Tela, Honduras
La ciudad vivió uno de los atardeceres más tristes de la historia. En medio de mucho dolor, lágrimas y tristeza, amigos, familiares y futbolistas le dieron la tarde de este miércoles el último adiós a Juan Carlos García, quien perdió una dura batalla contra la leucemia, que le fue detectada en febrero de 2015.
L os restos del Oso fueron velados en el barrio La Curva, donde se crio. “Te vamos a extrañar mucho”, le dijo entre lágrimas su esposa Fabiola Bonilla, con quien estuvo nueve años casado y tuvo tres hijos.
El féretro recorrió una avenida del barrio donde vio hacerse deportista, curiosamente la cancha donde inició a jugar se encuentra frente al lugar donde su cuerpo fue sepultado; ahí se encontraban unos niños que jugaban fútbol y le rindieron un emotivo tributo a JC, dándole unos aplausos mientras pasaba el ataúd: “Te queremos, Juan Carlos”, se les pudo escuchar.
“Nosotros conocimos a Juan Carlos desde que era un niño, empezamos jugando en esta cancha llamada Dodgers, teníamos entre 12 y 13 años, realmente nos duele su partida, pasamos grandes momentos”, nos decía Marvin Moradel, quien fue compañero de JC en sus inicios.
Postal desgarradora
Llegó el triste momento de la sepultura, el exfutbolista fue despedido en medio de alabanzas y los familiares lanzaron unos globos blancos al cielo en su honor.
Su madre Isidora García no pudo evitar decir unas palabras frente al cuerpo de su querido hijo: “Es un dolor grande, hijo, descansa en paz”, se le escuchó a su progenitora. Una gran cantidad de personas le acompañaron en su última morada.
El exjugador de Marathón, Olimpia, Tenerife de España y Wigan de Inglaterra dejó un gran vacío en Honduras, pero sobre todo en Tela, ahí donde lo recordarán siempre por todos los logros que tuvo a nivel futbolístico, además por su enorme humilde.
JC García se despidió de esta tierra dejando cuatro pequeñines: Kiarah, Fabián, Jahna y John, quienes vieron cómo su padre era sepultado en medio del llanto de los seres más queridos que tuvo en sus 29 años de vida.
