Por: Suyapa Rubio y Nayely Santos

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- En un mundo donde la información es voluminosa, la preocupación por distinguir entre lo verdadero y lo falso en internet ha crecido en la población por las dificultades que representa debido al robustecimiento de la desinformación.

Esa es una de las principales conclusiones del informe Digital News Report 2024, elaborado por la Universidad de Oxford (Inglaterra) y el Instituto de Reuters, que consistió en un cuestionario en línea aplicado en 47 mercados de los 5 continentes, entre enero y febrero de 2024.

Según el informe de este año, la preocupación de las personas en el mundo ha crecido en 3% respecto a 2023, cuando la intranquila por diferenciar entre la verdad y la mentira en internet estaba en 56% (ahora en 59%).

En promedio, señala la investigación, 6 de cada 10 personas dijo estar preocupada por la complejidad de segmentar lo falso de lo real, un problema agudizado por el avance de las plataformas tecnológicas y la inteligencia artificial (IA), comentaron fuentes del equipo de verificación de EL HERALDO.

Pero el porcentaje de inquietud de los individuos encuestados se vuelve más alarmante en 2 países: Sudáfrica (81%) y Estados Unidos (72%), en donde este año habrá elecciones presidenciales, indica el estudio.

Para los expertos, este fenómeno tiene varias dimensiones, cada una con implicaciones profundas en diferentes aspectos de la sociedad: desde la política y la economía hasta la cultura y la psicología individual.

“No identificar entre lo falso y lo verdadero significa que las audiencias están expuestas a contaminar su proceso de formación de opinión y discernimiento de la realidad”, consideró René Gavarrete, docente de la Escuela de Periodismo de la Universidad Nacional en San Pedro Sula.

Uno de los problemas más prominentes es la proliferación de noticias falsas que, en su mayoría, son creadas intencionadamente para desinformar, manipular opiniones o generar caos.

Y las redes sociales han facilitado la difusión de estos falsos contenidos a una velocidad y escala sin precedentes. El informe, publicado el 17 de junio anterior, de hecho, establece un orden de las redes sociales en donde la distinción de lo fiable y lo no confiable es más difícil de percibir.

TikTok y X/Twitter, advierte la investigación de la Universidad de Oxford y el Instituto de Reuters, son en las que más problemas tienen las personas para distinguir la mentira de lo verdadero.

De los 95,000 entrevistados, el 27% respondió que se les hacía muy difícil diferenciar contenidos reales de los falsos en la plataforma china, mientras que un 29% dijo que, aunque no resultaba muy difícil, tampoco lo consideraban algo fácil.

Las causas son por la difusión de las “conspiraciones sobre la guerra en Gaza y la salud de la Princesa de Gales, por ejemplo, así como fotos y videos considerados deepfakes (contenidos falsos generados mediante inteligencia artificial)”.

En contraste, el equipo de verificación de EL HERALDO demostró el 8 de junio de 2024 que TikTok es la red social por donde circula más desinformación en Honduras: 5 de cada 10 bulos están en esta plataforma (51%) .

Para Osman Reyes, presidente del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH), “estas dos redes, especialmente TikTok, no tiene los límites ni regulaciones como para poder distinguir. Es muy fácil subir un video, es muy fácil presentar una realidad diferente a la verdad”.

Los resultados del Digital News Report 2024 también arrojan que X, o antes Twitter, está en segundo lugar. El 24% de los encuestados dijo que les parecía muy difícil reconocer contenido confiable en X, y un 35% mencionó que para ellos no era ni muy difícil, pero tampoco tan fácil.

Facebook, en tanto, aparece en el tercer lugar, pues el 21% de las personas externó la complejidad, y un 28% dijo que no era ni tan difícil, pero tampoco tan fácil.

En términos generales sobre las redes sociales, los entrevistados posicionaron a TikTok como la plataforma menos confiable, pues el 56% dijo que encontraba algo de dificultad en encontrar contenido verdadero.

Casualmente, aunque con un distinto matiz, X y Facebook son las redes más contaminadas por la desinformación en Honduras, evidenció el equipo de verificación de EL HERALDO.

“El problema de las redes sociales, como lo ha comprobado EL HERALDO, es que muchas veces el pueblo se forma una idea equivocada de un acontecimiento que no es real”, dijo Marlon Lara, diputado del Partido Liberal.

El uso de IA en la generación y moderación de contenidos suscita temores justificados entre los consumidores de noticias a nivel mundial.

Si bien puede mejorar la eficiencia y precisión en algunas áreas, su capacidad para generar deepfakes y difundir información sesgada no supervisada representa un riesgo significativo para la integridad informativa.

En Estados Unidos las respuestas de los encuestados sobre los contenidos con IA dejan varios puntos de análisis.

Por ejemplo, el 52% de las personas dijeron estar muy incómodas con las noticias generadas principalmente por IA y poca supervisión de un humano. Sumado a esto, está el otro 18% que no se siente cómodo con este tipo de noticias, pero tampoco les genera mucha incomodidad.

En esa línea, se puede concluir que 7 de cada 10 personas encuestadas en Estados Unidos no se sienten cómodas con noticias generadas principalmente por IA.

Casi lo mismo ocurrió con los encuestados en Europa: el 47% dijo sentirse muy incómodo con contenidos generados por IA con poca supervisión de un humano. En cambio, un 27% se ubicó en un punto intermedio, pues no se sentían cómodos pero tampoco incómodos.

Si se suman ambos datos, se refleja que el 74% de los entrevistados (4% más que en Estados Unidos) presentaron signos de incomodidad con contenidos creados principalmente por IA.

“La educación de las audiencias en el uso de estos recursos es determinante y los medios de comunicación deben cuidar de ellas e instruirlas en una comunicación abierta y franca”, planteó René Gavarrete, docente de la Universidad Nacional.

En la encrucijada de la información y la desinformación, el desafío radica no solo en reconocer lo que es verdad, sino también en restaurar la confianza en un ecosistema digital cada vez más fragmentado y manipulado.

Y mientras los espectadores se enfrentan a un mar de algoritmos, la búsqueda de la verdad se convierte en una odisea moderna, donde la capacidad de discernimiento es tan crucial como el deseo de claridad.