TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Pese a las constantes advertencias de racionamientos de varios sectores, la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE) pretende evitarlos mediante acciones planteadas en el 2023.
Con el uso de motores, instalación de transformadores de potencia hasta el arrendamiento de turbinas son parte de las medidas planteadas a corto plazo y que se concentran en la zona norte y del litoral atlántico.
La mayor incorporación de generación, al igual que potencia firme, se hará en Cortés, Yoro y Santa Bárbara con 170 megavatios para estabilizar el fluido eléctrico y mitigar el déficit energético, verificó EL HERALDO. Para Atlántida y Colón se adicionarían 40 megavatios, mientras que la mitad en Olancho, Copán y Ocotepeque.
La desconexión voluntaria de industrias y maquilas en el Valle de Sula a partir del próximo 1 de marzo se encuentra contemplada. “En total, a nivel nacional se incorporarán 272 megavatios y mediante la desconexión voluntaria se espera reducir la demanda del servicio en 60 megavatios”, subrayó la ENEE en un comunicado.
“Vemos que se trazó una compra de potencia directa que no es oficial y consideramos que la compra de potencia firme con diésel sale cara porque es una emergencia y el país lo necesita”, manifestó a EL HERALDO el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE), Miguel Aguilar.
El exgerente de la estatal eléctrica, Salomón Ordóñez, aseguró que “este es el resultado de varios años de no haber hecho las licitaciones públicas internacionales, lo que hubiera permitido tener capacidad suficiente por encima de los 400 megavatios nuevos y tener a precios competitivos esta capacidad”.