Almendárez le dijo adiós a la celda donde permaneció recluido por año y medio, desde enero de 2017, cuando se presentó ante las autoridades tras darse cuenta que lo andaban buscando.
'El 23 de enero de 2017 me presenté ante las autoridades porque me dijeron que me andaban buscando y ahí me detuvieron, no fue que me capturaron', recuerda el réferi.
En comunicación con EL HERALDO, Gerson Rolando Almendárez cuenta que ahora lo que le queda es 'seguir la vida', pues no está seguro si podrá volver al arbitraje nacional.
'Aún no he conversado con la gente de la Comisión de Arbitraje, pero claro que me gustaría volver a pitar en Liga Nacional', dijo el hombre de negro.
'El partido que más recuerdo fue el que pité en Tegucigalpa en 2016, Motagua vs Juticalpa, porque me sentí realizado', recuerda el árbitro, quien a partir de este viernes pasa la página de ese amargo capítulo de su vida.
El joven, de 31 años de edad, tiene ocho años de experiencia como árbitro, cinco en Primera División del fútbol hondureño, y no quiere que la historia lo recuerde por haber sido señalado por un delito que no cometió.
'Yo soy inocente y siempre lo dije', aseguró.
A Almendárez se le acusó por el delito de extorsión, pues de acuerdo con las autoridades el joven fue encontrado en poder de sobres blancos, que utilizaba para cobrar el 'impuesto de guerra', aseveraciones que no se pudieron comprobar en juicio, pues el réferi fue puesto en libertad tras ser absuelto de todo cargo, ya que no hubo contundencia en las pruebas.