TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Las falencias que arrastra el sistema educativo hondureño por décadas, sumada a la pobreza, la migración y los efectos de la pandemia son las causas por las que la matrícula escolar en vez de incrementar vaya descendiendo año con año.
EL HERALDO analizó los datos de la matrícula desde el año 2018 al 2023, proporcionados por la Unidad del Sistema Nacional de Información Educativa de Honduras (Usinieh), y se observa que el país ha venido perdiendo anualmente en promedio más del 2% de la matrícula escolar.
De acuerdo con los datos, en 2018 se registraron un total de 2,108,266 alumnos al sistema, pero en 2019 solo ingresaron 1,966,056, es decir, que hubo una reducción de 52,210 alumnos; la cifra representa un descenso de 2.59%. Para el 2020 la reducción fue de 2.27%, con una matrícula de 1,921,454 alumnos.
El 2021 fue donde se registró el mayor problema debido a los efectos que produjo el covid-19 en el territorio; en ese entonces la población estudiantil bajó hasta un 5%, con un déficit de 96,135 menores.
Para el 2022 con la reapertura de los centros educativos se logró subir un punto porcentual, pasando de una matrícula de 1,825,319 alumnos en 2021 a 1,847,354.
Con el incremento del año pasado, las autoridades vaticinaban que el 2023 seguiría el mismo rumbo, sin embargo, la cifra continuó a la baja. Los datos establecen que hasta el 9 de mayo habían registrados al sistema educativo 1,800,162 estudiantes, es decir, 47,192 menos que el año pasado.
Sin embargo, el ministro de Educación, Daniel Sponda, confía en que la matrícula de este año supere a la del 2022, pues aún hacen falta los alumnos de la modalidad anglosajona (de septiembre a junio), además que la inscripción de alumnos continuará durante el resto del año.
Para algunos expertos, el comportamiento de la matrícula es el reflejo de la falta de estrategias, por lo que consideran que se deben establecer acciones inmediatas y efectivas para que los niños y adolescentes vuelvan.Marlon Escoto, exministro de Educación (2012-2017), señala que para revertir esa tendencia las autoridades deben entregarse a fondo, con campañas agresivas para recuperar a los estudiantes, además se deben devolver los atractivos a las escuelas.
“Atractivos como la merienda escolar, uniformes, cuadernos, mochilas, algo que atraiga a la familia, por que se ha perdido el encanto de la educación por parte de las familias”, dijo.
Situaciones como las condiciones de la infraestructura escolar, la falta de insumos, mobiliario, la ingobernabilidad en el sector que se observa con las protestas por falta de maestros hacen que los padres de familia pierdan la confianza en el sistema público.
Esa desconfianza causa que muchos padres retiren a sus hijos del sistema público y los ingresen a centros educativos privados. “Siempre que entra en ingobernabilidad la escuela pública hay familias que migran a sus hijos a la privada, no porque tengan dinero, sino porque le apuestan a la educación”, apuntó Escoto.
Público y privado
Si bien es cierto que el descenso en la matrícula es a nivel general, al analizar los datos del 2021-2022, cuando se dio el aumento en la matrícula, y compararlos entre el sistema público y el privado se nota que este último registró más estudiantes nuevos.
En ese entonces los centros educativos públicos pasaron de tener 1,555,027 alumnos a 1,556,359; es decir, apenas ingresaron 1,332 alumnos más. Sin embargo, el sistema privado pasó de tener una matrícula de 270,292 estudiantes a tener 290,995; más de 20,000 alumnos ingresaron.
Actualmente el sistema público cuenta con una matrícula de 1,510,299 estudiantes; mientras el sector privado registra 289,863, de acuerdo con los datos del Sistema de Administración de Centros Educativos (SACE).
El presidente de la Federación de Instituciones Educativas Privadas de Honduras (Fenieph), Carlos Sabillón, manifestó que los padres de familia confían más en el sector privado debido a que cumplen con los días de clases.
“El padre de familia valora que en el centro privado se cumplen con todos los días de clases y los horarios, mientras que en el sector público se pierde mucho tiempo”, dijo.Sabillón señaló que el sector privado es el que está dando la cara por el sistema educativo hondureño.
“Los niños que están obteniendo mejores resultados en sus calificaciones, los que obtienen mejores resultados en exámenes de admisión de las universidades, los que prefieren contratar en la empresa privada y el mismo gobierno son alumnos de centros privados, así que nosotros somos los que estamos dando la cara por el sistema educativo”.