Niños y niñas pandemia: vida en medio de la muerte en Honduras
Al menos 165,770 hondureños nacieron en la etapa más crítica del covid-19, de 11 de marzo de 2020 al 11 de marzo del 2021. EL HERALDO Plus conversó con varios padres y madres para conocer cómo fue su proceso
Cristhopher Benjamín Ramos nació vio la luz del mundo en medio de la pandemia
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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Nacieron bajo la amenaza de un virus mortal nunca antes visto en la tierra. Fueron vida en medio de la muerte. Tres años después de la llegada del Covid-19 en Honduras son recordados como los niños y niñas pandemia, guerreros ante la adversidad.
EL HERALDO Plus por medio de cifras obtenidas en el Registro Nacional de las Personas (RNP) muestra la cantidad de niños y niñas que nacieron en 18 departamentos de Honduras durante el periodo más agresivo del Covid-19.
Como protagonistas de sus historias se recopiló los testimonios de algunos de los padres de familia de estos bebés, que expresaron la incertidumbre, miedo, alegría que vivieron en el proceso de esperar a sus amados hijos durante la pandemia del Covid-19 en Honduras.
Tres años después, sus testimonios son recuerdos, historias que contar, experiencias por compartir con sus pequeños que avanzan en este camino llamado vida.
Recuerdos marcados
En Honduras, entre el periodo de marzo del 2020 a marzo del 2021 -considerado el más agresivo de la pandemia por la presencia del covid-19- nacieron un total de 165,770 niños y niñas en el territorio nacional.
El dato oficial del RNP evidenció que de los nacimientos, 81.171 fueron niñas y 84,599 niños. Todos los municipios del país reportaron inscripciones de nuevos hondureños para un promedio de 452 inscripciones al día.
Tegucigalpa marcó la pauta con 16,609 nacimientos, San Pedro Sula en segundo lugar reportó 12,384 y Danlí 4,253 para formar el top tren. Entre estos nuevos hondureños estuvo Cristhopher Benjamín Ramos, quien vio la luz del mundo el pasado 24 de enero de 2021.
Concebido apenas dos meses después de que el covid-19 llegara a Honduras, su presencia en el vientre de su madre causó un impacto en su familia, quienes entre la alegría de la noticia y la incertidumbre por el virus iniciaron un proceso diferente -es el menor de tres hermanos- en el que la fe asentó la esperanza de que todo iba estar bien.
“Sentí una mezcla entre alegría y preocupación, en esos días la atención medica estaba restringida, los primeros cuatro meses no tuve un control de embarazo, sino hasta el quinto mes que pude visitar formalmente a un doctor”, relató a EL HERALDO Plus Yissell Rodríguez, madre de Chisthopher, quien ahora tiene tres años de vida.
Consiente que las hondureñas embarazadas estaban entre las personas con más riesgos, Rodríguez junto a su esposo, Roberto Ramos, convirtieron su casa en un bunker.
“Sí, pensé que me podía contagiar, trataba de no ver muchas noticias, había una angustia a lo desconocido pues el covid-19 era muy agresivo a su llegada, pensé que si me daba, podía morir”.
Creyente de Dios, Rodríguez destacó que durante su embarazo nadie de su familia resultó contagiada del virus, porque “supe de situaciones de otras mujeres embarazadas que lastimosamente tuvieron un desenlace trágico, nos aferramos a la fe en Dios que iba estar bien”.
El tiempo hizo su parte, pasaron los nueve meses, las oraciones familiares surtieron efecto, el pequeño nació sano, a juicio de su madre diferente: “Él es más activo, muy avanzado para su edad, considero que recibió mucho estimulo de nuestra parte, toda la atención estuvo en él, lo veo muy avanzado, más que durante su primer año el virus continuaba, entonces se crió con su papá, mamá y hermanos cerca de él”.
La pequeña Ana
Los nacimientos de niños y niñas estuvieron presentes en todo el territorio nacional. Las cifras del RNP muestran el desglose por departamentos de la siguiente manera: Francisco Morazán (24,585), Cortés (28,213) y Comayagua (11,122), los tres que más nacimientos registraron.
Le siguen Choluteca (9,092), Valle (3,876) y Olancho (12,879).
Entre esa gran cantidad de niños y niñas, Ana Lourdes Rivera de apenas tres añitos tiene su propia historia
A Nicolle López, hondureña, periodista de la sala de redacción de EL HERALDO, la noticia de su embarazo la tomó por sorpresa en medio de la pandemia del Covid-19.
Empapada de la situación del país y el impacto que estaba causando el virus a todas las escalas, López asumió el reto con mucha incertidumbre “No lo esperaba, me impactó rápidamente, el tema del cuidado se apoderó de mí, me contagio, me puedo morir, mi primer hija, miles de pensamientos me invadieron, incluso me accidentpe en casa durante el embarazo y por temor al virus no busqué atención”.
Al igual que muchas mujeres en su misma condición, el tema de la atención medica durante el embarazo era una limitante, los hospitales estaban atestados de casos, el virus se estaba ensañando con la población, su única opción fue buscar atención privada.
“No salí durante el embarazo, sabía cómo estaba el Seguro Social de casos, estuve encerrada en casa, llegué a sentirme sola”, manifestó López.
El nacimiento de Ana Lourdes Rivera ocasionó una alegría tremenda, su madre optó por dar a luz en una clínica privada, era superar una etapa dura en medio de una crisis mundial. “Lo que vivimos creó un vinculo aún mas fuerte con mi hija, me enfoqué tanto en su cuidado, leía demasiado sobre lactancia y todo ese tipo de cosas, incluso compartía con otras madres sus experiencias”.
Ahora, López vive un nuevo embarazo, totalmente diferente al de Ana Lourdes: “Disfruto más la compañía de las personas, puedo salir, distraerme, mostrarme como futura madre, es un cambio radical, aunque tengo que reconocer que el amor que se acumuló durante mi primer embarazo durante la pandemia fue demasiado especial”.