SAN SALVADOR, EL SALVADOR.-Sumida en una profunda preocupación y luciendo bastante consternada logró salir Sandra Argueta, una de los cientos de aficionadas que estaban dentro del estadio Cuscatlán cuando una gran estampida en el sector de sol general generó caos y muerte.
“A mí me tocó levantar a una señora que la estaban aplastando y esa señora se me ha quedado en la cancha, yo tenia abrazada a su hija y allá está la señora muerta”, declaró la acongojada señora al medio salvadoreño La Prensa Gráfica.
De acuerdo con su relato, las autoridades policiales cerraron los portones antes de las 7:00 de la noche y decenas de personas, que tenían sus boletos, se quedaron afuera del coloso.
“No nos han dejado entrar y había un gran número de aficionados. Ellos quieren afición y aquí estábamos, nosotros respondimos. Nos cerraron las puertas, había niños y terceros de edad. Nos tocó botar el portón literalmente para tomar aire, había un montón de gente aglomerada y nos estábamos ahogando”, recordó.
Argueta asegura que ellos le pidieron a los agentes policiales que suspendieran el partido, pero ellos hicieron caso omiso a la petición de los aficionados.
“Yo vine con 20 personas y si me pregunta yo no sé donde están y no me contestan tampoco. Hacemos un llamado a que organicen bien, que pongan cartas en el asunto, hay gente muerta”, agregó
12 personas muertas
“Preliminarmente tenemos un resultado negativo de doce víctimas, nueve que están aquí en el estadio y tres más que se nos ha informado están en diferentes centros hospitalarios” declaró a la prensa el director de la PNC, Mauricio Arriaza.
“El fútbol salvadoreño está de luto”, sostuvo Arriaza sobre la tragedia que en primera instancia había arrojado el saldo de nueve muertos.
A los fallecidos se suman varios aficionados lesionados, “al menos 2 de ellos en condición crítica”, añadió la policía.
Según el cuerpo de seguridad, “las primeras informaciones apuntan a una estampida de aficionados que trató de entrar a ver el partido entre Alianza y FAS”.
El partido fue suspendido mientras los cuerpos de socorro evacuaban a las personas del escenario, en una operación que involucró a centenares de agentes de Policía y efectivos militares.