TEGUCIGALPA
El alza hasta los 11,000 dólares por un bitcoin ha disparado las transacciones de la moneda virtual en el mundo y encienden las alarmas ante una posible burbuja especulativa que se lleve de encuentro a los hondureños que animadamente están invirtiendo en ese mercado.
Si bien, comprar y vender criptomonedas (en este caso el bitcoin) no está regulado ni autorizado en ninguna parte del mundo, es un negocio que está moviendo millones de dólares. Aunque no hay cifras del número de hondureños y valores que se están transando en esta moneda digital, sí se sabe que hay quienes están utilizando la plataforma del sistema financiero local para comprar bitcoins.
¿Y cómo hacen para entrar al mercado? Es fácil. Basta buscar en la web las páginas que invitan a participar en el mismo y en las cuales basta llenar un formulario, identificar al vendedor, depositar el dinero en una cuenta bancaria de “x” banco local y ¡listo!
Sin regulación
El superintendente de Bancos y otras instituciones Financieras, Jorge Antonio Flores, explicó a D&N que este es un mercado que en Honduras, al igual que en el resto del mundo, no está regulado y que aquí no hay instituciones autorizadas para captar fondos destinados a ese mercado.
El funcionario de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) aseguró que no hay instituciones del sistema financiero promoviendo el uso o la adquisición de bitcoin o criptomonedas. “Si alguien postea en un sitio propio o público en cualquier jurisdicción o en una jurisdicción no conocida que en tal banco puede depositar, eso ya es una mecánica de una cuenta particular y privada que abren estas personas para hacer este tipo de operatividad”.
Es decir, apuntó, que las cuentas que se estarían usando para esos fines no son autorizadas por las autoridades competentes ni las mismas instituciones financieras.
“Son cuentas privadas, de personas privadas”, aseguró el funcionario. Aseguró que los bancos, en caso de detectar esta operatividad, están procediendo a cerrar los servicios de ese tipo de transacciones porque se cuidan de no ser utilizadas como plataformas de este tipo de negocios.
“Incluso nos hemos dado cuenta de que los bancos, en su labor de seguimiento y monitoreo de cuentas determinan esta transaccionalidad, optan por no continuar la prestación de servicios a este tipo de cuentahabientes, pero esto es tan evolutivo y cambiante que lo que exige es una mayor rigurosidad de los bancos en este tipo de actividades”, apuntó.
En el caso de Honduras, reconoció, “no tenemos una estadística de cuánto es lo que puede estarse moviendo de dinero de hondureños hacia afuera”, y reiteró su advertencia de que quienes lo hacen es “bajo su propio riesgo”.
¿Casa de cambio?
Hace tres años, una empresa hondureña llamada Mercario anunció que en alianza con Mimetic Markets y la Fundación Eléutera, una compañía con sede en Colorado, EE UU, abriría la primera casa de cambio de bitcoin en Honduras.
Meses después Factom, una startup blockchain estadounidense, estaba “desarrollando un proyecto conjuntamente con el gobierno de Honduras para construir un sistema de registro de títulos de propiedad en la cadena de bloques de bitcoin”.
El CEO de Factom, Peter Kirby, reconocía públicamente que el proyecto “está estancado” por decisión gubernamental.
Los funcionarios de la CNBS aseguraron que no tienen ninguna información de esas empresas ni hay permiso para este tipo de operaciones financieras.
Burbuja financiera
Tras los precios récord alcanzados por el bitcoin esta semana, se han disparado las alarmas.
Los analistas y expertos internacionales advierten que se está frente a una gran burbuja que va a estallar en cualquier momento, llevándose de encuentro a quienes están invirtiendo en un mercado “totalmente” virtual, que nadie regula, en el que nadie se conoce entre sí y las monedas que se transan se guardan en monederos virtuales alojados en la red informática.
A mediados de septiembre anterior, el presidente de JPMorgan, Jamie Dimon, afirmó que el bitcoin es una “estafa” destinada a estallar. Los altibajos del bitcoin despiertan el temor de un desbocamiento especulativo: en su lanzamiento en febrero de 2009, un bitcoin solo valía unos céntimos de dólar.
Pero su éxito también ha llevado a la creación de otras divisas virtuales por los grandes bancos e inversionistas de renombre.
El alza hasta los 11,000 dólares por un bitcoin ha disparado las transacciones de la moneda virtual en el mundo y encienden las alarmas ante una posible burbuja especulativa que se lleve de encuentro a los hondureños que animadamente están invirtiendo en ese mercado.
Si bien, comprar y vender criptomonedas (en este caso el bitcoin) no está regulado ni autorizado en ninguna parte del mundo, es un negocio que está moviendo millones de dólares. Aunque no hay cifras del número de hondureños y valores que se están transando en esta moneda digital, sí se sabe que hay quienes están utilizando la plataforma del sistema financiero local para comprar bitcoins.
¿Y cómo hacen para entrar al mercado? Es fácil. Basta buscar en la web las páginas que invitan a participar en el mismo y en las cuales basta llenar un formulario, identificar al vendedor, depositar el dinero en una cuenta bancaria de “x” banco local y ¡listo!
Sin regulación
El superintendente de Bancos y otras instituciones Financieras, Jorge Antonio Flores, explicó a D&N que este es un mercado que en Honduras, al igual que en el resto del mundo, no está regulado y que aquí no hay instituciones autorizadas para captar fondos destinados a ese mercado.
El funcionario de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) aseguró que no hay instituciones del sistema financiero promoviendo el uso o la adquisición de bitcoin o criptomonedas. “Si alguien postea en un sitio propio o público en cualquier jurisdicción o en una jurisdicción no conocida que en tal banco puede depositar, eso ya es una mecánica de una cuenta particular y privada que abren estas personas para hacer este tipo de operatividad”.
Es decir, apuntó, que las cuentas que se estarían usando para esos fines no son autorizadas por las autoridades competentes ni las mismas instituciones financieras.
“Son cuentas privadas, de personas privadas”, aseguró el funcionario. Aseguró que los bancos, en caso de detectar esta operatividad, están procediendo a cerrar los servicios de ese tipo de transacciones porque se cuidan de no ser utilizadas como plataformas de este tipo de negocios.
“Incluso nos hemos dado cuenta de que los bancos, en su labor de seguimiento y monitoreo de cuentas determinan esta transaccionalidad, optan por no continuar la prestación de servicios a este tipo de cuentahabientes, pero esto es tan evolutivo y cambiante que lo que exige es una mayor rigurosidad de los bancos en este tipo de actividades”, apuntó.
En el caso de Honduras, reconoció, “no tenemos una estadística de cuánto es lo que puede estarse moviendo de dinero de hondureños hacia afuera”, y reiteró su advertencia de que quienes lo hacen es “bajo su propio riesgo”.
¿Casa de cambio?
Hace tres años, una empresa hondureña llamada Mercario anunció que en alianza con Mimetic Markets y la Fundación Eléutera, una compañía con sede en Colorado, EE UU, abriría la primera casa de cambio de bitcoin en Honduras.
Meses después Factom, una startup blockchain estadounidense, estaba “desarrollando un proyecto conjuntamente con el gobierno de Honduras para construir un sistema de registro de títulos de propiedad en la cadena de bloques de bitcoin”.
El CEO de Factom, Peter Kirby, reconocía públicamente que el proyecto “está estancado” por decisión gubernamental.
Los funcionarios de la CNBS aseguraron que no tienen ninguna información de esas empresas ni hay permiso para este tipo de operaciones financieras.
Burbuja financiera
Tras los precios récord alcanzados por el bitcoin esta semana, se han disparado las alarmas.
Los analistas y expertos internacionales advierten que se está frente a una gran burbuja que va a estallar en cualquier momento, llevándose de encuentro a quienes están invirtiendo en un mercado “totalmente” virtual, que nadie regula, en el que nadie se conoce entre sí y las monedas que se transan se guardan en monederos virtuales alojados en la red informática.
A mediados de septiembre anterior, el presidente de JPMorgan, Jamie Dimon, afirmó que el bitcoin es una “estafa” destinada a estallar. Los altibajos del bitcoin despiertan el temor de un desbocamiento especulativo: en su lanzamiento en febrero de 2009, un bitcoin solo valía unos céntimos de dólar.
Pero su éxito también ha llevado a la creación de otras divisas virtuales por los grandes bancos e inversionistas de renombre.