Cárcel en Islas del Cisne costaría hasta L 2,000 millones

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La cárcel de Alcatraz, ubicada frente a la bahía de San Francisco, California, Estados Unidos, con capacidad para 312 privados de libertad, cerró en 1963 debido al alto costo de operación.

Sesenta años después se quiere hacer un proyecto igual, pero en una escala mayor y a 4,400 kilómetros de distancia. El gobierno de Honduras se alista para construir un centro penal tres veces más grande que Alcatraz en la Isla del Cisne, un territorio en medio del mar Caribe, perteneciente al departamento de Islas de la Bahía.

José Manuel Zelaya, titular de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), confirmó ayer a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus que la primera fase de esta cárcel sería para 1,000 a 2,000 privados de libertad.

Mientras que el lunes anterior, tras una visita a la isla, publicó en su cuenta de Twitter: “planificando área para el nuevo hogar de los cabecillas del crimen organizado y reos peligrosos; incluyendo grandes corruptos con vínculos evidentes”.

En el “tuit” mostró fotografías de toda la isla, con su pista de aterrizaje, una parte de la costa y la presencia de efectivos militares que la resguardan.

Según la historia, en Alcatraz estaban los criminales que causaban más problemas en otras prisiones federales de Estados Unidos y desde su inicio se consideró como la prisión más estricta y temible de América.

Exprisioneros notificaban que frecuentemente se registraban actos de brutalidad y condiciones inhumanas, provocando intentos de suicidios y unos 14 intentos de escapes.

A pesar de que Alcatraz estaba cerca de tierra firme, el costo de su mantenimiento era tres veces mayor al de las otras prisiones, es decir, el costo diario por cada recluso era de 10 dólares diarios y en otras cárceles apenas era de tres dólares.

Otro factor que afectaba era la exposición a la sal y el viento, que causaba fuertes daños a la estructura, por lo cual se debía hacer millonarias inversiones en su mantenimiento.

Expertos en construcción de cárceles con experiencia en el país, que solicitaron el anonimato, hicieron una proyección a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus del alto costo que representa la construcción y operación de esta estructura.

Estimaron que levantar una cárcel de máxima seguridad en Islas del Cisne, utilizando un modelo similar al del penal de El Pozo, ubicada en Ilama, Santa Bárbara, cuesta más de tres veces de lo que valdría en tierra.

Por ejemplo, una cárcel para 1,000 privados de liberad costaría alrededor de 80 millones de dólares solo la construcción, es decir, unos 2,000 millones de lempiras, estimó.

En contraste, la edificación de El Pozo tuvo un costo de 25 millones de dólares, unos 600 millones de lempiras aproximadamente, reveló la fuente.

El tiempo de construcción también se prolongaría, ya que Ilama se hizo en 14 meses, es decir, un año y dos meses, pero Islas del Cisne se llevaría alrededor de tres años, porque primero se debe levantar un campamento para los trabajadores, llevará de unos cuatro a seis meses.

Los expertos entrevistados por EL HERALDO Plus afirmaron que la extensión territorial de la Isla del Cisne tiene suficiente espacio para construir un presidio, aunque habría que definir si se hará cerca de la pista de aterrizaje o más cercano a las costas.

También se debe tomar en cuenta la distancia. El puerto más cercano, que sería Punta Castilla, en Trujillo, Colón, queda a unas 180 millas náuticas (330 kilómetros), mientras que Puerto Cortés está a casi 300 millas (550 kilómetros).

Esta distancia implica un alto costo en el transporte de materiales de construcción, lo que elevaría el precio tres veces más comparado a la ejecución de un centro penal en tierra firme.

Ejemplificó que un bloque en San Pedro Sula cuesta en promedio 26 lempiras, pero al trasladarlo a Islas del Cisne subiría a unos 80 lempiras cada uno. Igual pasará con el resto de materiales.

Antes de poner el primer ladrillo, hay que pensar en el traslado de trabajadores, porque -a diferencia de una construcción tradicional- no pueden viajar cada día. Deben vivir en la isla mientras dure la construción.

Y eso trae un impacto en el pago: “El salario debe ser del día entero, es decir, las 24 horas porque vivirán allí, se les tiene que dar vivienda, comida y todo lo que se necesite”.

Aparte de los costos de construcción, hay analizar los servicios que requieren las instalaciones para funcionar, porque para tener agua potable se debe instalar una desalinizadora (eliminar la sal del agua de mar), pero consumen grandes cantidades de energía eléctrica.

El siguiente problema a resolver es la generación de energía eléctrica. Los analistas dicen que se debe instalar una planta solo para darle servicio a esa cárcel, lo cual sería altamente costoso.

La fuentes estimó que las cárceles del país pagan alrededor de 22 centavos por kilowatts consumido, mientras que en Islas del Cisne se debe instalar un motor térmico, que generará un alto daño ambiental, con un costo del kilowatts que oscilará entre 43 y 50 centavos, con el combustible cerca.

Al sumarle el transporte de combustible, esa energía costará el doble, así como sucede en Roatán, Islas de la Bahía, caracterizado por un precio alto del servicio eléctrico.

En ese mismo contexto se debe hacer una planta de tratamiento para las aguas negras con altas restricciones -por el ecosistema- y determinar la ruta de evacuación de los residuos para garantizar el menor impacto posible.

En la calculadora, de nuevo, hay que sumar los costos por trasladar el material, los insumos y la mano de obra para estas obras indispensables para la operación del presidio, ya que hablando las Islas del Cisne quedan a unos 250 kilómetros de distancia, es decir, como ir de Tegucigalpa a San Pedro Sula, comparó.

Otro aspecto a tomar en cuenta es el impacto ambiental que tendrá la construcción del complejo penitenciario, porque hay tratados internacionales de protección del arrecife coralino.

Los expertos afirmaron que con ese presupuesto (2,000 millones de lempiras) se podrían construir tres cárceles en tierra firme. Y si nos referimos al mantenimiento, alcanzaría para operar cuatro reclusorios, ya que el debido funcionamiento se basa en el control de la corrupción de los custodios.

Expertos consultados por la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus reflexionaron que el tema del control del sistema penitenciario no se basa aislar a los reos en territorios remotos, sino que pasa más por asuntos de control.

Por ejemplo, en las cárceles de máxima seguridad de Ilama, en Santa Bárbara, y La Tolva en Morocelí, en El Paraíso, se han encontrado hasta rotomartillos para destruir las estructuras.

Si los presos no tuvieran acceso a esas herramientas, no podrían causar ningún daño, porque el piso de Ilama tiene medio metro de concreto con una estructura de hierro armada, indicaron fuentes consultadas por este medio.

Mientras que las paredes de bloque llevan hierro y concreto para reforzarlas, es decir, con un lápiz nadie puede destruir una pared, así que el problema es la corrupción del sistema.

La fuente reveló que en el gobierno anterior también propuso levantar una cárcel en la Isla Conejo, en el Océano Pacífico, pero no se construyó por temas de soberanía, ya que el gobierno de El Salvador lo iba a considerar como una afrenta.

El ministro de Defensa, José Manuel Zelaya, afirmó que, pese a estas observaciones, ese es el plan propuesto. Las empresas interesadas pueden participar en el concurso público y presentar las mejores ofertas cuando se haga el llamado, que planean sea lo más pront posible.

Mediante el decreto ejecutivo número PCM 29-2023, el gobierno hondureño autorizó a las Fuerzas Armadas a realizar la contratación directa para la construcción del centro penitenciario de máxima seguridad en la Isla del Cisne, Islas de la Bahía.