TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La suspensión de las metas fiscales 2020-2021 han generado una serie de opiniones en varios sectores de Honduras.
Expertos consultados por EL HERALDO coinciden que era inevitable tomar esa medida por el Poder Ejecutivo y aprobada por el Congreso Nacional. Los ingresos corrientes se han desplomado por el impacto del coronavirus en la mayoría de sectores productivos, lo que se agudizó con la destrucción del huracán Eta.
Según el Marco Macro Fiscal de Mediano Plazo (MMFMP) de la Secretaría de Finanzas (Sefin), antes del impacto del huracán Eta, la meta de déficit fiscal del Sector Público No Financiero (SPNF) era de -1.8% del PIB para 2020.
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No obstante, el Congreso Nacional activó en mayo pasado la cláusula de excepción de las reglas fiscales de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) mediante Decreto 55-2020 y el déficit se ajustó a -4% del PIB para 2020 y -3% para 2021.
El miércoles anterior, el Poder Legislativo reformó el artículo 2 del Decreto 55-2020 para ajustar de nuevo la meta de déficit fiscal del SPNF a -5% del PIB para 2020 y -4% para 2021.
25,000millones se estimaba la caída de las recaudaciones antes de Eta. |
A partir de 2022 el gobierno debe regresar a las metas plurianuales fiscales, las que deberán ser revisadas por el impacto del covid-19 y del huracán Eta en la economía nacional. Además, la reforma contempló que el techo de la deuda pública será de -55%
del PIB.
Para 2020-2011 el Congreso Nacional autorizó al Poder Ejecutivo contratar hasta 2,500 millones de dólares en concepto de deuda pública.
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Inevitable
Para la expresidenta de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS), Ana Cristina Mejía de Pereira, la suspensión de las reglas fiscales 2020-2021 era inevitable por el aumento del déficit derivado de los gastos del covid-19 y ahora con la reconstrucción de los daños provocados por Eta.
“El gobierno no iba a poder cumplir con la LRF, lo que era predecible al grado que se dejó plasmado en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional”, subraya.
Mejía de Pereira sostiene que el gobierno necesitaba ese espacio fiscal para cubrir los gastos de la pandemia del coronavirus y ahora los derivados de Eta.
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Avizora que lo difícil será volver a los parámetros de la LRF en el 2022 porque será un descenso fuerte bajar el déficit de -5% a -1% del PIB.
La expresidenta de la CNBS sostiene que lograr esa meta tiene dos salidas: reducir el gasto público o aumentar los ingresos tributarios, ruta que deberá ser definida por el gobierno central.
Roldan Duarte, expresidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), dice que era necesario suspender las reglas fiscales plurianuales por el impacto del covid-19 y por los daños del huracán Eta en varios sectores productivos.
Lo anterior ha derivado, continúa, en que los ingresos fiscales no son suficientes para cubrir las necesidades del sector público, lo que hace que el déficit aumente.
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Explica que la LRF prohíbe un incremento del déficit fiscal del SPNF más allá del techo aprobado en las reglas plurianuales y eso requiere la suspensión momentánea de la aplicación de las metas y así pueda registrarse un mayor déficit en el bienio
2020-2021.
Duarte sostiene que “es apropiada esa suspensión que se hizo para esos dos años, lo que se aprobó es una situación excepcional por la crisis que vive el país”.
Sostiene que a partir de 2022 el gobierno deberá sujetarse al cumplimiento de las metas establecidas bajo la LRF para lograr la estabilización de las finanzas públicas.
El expresidente del CHE considera que la única opción que tiene el gobierno para financiar el déficit fiscal es la contratación de más deuda pública, lo que es factible por la disciplina de las finanzas públicas de los últimos años y que abre la posibilidad de acceder a más financiamiento en condiciones favorables como bajas tasas de interés y plazos largos.
Según Duarte, la vigencia del acuerdo con el FMI y la sostenibilidad de la calificación riesgo país permiten al país acceder a fondos de la banca multilateral y al sistema
financiero local.