TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La aplicación de subsidios a las tarifas de energía eléctrica y también a los combustibles se ha basado una política de la administración pública de Xiomara Castro, pero analistas cuestionan que no debería estar dentro de la inversión pública.
Desde el 2022 hasta este 2024 han sido destinados 23,439 millones de lempiras para estas subvenciones como parte de los fondos aprobados en los presupuestos de cada ejercicio fiscal, constató EL HERALDO en informes y cifras de la Secretaría de Finanzas (Sefin).
Tres tipos de subsidios en el tema energético están vigentes uno a los abonados de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), que consumen al mes menos o igual a 150 kilovatios hora (también conocido como subsidio 60/40); otro por ajuste a la tarifa y un beneficio para los clientes que se les factura un máximo de 75 kilovatios hora.
Mientras que el Gas Licuado del Petróleo (GLP) de uso doméstico en su presentación de cilindro de 25 libras, el diésel, al igual que la gasolina regular, vienen siendo los carburantes subsidiados por este gobierno.
En 2022, el primer año que se determinó esta medida, que ha sido tildada como populista, los fondos dirigidos a estos subsidios fueron de 1,201.5 millones de lempiras.
Para el 2023, la partida prevista a subvenciones de energía ascendió los 14,646.3 millones de lempiras ante la inestabilidad del mercado del petróleo generada por la guerra entre Rusia y Ucrania.
En el presupuesto de este año, y como parte del Programa de Inversión Pública (PIP), se aprobaron 7,591.2 millones de lempiras para subsidios a combustibles y energía.
Estos beneficios seguirán en vigor en el 2025, por lo que se proyectaron 6,816.6 millones de lempiras, que al sumarse al acumulado de los tres últimos años alcanza 30,255.6 millones de lempiras.
Ejecución
A junio pasado, la Secretaría de Energía (Sen) contabilizó 7,791.2 millones de lempiras para los referidos subsidios, 200 millones más que el monto que había sido presupuestado inicialmente, verificó EL HERALDO en un informe oficial.
La mayor ejecución la reportó el subsidio 60/40, que de 2,160 millones de lempiras ya se había utilizado más de 1,003 millones, equivalente al 46.44%.
De los 200 millones de lempiras asignados al subsidio de 75 kilovatios hora, la ejecución al primer semestre de 2024 avanzaba en 33.78%, es decir, 67.6 millones de lempiras.
En el caso del subsidio de ajuste a la tarifa energética, que se ha mantenido “congelada” desde el cuarto trimestre de 2022, se han gastado 862.7 de 4,800 millones de lempiras, un 17.97%.
Un total de 431.2 millones de lempiras son para la subvención al gas doméstico, de la que se ha desembolsado el 13.85%, el equivalente a más de 59.7 millones.
Al subsidio para los otros combustibles se concedieron 200 millones de lempiras, de los que se ejecutaron 14.5 millones (7.25%) a junio.
No es inversión
Analistas en materia económica consultados por EL HERALDO coincidieron que estos subsidios no deberían de ser considerados como parte de la inversión pública que se ha venido presupuestando en los últimos años.
“Lo que se busca a través del gobierno con los subsidios (a los combustibles) es una medida paliativa, no es una medida que pueda a largo plazo ser sostenible porque no existe de manera presupuestaria colocar una línea de egresos que sea infinita y no se puede todos los años tener esta línea de egresos recurrentemente”, afirmó el economista Ismael Zepeda.
Entretanto, el académico y expresidente del Colegio Hondureño de Economistas (CHE), Julio Raudales, indicó que “los subsidios, si bien es cierto, benefician a una parte de la población, pero hay que asegurarnos que sean las personas más pobres las que se vean favorecidas”.
“Me parece que el gobierno está gastando recursos que pudieran utilizarse en salud y educación para beneficiar a personas que pueden pagar los servicios y lo importante es que se sepa focalizar el gasto público para favorecer a la gente más pobre”, puntualizó.
