día más en la oficina para el olimpismo.
Las gradas del Nacional retumbaron al ritmo de esa sinfonía que ha armado Troglio y que se ve reflejada en ese mediocampo de ensueño.
¿Cómo juegan los enanos?
Gol y pase de Jorge Álvarez, partidazo de Carlitos, cátedra de cañonazos de Edwin y doblete de Pinto.
Jorgito abrió la lataEntre los cuatro borraron a Camellito, Walter, Denis Meléndez y a cualquier revulsivo que intentara sacar Vigevani del banco.
El mano a mano que Edrick le tapó a Auzmendi fue la excusa perfecta para que Olimpia desatara el festival.
Los remates de Benguché, Rodríguez y Maylor maduraron el zarpazo que firmó el mago Álvarez.
Perdió Pereira en la salida y Edwin encontró a su compinche Jorgito, quien con el cajón derecho ratificó su chapa de goleador en partidos grandes: 1-0, al 19.
Motagua era un moribundo y el despiste de Beckeles ante el Pistolero solo sirvió para reactivar al albo de cara a la red.
La confianza merengue es tal que José Mario Pinto es capaz de desafiar su baja estatura para congelar de cabeza al bueno de Rougier (2-0).
Ese golpe al filo del descanso, al 40, fue demasiado castigo para un Ciclón que sufría con toda y su línea de cinco.
Pinto pone la lápida
”Gracias a Dios se dio la oportunidad de meter la cabeza”, decía un Pinto con una humildad que contradecía su picardía.
Esa que tuvo para robarle la cartera a Santos y ponerle la lápida a un Rougier (3-0, al 81) que se alió de los tubos para evitar una goleada apoteósica.
El argentino le quitó el gol al Toro en más de una oportunidad y también a un Garrobo que se topó con el vertical en dos pelotas paradas: tiro libre y de esquina.
La impotencia azul se retrató con las bengalas que obligaron a Melvin Matamoros a parar el juego y a posteriormente terminarlo sin dar un segundo de “chascada”.
Olimpia suma ocho clásicos al hilo ganando, celebró su victoria 105 contra Motagua, no pierde en Liga desde marzo, es líder inamovible con 36 puntos y, con cuatro juegos por disputar, amenaza seriamente su propio récord de 44 unidades. Saluden al intratable Olimpia...