Nació en una remota aldea del departamento de Colón y hoy forma parte del más grande experimento mundial de investigación física.
Él es Josué Molina (37), un docente del área de física-matemática en la universidad de El Zamorano, quien forma parte del experimento LHCb (Large Hadron Collider beauty experiment, por sus siglas en inglés), del Centro Europeo de Investigaciones Nucleares (CERN, por sus siglas en francés), creado para explorar lo que sucedió después del Big Bang o la teoría de la gran explosión que permitió a la materia sobrevivir y construir el universo.
Forma parte del proyecto desde 2009, cuando iniciaron las investigaciones con la toma de datos del LHC, el acelerador de partículas más grande y energético del mundo, un proyecto que consta de cuatro experimentos, cada uno encaminado a responder preguntas fundamentales para la ciencia y la humanidad, una de ellas ¿por qué el universo está hecho de materia y no de antimateria?
Es creador, junto a científicos brasileños, de un método teórico diferente para “medir violación de la simetría CP en un cierto tipo de decaimientos vectoriales, conocido como Supresión B aPV CP asimetría”. Esta violación puede explicar, por ejemplo, por qué existe más materia que antimateria en nuestro iniverso. Sobre sus investigaciones, señaló que “en la vida diaria difícilmente le va a encontrar una aplicación a esto que estamos investigando, pero lo que sale de eso, con toda seguridad sale nueva tecnología, nuevas cuestiones que van a ser utilizadas en la vida cotidiana de aquí a 15 o 20 años”.
Río Arriba
Molina es originario de Río Arriba, un pequeño pueblo del municipio de Trujillo, en el occidental departamento de Colón, donde no había ni luz eléctrica ni agua potable, pero contaba en su casa con una pequeña biblioteca de su padre. Vivía con su abuela, quien era analfabeta, y quien lo matriculó en la escuela unidocente del lugar. Cuando llegó a primer grado ya sabía leer, lo que aprendió con los libros familiares.
Por sus conocimientos, el maestro que lo educaba lo promocionó del primero al sexto grado en el mismo año. Un año después su familia se muda desde Río Arriba a la ciudad de Tocoa, donde su padre decide matricularlo en el tercer grado de la Escuela Paulo Freire y no en el colegio “porque yo estaba muy pequeño”. La secundaria la cursó en el Instituto Froylán Turcios, de la misma ciudad y sus estudios universitarios (ingeniero químico, físico y matemático) en Tegucigalpa. Luego fue a Brasil a cursar su maestría y doctorado en física de partículas.
Molina dijo que su origen no ha sido obstáculo para alcanzar sus éxitos académicos y que más bien ha sido un plus en su carrera. “De hecho, uno se destaca más que un científico europeo o norteamericano, porque nosotros tenemos todas las limitaciones del mundo que cuando llegamos a un nivel de alta exigencia académica, tenemos habilidades exageradas para poder resolver problemas que ellos no tienen (...) porque nosotros desde que salimos de nuestras casas, salimos a defender la vida”.
Físico hondureño destaca entre investigadores nucleares
Josué Molina Rodríguez: es originario de Trujillo, Colón. Ingeniero químico, licenciado en física de la UNAH y de matemáticas en la UPNFM
07.02.2017
Tegucigalpa, Honduras
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