TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Ni un torrencial aguacero y mucho menos la inspiración de una Real Sociedad que llegaba con siete batallas sin tropiezo han sido capaces de hacerle cosquillas a un León que por estos días anda de festín en festín...
Olimpia inició la segunda vuelta como cerró la primera (con un juego pendiente): ganando, gustando y goleando...
Y es que para el equipo de Troglio parece que la asignación no es saber si triunfará, sino por cuánto ganará los partidos. El de este domingo lo ha ganado con un mentiroso 3-0 que pudo incrementarse a cuatro, cinco, seis o más tantos. Así de supremo es este Albo, que borró a su rival y se empapó de fútbol sobre un césped que soportó con ahínco esa increíble cantidad de lluvia que insinuó con la suspensión del combate.
Solo el portero Panchi Reyes, el mismo que regaló el 1-0, evitó que fuera una goleada de escándalo. El cancerbero fue héroe y Villano. Sí, porque su oso provocó el gol de Jerry Bengtson. Salió de paseo de forma infantil para dejarle al Avestruz la puerta vacía para que quedara a 25 goles del récord histórico (196 dianas) de Wilmer Velásquez. Severo castigo, al 35, para un cuidapalos que impidió que Jerry marcara unos tres más y que amenazara más la marca del Matador.
Panchi le sacó un mano a mano a Benguché, desvió un zurdazo de Edwin Rodríguez y le sacó dos increíbles a un Bengtson que se perdió otros dos goles cantados.
Disfrazado de muralla el Panchi, Benguché sacó una pincelada parecida a aquella firmada ante el Atlas al levantar con delicadeza el 2-0 -al 54- ante el achique de Reyes.
Olimpia brindaba un festival que daba para olvidar dos goles anulados por fuera de lugar y para festejar el tercero con la segunda asistencia de Edwin Rodríguez. Su tocayo Solano no falló en el mano a mano, 3-0 al 62, y le bajó el telón al concierto merengue. Son 23 de 27 puntos posibles y mirando muy de lejos a sus perseguidores.
¡Una barbaridad! Superar la marca de los 44 puntos y levantar la corona de forma invicta ya parecen ir perdiendo el membrete de utopía para los olimpistas. ¿Será posible?
