El caso de los alumnos de El Paraíso: a mayor grado, peor les va en matemáticas
Los estudiantes no llegan bien preparados a los grados superiores por la falta de especialización docente en básica. La pandemia, el promover de grado y el desinterés de los alumnos son otras causas
La pequeña Diana tratando de resolver una multiplicación de tres cifras. La niña cursa el tercer grado en el centro educativo Gabriela Mistral de Danlí, El Paraíso.
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Dándole vuelta al tapón del marcador que la profesora le había entregado entre sus manos, Diana (nombre ficticio) miraba fijamente a la pizarra evidenciando un rostro de confusión.
Estaba aprendiendo a multiplicar con tres fracciones, por eso había tardado en resolver uno de los 15 problemas que estaban anotados en la pizarra. La docente, quien estaba realizando su práctica profesional de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), no esperó mucho cuando le preguntó al resto de sus alumnos: “¿Cuánto es 4x3?”.
Los niños respondieron, pero Diana -quizás por los nervios- colocó mal los números. La maestra inmediatamente la corrigió, mientras el director del Centro Básico Gabriela Mistral, ubicado en Danlí, El Paraíso, afirmaba que la ordenanza interna de la Secretaría de Educación de promover a los estudiantes reprobados de primero y segundo grado les pasaba factura.
Diana estaba en tercer grado recibiendo una de las clases en la que los escolares de El Paraíso y de todo el país obtuvieron una calificación poco satisfactoria tras las pruebas estandarizadas aplicadas por Educación en 2022 a alumnos de tercero, quinto y octavo grado.
Solo en el departamento de El Paraíso el puntaje en ambas materias fue de 264 (está en la categoría de “debe mejorar”), sin embargo, aparece por encima del promedio nacional (262 puntos).
Este puntaje varía de acuerdo con el municipio, aunque hay lugares donde la situación es preocupante.
La evaluación, plasmada en el informe “Cuánto se dejó de aprender” de Educación y el Instituto de Investigación y Evaluación Educativas y Sociales de la UPNFM, establece una escala de puntuación de 100 a 500, donde la primera cifra representa un resultado insatisfactorio y la última avanzado.
La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus visitó algunas de las escuelas donde se aplicaron estas pruebas en Danlí para conocer los factores que influyeron para que los estudiantes de ese municipio obtuvieran puntajes insatisfactorios.
La Distrital de Educación de Danlí acreditó los resultados a la pandemia del covid-19, ya que -según ellos- los estudiantes mostraron sus debilidades y a los docentes se les hacía difícil explicar algunos temas, especialmente en matemáticas.
Factores que inciden
En el Centro Básico Gabriela Mistral reciben clases unos 815 estudiantes de primero a noveno grado. Tienen al menos un docente por cada sección y, en algunas ocasiones, un profesor para asignaturas especializadas.
Matemáticas y español son las materias que más refuerzan, pues aunque no forman parte del listado de escuelas donde aplicaron las pruebas, sí están en la jurisdicción de Danlí, donde los resultados arrojan que los educandos de tercero, quinto y octavo grado obtuvieron un puntaje que ronda entre los 200 y 299, cuya calificación se traduce en “debe mejorar”.
Por ejemplo, según el informe, los estudiantes de tercer grado obtuvieron 248 puntos en matemáticas, los de quinto grado 204, mientras que los de octavo 210. Estos números evidencian que en Danlí los estudiantes van desmejorando a medida avanzan de grado.
Contrario a lo que ocurrió con las pruebas de español, en las que los estudiantes del tercer grado en Danlí alcanzaron los 272 puntos, pero en quinto y octavo grado la puntuación aumentó a 349 y 376, respectivamente. Es decir, estaban dentro de la categoría “satisfactoria”.
“Cuando se les aplicó esta evaluación (los estudiantes) ya venían de una forma presencial, en donde los alumnos (durante la pandemia) virtualmente ellos se apoyaban en otros materiales porque no se les exigía en el momento, pues como lo hacen presencialmente los docentes, entonces entran a una manera presencial y ellos ven el cambio, pues ven el cambio, ven la debilidad y con estas evaluaciones es por eso que salen bajos en estas dos áreas”, justificó Héctor Orlando Amador Carías, director de la Distrital de Educación en Danlí.
La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus también analizó los puntajes que obtuvieron los estudiantes en el resto de municipios de El Paraíso, donde Teupasenti aparece con el peor rendimiento en español y matemáticas, al menos en el tercer y octavo grado.
Con 191 puntos, en la categoría de “insatisfactorio”, los estudiantes de quinto grado en Morocelí obtuvieron el peor puntaje en matemáticas, mientras que en ese mismo grado, pero en Jacaleapa, los educandos alcanzaron 266 puntos.
En el informe aparece que están en la categoría de “debe mejorar”, aunque en todo el departamento fue el que tuvo los mejores resultados.
Estas cifras revelan un patrón común: algunos municipios aparecen con puntajes bajos en matemáticas, pero sobresalen con los números más altos -pero no los adecuados- en español.
En Jacaleapa, los educandos de quinto grado obtuvieron 390 puntos en español, materia en la que midieron la comprensión lectora de los niños, el vocabulario y los tipos de textos usados durante la clase.
“Siempre hemos tenido esa dificultad en el área de español y matemática, es por ello que nuestras autoridades siempre tratan de darnos a conocer o que participemos en algunos proyectos o programas para reducir esos índices negativos que tenemos”, confió Edwin Amador, director del centro educativo Gabriela Mistral.
Acreditó esas falencias a que las autoridades no supervisan la aplicación de las metodologías en matemáticas, sobre todo para que las clases sean más amigables con los estudiantes.
Afirmó que “las decisiones que a veces toma la Secretaría de Educación cuando se nos hace saber que los niños de primero no pueden reprobarse sino que hasta tercer grado también sería un factor determinante para tener niños con capacidades al 100 cuando ya lleguen a cuarto grado”.
Otro problema que destacó el docente es que los padres de familia no le dan acompañamiento a la formación del estudiante y se trata de “un proceso tripartito”, es decir, maestros, padres y alumnos.
Comentó que en las últimas pruebas aplicadas esa escuela no participó, pero que actualmente los docentes están recibiendo capacitaciones en esas materias por parte de USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, por sus siglas en inglés) y de la Agencia Japonesa de Cooperación Internacional (JICA).
Ambas organizaciones internacionales no solo apoyan a este centro educativo, pues el director de la Distrital de Educación de Danlí aseguró que asesoran a maestros de diferentes escuelas y que entre las observaciones que les han hecho está que muchos docentes no dominan el área de clases que imparten.
“Más que todo en matemáticas, ahí está una debilidad, pero no es que no tienen el conocimiento, sí lo tienen, lo que pasa es que hay que buscarle la metodología en que los compañeros pueden dar las clases”, confió.
Dijo que este problema se ve reflejado en los estudiantes, quienes observan que los profesores no pueden cubrir las necesidades que tienen, sumado a esto, otros no son receptivos al momento de recibir las clases.
Rendimiento a la baja
El informe de Educación y la UPNFM también compara los resultados de las pruebas aplicadas en 2017 con las de 2022, evidenciando que en 12 de los 18 departamentos hubo una baja en los resultados obtenidos en español y matemáticas.
El Paraíso aparece como uno donde el efecto fue menor a nivel nacional, ya que en 2017 obtuvieron 272 puntos en ambas materias, pero para 2022 el puntaje cayó a 264. Hablamos de ocho puntos menos.
Este promedio influyó para que el puntaje nacional también mostrara una diferencia de 17 puntos, ya que en 2017 los estudiantes obtuvieron 279, mientras que en 2022 cayó a 262.
En ambos casos, según los estándares de Educación, se habla de una calificación en la que se sugería a los estudiantes mejorar en español y matemáticas.
Ahora bien, si miramos estos números por materia, El Paraíso obtuvo 226 puntos en matemáticas, ya que el 11% de los estudiantes evaluados sacó una puntuación “satisfactoria”, el 52% “debe mejorar” y el 37% “insatisfactoria”.
En español la puntuación general fue “satisfactoria”, ya que alcanzaron 301. El 12% de los niños tuvo una puntuación “avanzada”, el 40% “satisfactoria”, el 40% “debe mejorar” y el 8% “insatisfactoria”.
Pese a sobresalir en materia lógica verbal, Olga Gaitán, directora del Centro Técnico Vocacional Pedro Nufio, ubicado en Danlí, El Paraíso, aseguró que los estudiantes de ese centro presentan problemas de lecto, de aprendizaje, lectura comprensiva, ortografía y conocimientos generales.
“El niño no le maneja una lectura fluida, comprensiva, que eso es generalizado, no solo lo tienen los estudiantes de este centro educativo”, lamentó.
Mientras decía a EL HERALDO Plus que ese centro educativo sí participó en las pruebas estandarizadas de 2022, confió que el mayor problema se observa en matemáticas, especialmente en los grados en los que aplican conocimientos básicos de aritmética.
“El muchacho, en conclusión, presenta esas problemáticas de base, que quizás no las adquirieron en los niveles anteriores, y no porque no se les enseñó, sino por muchas circunstancias. Entonces eso es un arrastre y se necesitan proyectos más específicos, mallas más específicas”, sugirió.
Agregó que a raíz de estas pruebas cada centro educativo hace planes de mejora para atacar las debilidades y formar al niño, estar pendiente del estudiante y también en contacto con los padres.
Al ser consultada sobre la educación especializada por materia dijo que podría ayudar a que los estudiantes alcancen los conocimientos requeridos, porque “si yo soy profesora de español, qué mejor el aprendizaje que van a adquirir los alumnos, porque estoy dando mi especialidad, mi conocimiento, a diferencia que me pongan alumnos a que yo les dé, por ejemplo, inglés”.
La docente se refirió a los casos de las escuelas unidocentes y bidocentes como parte del problema de desarrollo en el aprendizaje de los estudiantes, porque a veces hay un profesor para seis grados en una misma aula.
Mientras permitía un recorrido por el centro educativo, la docente sugirió una educación personalizada, aunque es difícil cuando un solo docente tiene hasta 50 alumnos, sobre todo cuando la clase es práctica, como suele ser recurrente en ese centro educativo que facilita formación técnica.