Data

Bolsa solidaria se entregaba en zonas urbanas y no en las áreas más pobres de Honduras

La entrega de raciones de alimentos se concentró en Francisco Morazán y Cortés. Monto aumentaba en años electorales
26.05.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Tengo casi 80 años y nunca me dieron una bolsa solidaria... a pesar de que vivo solo y no trabajo, pero no necesito nada de políticos”, rezongó don Ernesto en una colonia capitalina al ser consultado sobre si había recibido ese beneficio.

La entrega de alimentos a las familias necesitadas siempre se ha visto como un tema populista debido a las denuncias de favoritismo partidario para algunas personas.

Un análisis de la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus encontró que entre septiembre de 2016 -cuando se comenzó a digitalizar la información- y diciembre de 2021 se entregaron más de 4.5 millones de bolsas solidarias. La bolsa solidaria, como le llamaba el gobierno anterior del Partido Nacional, era una ración básica de alimentos para las familias más necesitadas, pero esta medida nunca rompió el ciclo de la pobreza para los beneficiarios.

LEA: En dictamen iniciativa para derogar el Consejo Nacional de Defensa y Seguridad.

Distribución

Información proporcionada por la extinta Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis), ahora Sedesol, por medio de la solicitud número SOL-SEDIS-162-2022, indica que cada bolsa solidaria tenía un costo de 421.06 lempiras.

Cada ración de alimentos contenía unos 14 productos y un botiquín multivitamínico con diferentes medicamentos del cuadro básico.

Entre los productos que debía llevar cada bolsa solidaria estaban cuatro libras de arroz, cuatro libras de azúcar, cuatro libras de frijoles, cuatro unidades de pasta de tomate y media libra de café.

Además, espaguetis, harina, sardinas, manteca, cubitos, sal y avena entera.

Alimentos suficientes para una familia por al menos una semana. Los datos analizados muestran que la mayor parte de las bolsas con alimentos se quedaron en las ciudades más pobladas de Honduras, específicamente en el Distrito Central y San Pedro Sula.

En ese sentido, de las 4.5 millones de bolsas entregadas, más del 36%, es decir, un poco más de 1.5 millones, se quedaron en el Distrito Central. Mientras que para San Pedro Sula fueron destinadas 303,388 unidades, que representan el 6.69% del total, muestran los datos.

Para desarrollar estos proyectos sociales se debe focalizar a las familias más pobres y así garantizar la seguridad alimentaria, porque hay hogares que no pueden satisfacer algo tan básico como la alimentación.

El problema es cuando no prevalecen los criterios técnicos para seleccionar a las personas más afectadas por la falta de comida, estableció el sociólogo y catedrático universitario Marco Tinoco.

Al analizar los datos y ver que más de 1.6 millones de bolsas solidarias se entregaron en el departamento de Francisco Morazán y que departamentos más pobres como La Paz, Lempira y Ocotepeque no recibieron ni 200,000 bolsas cada uno se concluye una línea partidaria.

A esto se suma que la entrega aumentaba en años electorales, por ejemplo: en 2016 se dieron 73,617 bolsas solidarias, es de hacer notar que los datos de ese año se contabilizan desde septiembre.

Ya en 2017, un año completamente electoral, la cifra aumentó a más de 1.2 millones de raciones de alimentos entregadas.

La misma tendencia se registró para las elecciones de 2021, ya que durante 2018 y 2020 se dieron entre 600,000 y 800,000 bolsas con alimentos, pero en el año electoral, es decir, 2021, subió a más de 1.2 millones.

“Cuando la bolsa solidaria se entrega con un criterio partidista, es decir, entregarle solo a un partido político, esa asistencia a los más pobres se distorsiona y, por lo tanto, es un fracaso”, valoró Tinoco.

VEA: Escepticismo sobre obra de riego en Jamastrán.

Pobreza

Si un objetivo de la bolsa solidaria era reducir los niveles de pobreza, pues hasta 2021 no se había logrado. Más bien, datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que Honduras alcanzó el año pasado la lamentable cifra del 74% de hogares pobres.

El sociólogo expuso que este tipo de políticas sociales solo son un paliativo que no logra resolver el problema estructural de pobreza, que está dada por la falta de acceso al trabajo.

Los departamentos que menos asistencia de bolsas solidarias recibieron en la administración anterior fueron Islas de la Bahía (0.64%), Gracias a Dios (1.17%), Ocotepeque (1.94%) Valle (2.51%) y Atlántida (2.51%).

Entre Lempira, Comayagua, Colón, La Paz e Intibucá no alcanzaron ni el 4% cada uno.

Es de recordar que los votos se concentran en las grandes ciudades, analizó Tinoco, es por ello que hay ciertos poblados, incluso cerca de la capital, que no tienen ni servicios básicos simplemente porque no aportan votos a determinado partido político.

Hay zonas en Lempira, Intibucá y otros departamentos que son consideradas las más pobres y no llegan los servicios básicos o siempre se instrumentalizan al decir que todos los beneficios son para los más pobres, pero los más pobres son los que menos se benefician, cuestionó.

Los datos proporcionados por la Sedesol establecen que entre 2017 y 2021 se invirtieron alrededor de 1,400 millones de lempiras en bolsas solidarias.

En 2017 fueron 156.8 millones de lempiras y en 2018 un total de 250 millones pese a que se entregaron menos raciones de alimentos; en 2019 se llegó a 188.6 millones.

En 2020 se destinaron 116.1 millones y para 2021, último año electoral, se disparó a más de 651 millones de lempiras.

EL HERALDO Plus comprobó que el gobierno anterior utilizaba las mismas dependencias del Estado para crear las raciones de alimentos, ya que lo realizaban por medio de la Suplidora Nacional de Productos Básicos (Banasupro).

En la respuesta a la solicitud de información, las autoridades de la Sedesol informaron que en 2022 no hay registro de entregas de bolsas solidarias. No obstante, se conoció que se trabaja en un esquema de Red Solidaria que incluye todo este tipo de programas sociales.

En ese sentido, Tinoco consideró que las ayudas deben ser focalizadas, y que el pobre no sienta que es un problema para el Estado, sino que participe.

Por ejemplo, que vaya dirigido a alumnos de escuelas para que tengan alimentos; o si es para comunidades, que los gobiernos locales promuevan la participación de todas las personas que pueden ser beneficiadas.

Por ejemplo, los alimentos por actividades comunitarias generan oportunidades para que la gente genere ingresos y actividades que les permitan tener un sustento volviendo a los valores comunitarios.

ADEMÁS: En pulperías, mercaditos y farmacias venden la PAE.