A 32 años del fallo de La Haya, Honduras se abre paso al Pacífico

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con la determinación del Poder Legislativo de ratificar la noche del martes el tratado de límites con Nicaragua, tanto en el Mar Caribe como en las aguas del Golfo de Fonseca, Honduras no solo garantiza su derecho soberano en el Atlántico, sino también su salida al Océano Pacífico, tal como quedó establecido en la sentencia de La Haya del 11 de septiembre de 1992.

Cabe recordar que el 27 de octubre de 2021, en la ciudad de Managua, Nicaragua, el entonces presidente hondureño Juan Orlando Hernández suscribió con su homólogo nicaragüense, Daniel Ortega, el mencionado tratado de delimitación.

Al día siguiente la Asamblea Nacional del vecino país ratificó el acuerdo, empero el Congreso hondureño lo aprobó dos años y cinco meses después.

El tratado tiene como base la sentencia de La Haya, la cual establece que el Golfo de Fonseca es una bahía histórica donde El Salvador, Honduras y Nicaragua tienen derecho a ejercer soberanía en una distancia de tres millas partiendo del inicio de sus playas a lo largo de sus respectivas líneas costeras. Lo demás son aguas compartidas.

No obstante, el alto tribunal determinó que Honduras tiene derecho de salida a mar abierto a través de la bocana, que mide 19.75 millas náuticas (36.577 kilómetros). Esta línea en la sentencia es llamada línea base o cierre de la bahía, trazada desde Punta Amapala en El Salvador, hasta punta Cosigüina, Nicaragua.

Partiendo del punto central de esta línea base, Honduras debía negociar su derecho de salida al mar con el Salvador y Nicaragua. Honduras exigía siete millas del centro de la bocana como su derecho soberano, logrando a través del tratado con Nicaragua un total de 3.168 millas.

Las partes recuerdan que la sentencia de la Corte Internacional de Justicia reconoce la existencia de una presencia tripartita en las aguas en la porción central de la línea de cierre del Golfo de Fonseca y en las aguas afuera del mismo hasta que una delimitación de las mismas se lleve a cabo.

El acuerdo con Nicaragua establece que la línea de cierre del Golfo se extiende desde Punta Amapala hasta Punta Cosigüina, y con el propósito de lograr una delimitación equitativa entre las partes contratantes, éstas acuerdan delimitar la porción de la línea localizada entre el punto central en las coordenadas 87° 47’ 37.1 W- 13° 02’ 66” N y 87° 45’ 33.6 W (Oeste) -12°59’ 38.8” N (Norte) y Punta Cosigüina.

A Honduras se le reconoce soberanía sobre una porción de 3.168 millas entre el punto sobre esa línea.

El remanente de la línea de cierre, ubicado entre la coordenada 87° 45’ 33.6 W -12°59’ 38.8” N y Punta Cosigüina se reconoce bajo soberanía de Nicaragua, según lo que menciona el tratado.

Además, menciona que “los derechos sobre las áreas marítimas fuera del Golfo generados por la línea de cierre se extenderán en el Océano Pacífico siguiendo un azimut de 231° y serán divididos en la proporción que resulte de los derechos de cada Parte sobre la línea de cierre”.

De acuerdo con el general retirado y exjefe de las Fuerzas Armadas, Tito Livio Moreno Coello, quien fue parte de las negociaciones del tratado, la temática se abordó desde tres puntos: la parte militar, la diplomática y la política.

En la parte militar, las fuerzas navales de ambos países se reunieron para poder concretar un acuerdo. Fueron estas entidades las que establecieron los parámetros de los alcances del tratado, hablando en relación a las distancias marítimas. “Los especialistas de las fuerzas navales se pusieron de acuerdo en la delimitación de los espacio marítimo en la bocana”, explicó el oficial retirado.

Una vez establecidas y acordadas las distancias fue cuando entró la parte diplomática a formalizar el tratado.

“No fue fácil, ya que son espacios que los países tenemos el criterio que son soberanos, que son parte importante en cada país. Estábamos claros que había un fallo en el área que teníamos que respetar. Eso activó el espíritu de hermandad con los nicaragüenses, esto indistintamente de lo que El Salvador puede hacer”, sostuvo Moreno Coello.

“En el golfo son tres millas que tiene cada país partiendo del centro de la bocana. Este tratado es un logro para el Estado y el pueblo hondureño. Es algo bueno para las actuales y futuras generaciones, para los mismos pescadores y para mejorar las condiciones de vida en la zona”, reflexionó el general.

En cuanto a la ratificación del tratado, el pescador Fabián Ordóñez afirmó que es una buena noticia, ya que eso llevará a que el Golfo de Fonseca sea una zona de paz y convivencia. Hizo un llamado al gobierno para que ahora agilice una demarcación, lo cual ayudará a sus compañeros de pesca a identificar los límites de la frontera marítima.

Entre tanto, el geógrafo Pablo Díaz consideró que el acuerdo es un avance, pero que se debe establecer el mismo tratado con El Salvador.

Los límites marítimos dentro del Golfo de Fonseca fueron establecidos en el fallo de la Corte Internacional de Justicia de 1992, cuando a El Salvador se le otorgaron las islas de Meanguera y Meanguerita, lo que le daba derechos de las aguas que circulan alrededor, recordó.

Sin embargo, es “una negociación que nos favorece a medias Honduras-Nicaragua, porque necesitamos Honduras-Nicaragua y El Salvador”, sugirió.

Luego de que el Congreso Nacional de Honduras ratificara el acuerdo entre Honduras y Nicaragua, lo que sigue es una actualización cartográfica, explicó Díaz.

Ahora lo que procede en el caso del Pacífico es colocar boyas para ubicar los puntos, dijo.

Explicó que este proceso se realiza en presencia de representantes de la Secretaría de Relaciones Exteriores de ambos países e instituciones especializadas en cartografía.