TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En su rostro se reflejaba satisfacción al relatar vivencias de medio siglo atrás cuando degustaba un pan artesanal o una tortilla de venta popular que preservaba su contextura siempre por un módico precio.
Los tiempos cambian y también la realidad comercial, tanto dentro como fuera de las fronteras, donde el costo de la vida es otro, los productos de consumo se encarecen y -sin importar que mantengan su valor- ya no son lo mismo.
A esa conclusión llegó José Suazo, un septuagenario y profesor jubilado que ahora que compra un pan en los recintos donde se comercializa tiene la plena convicción de que le han reducido su tamaño, sale inflado y vacío producto de un mayor uso de levadura para no gastar mucha harina.
“Para el caso, las tortillas deben ofrecerse a 75 centavos de lempira, pero las que elaboran con harina de maíz y en máquina industrial se deshacen en las manos al estar comiendo de lo delgadas que son; para hacer menos el enojo agarro y enrollo dos, aunque no me rindan para el siguiente día”, manifestó a EL HERALDO.
¿Le ha pasado algo similar? ¿Ha notado que hace un tiempo los tradicionales churros, cereales, bebidas u otros productos son rellenados con aire en las presentaciones que ponen a la venta en los distintos establecimientos comerciales?
Cuando a una mercancía se le reduce el tamaño o cantidad con la intención de conservar su costo hasta modificarlo al alza sufre una reduflación, práctica que se remonta a hace varias décadas y con el devenir de los años se ha sistematizado -al igual que sofisticado- en el mundo entero, sin exceptuar Honduras.
En momentos de alta inflación, como la experimentada durante 2022, es más recurrente esta táctica tildada de engañosa, en la que empresas y negocios en vez de incrementar los precios de sus productos optan por disminuir las porciones sin alterar la dimensión de los envases o aspecto.
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El origen
Si bien muchos profesionales no lo comparten, el concepto se le atribuyó a la economista británica Philippa “Pippa” Malmgren, quien fungió como asesora de los expresidentes de los Estados Unidos George W. Bush y Barack Obama, al combinar los términos shrink (encogerse) e inflation (inflación) en la palabra shrinkflation que se intentó traducir como inflación por contracción, pero al final simplemente le llamaron reduflación.
“Hablamos de reduflación cuando un producto reduce su tamaño, su cantidad o el número de unidades que se venden en un mismo envase sin que esa reducción repercuta en una bajada de precio”, subrayó la especialista en su libro denominado “Señales: cómo los signos cotidianos pueden ayudarnos a lidiar con las turbulencias de la economía popular”.
Sin embargo, otros estudiosos en materia económica sostienen que este fenómeno apareció previo a la crisis de la década de los 70, cuando fabricantes encogieron el tamaño de muchos productos.
Hay quienes prefieren decirle desde inflación invisible hasta “prima furtiva” del aumento generalizado de los precios de bienes y servicios que, al no ser transparente, es considerada una estrategia legal empleada para preservar de cierto modo la demanda sin tener que recurrir a una subida de los costos para el consumidor final.
Entorno local
Al cierre del primer semestre de este año la tasa de inflación alcanzó una cifra histórica de 6.57% la acumulada de enero a junio y 10.22% en el caso de la interanual, según reportes del Banco Central de Honduras (BCH).
Para agosto pasado el Índice de Precios al Consumidor (IPC) decreció en 0.03%, luego de 26 meses de alzas consecutivas. En la revisión del Programa Monetario 2022-2023 se proyectó que de 10.30% será la variación interanual de la inflación para el presente período de 12 meses, alcanzando su punto de quiebre a finales del año.
El presidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), Helmis Cárdenas, aseguró a este rotativo que “en las circunstancias que ha estado la economía este año y que continuarían en 2023 esas son inevitablemente estrategias -refiriéndose a la reduflación- que van a buscar los productores y la industria para tratar de sobrevivir; va a ser importante promover la competencia de alguna manera porque eso nos va a ayudar a que ese tipo de ajustes sean por la vía de la reformulación de los productos y que sus precios tengan que ser razonables con los verdaderos costos que tengan las empresas”.
Actualmente la problemática de la economía nacional es inflación por el lado de la oferta y no de la demanda, en la que hay carencia de un dinamismo significativo por el crecimiento de los ingresos, indicó el analista Luis Guifarro.
Mencionó que “se puede apreciar que la libra de frijol ya no es la misma libra y que en general todos los víveres de repente conservan el mismo precio pero la cantidad ofrecida ha disminuido”.
La reduflación llegó para quedarse y aparentar que se le brinda lo mismo a los consumidores cuando la realidad es otra.
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