El robo de combustible en las proximidades de los tres centros de abastecimiento que operan en el país se ha convertido en una creciente amenaza para la industria petrolera de Honduras.
Se estima que los ingresos que obtienen las personas dedicadas a esa actividad ilícita superan los 10 diez dígitos, o sea más de 100 millones de lempiras anuales, de acuerdo con cifras reportadas de manera extraoficial por las empresas dedicadas a la importación y distribución de derivados del petróleo.
El tema ha cobrado interés en los últimos días después que trascendiera la muerte de un conductor de una cisterna por oponerse al pago de peaje o sustracción del producto de parte de bandas criminales dedicadas al robo de combustible en la zona norte.
Derivados
El consumo de gasolinas, diésel y kerosene oscilará entre 25,000 (1,260 millones de dólares) y 30,000 millones de lempiras (1,520 millones de dólares) en el presente año, de acuerdo con estimaciones de la Comisión Administradora del Petróleo (CAP) de la Secretaría de Industria y Comercio (SIC).
Estos tres derivados del petróleo representan un consumo de alrededor de 10 millones de barriles anuales -42 galones por barril-. Además, los impuestos que generarán estos tres refinados se estiman en 6,910 millones de lempiras en el presente año.
Se excluye la importación y distribución de bunker, el que es usado para la generación de energía térmica, así como el gas licuado propano y vehicular.
Robo de combustibles
Un informe privado al que tuvo acceso EL HERALDO deja al descubierto este ilícito que ha venido en auge en los últimos años.
“Desde hace muchos años existen los llamados ‘lateros’ que eran personas de escasos recursos que ‘ordeñaban’ las cisternas de combustible para robarle unos 10 o 15 galones para venderlas localmente”, dice el documento. Agrega que los lateros tuvieron su inicio en Puerto Cortés, cuando la única fuente de suministro en Honduras era la refinería Texaco.
“Hoy, el negocio del robo continuado de combustible de las cisternas está en manos del crimen organizado y las maras. El robo sucede en las tres ciudades donde existen terminales de almacenamiento: Puerto Cortés, Tela y San Lorenzo”, agrega.
El informe revela que las personas o bandas dedicadas a ese ilícito extraen 30 y 40 galones de combustible por cisterna. Cada cisterna transporta 8,000 galones hacia las estaciones de servicio, distribuidas en gasolina superior, regular, diésel y kerosene.
“El robo de combustible puede generar ingresos entre 2,500 y 4,000 lempiras por cisterna, lo que puede variar de acuerdo con el producto robado”, concluye el documento.
Las tres terminales de almacenamiento mueven alrededor de 100 cisternas diarias hacia las estaciones de servicios que operan en todo el territorio nacional, lo que arroja pérdidas para la industria petrolera que oscilan entre 250,000 y 350,000 lempiras al día.