Pese a las dificultades, el patriotismo se aviva en los 202 años de independencia

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Ya pasaron 202 años desde que se escuchó el grito eufórico de independencia y libertad del yugo español. Era tan fuerte el estruendo que desde México recorrió Centroamérica, pues traía consigo el sueño de tener un país solidario, próspero y en armonía.

El nacimiento cálido y luminoso de los rayos del sol cada 15 de septiembre despiertan en el corazón de los hondureños el sueño de vivir en libertad, de ser patriotas, de amar los colores de la bandera teñida de azul turquesa, que flamea radiante adornada con las cinco estrellas.

Los alumnos, maestros y padres de familia se esfuerzan para dar lo mejor en los desfiles patrios, preparando sonoras presentaciones con las bandas de guerra y marciales, acompañados por los cuadros culturales donde se recuerda el legado de nuestros próceres y héroes patrios.

Las palillonas y pomponeras hoy lucen sus mejores “autfit” para darle ese toque de belleza femenina a las fiestas en el aniversario de la independencia, quienes son rodeadas por las representaciones de las etnias, de la flora y fauna del pueblo catracho.

El Comité Cívico Interinstitucional Permanente (COCIP) de la Secretaría de Educación, comunicó que en la celebración de los 202 años de emancipación política participarán 80 centros educativo.

“Nunca en la historia de los desfiles, aquí en la capital habíamos tenido 80 centros educativos participando”, alabó el titular de Educación, Daniel Sponda.

La jubilosa celebración comienza en la capital con la lectura del Acta de Independencia patria, seguido del estallido de los primeros siete de los 21 cañonazos en el cerro Juana Laínez. A las 7:00 de la mañana ingresan los primeros institutos al estadio nacional, José de La Paz Herrera.

La presidenta de la República, Xiomara Castro, los presidentes de los poderes Judicial y Legislativo, el gabinete de gobierno, diplomáticos e invitados especiales, estarán en el estrado principal del coloso capitalino.

El recorrido comienza en el bulevar Suyapa, entre Plantas Tropicales y el Hospital Escuela, con la sorpresa que el Instituto Central Vicente Cáceres, uno de los más esperados por la población, será de los primeros en pasar al estadio este año. Según el cronograma de la Secretaría de Educación está en la posición número 13.

El Milla Selva, por su parte, será el colegio número 63, mientras que el Moderno pasará justamente después del Instituto Gubernamental República de Francia, en el bloque 4 que hará homenaje a los pueblos originarios.

Cada bloque representará un valor, grupo social o ambiental, fundamental para el país. Por ejemplo, los colegios del bloque 5 deben representar la flora, fauna y áreas protegidas. El bloque 3, la identidad nacional y el bloque 2, la transparencia.

Con la celebración los 202 años de independencia, algunos sectores creen que pese a todos los conflictos sociales que enfrenta la patria, “los hondureños tenemos una capacidad de resiliencia y de sentido patriótico muy alto, a pesar de las dificultades y de la polarización promovida casi como política”.

Ese es el criterio de Carlos Hernández, coordinador de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), y por eso en estas fechas, los hondureños sacan el sentimiento patriótico con alegría.

“Se evidencia que siempre los abarca el optimismo de querer tener un mejor país, trabajando de manera constante para lograr el progreso, desarrollo y avance de la patria”, dijo.

Hernández consideró que es “es un buen tiempo de reflexión sobre la Honduras que queremos, y poder incidir para que quienes están en el poder puedan evaluar su conducta, sus políticas, su trabajo y verificar si efectivamente están promoviendo el desarrollo, la paz y el bienestar de los hondureños”.

Hernández analizó que el diálogo ha demostrado, a través de la historia, que Honduras ha evitado guerras civiles como las han vivido los hermanos vecinos de Centroamérica.

Eso evidencia que Honduras es pacifista y que siempre busca obtener respuestas a través del diálogo, de acuerdos que permiten el bienestar del país, porque eso abre las puertas al avance con armonía, bienestar y justicia para todos, señaló.

Estableció que si existe ambiente para que todos, de manera independiente, puedan expresar sus ideas y decidir hacer lo que deseen, la democracia se va fortalecer.

Este criterio es compartido por el pastor Kevin Torres, vocero de la Confraternidad Evangélica de Honduras (CEH), al considerar que siempre, las celebraciones de independencia patria generan alegría.

“Nosotros vivimos estas fiestas patrias como un recordatorio para levantar el carácter y el civismo de la población, que es tan importante en estos días”, refirió en diálogo con EL HERALDO Plus.

Destacó que es importante sembrar en la niñez y la juventud hondureña la semilla del civismo y el patriotismo, para que ellos continúen cosechando triunfos para la nación.

“Se debe recordar algo muy importante, y es que a través de estas fiestas, de los símbolos patrios se representan los valores familiares y culturales heredados de los antepasados”, comentó.

Torres, condenó que los políticos en lugar de velar por los intereses de las grandes mayorías, se cierran en posturas político partidarias que en lugar de ayudar a las grandes mayorías, lo que hacen es continuar sembrando la polarización dentro de la sociedad.

Reflexionó que “hay que recordar que Honduras es nuestra casa común, todos vivimos en Honduras, Honduras es nuestro barco y si se hunde nuestro barco, nos hundimos todos”.

El religioso resaltó que La Biblia es muy clara cuando manda a los padres de familia a instruir a los hijos en los valores y en las costumbres que hoy mantienen en píe a la sociedad.

En medio de las celebraciones que se viven a nivel nacional, los primeros pasos del bicentenario de la independencia de Honduras y Centroamérica dejan evidencia que, si bien, las fiestas de emancipación llenan de orgullo a los ciudadanos, la clase política les ha fallado.

El historiador nacional, Mario Argueta, declaró a EL HERALDO Plus que las desigualdades sociales y económicas en comparación con la riqueza concentrada en pocas familias cada vez es más creciente.

Alrededor del 70% de la población subsiste en pobreza o por debajo de la línea de pobreza y ese abismo, que también crece aceleradamente, debe ser motivo de preocupación y no de indiferencia.

No es un secreto que el país, además, sufre de altos los niveles de violencia, corrupción e impunidad que obligan a más y más compatriotas a concluir que la única opción para intentar proteger sus vidas es abandonar su país.

Para Argueta, Honduras es una nación independiente, pero su gente se va a otros países a encontrar empleo y vivir en paz, ya sea de manera temporal o definitiva.

“El éxodo no discrimina; se van desde adultos, adolescentes y niños expuestos a todo tipo de peligros y rechazos”, reflexionó el académico e historiador hondureño.

La emancipación de Honduras marcó el inicio de una serie de desafíos políticos y económicos, pero también ofreció la libertad de ser una República independiente, con su propia identidad y gobierno.

No obstante, Argueta consideró que en lo político, la población cada vez está más polarizada, entre quienes defienden el statu quo, con sus privilegios de clase, y quienes buscan modificar las estructuras.

También es del criterio que la capacidad de dialogar se está perdiendo, al igual que la de alcanzar consensos, entre todos los sectores.

Analizó que el golpe de Estado de 2009 ha sido un parteaguas, un punto de inflexión que ha culminado con la ruptura del duopolio liberal-nacional, infiltrado por el crimen organizado, dando paso a nuevas formaciones partidarias.

También dijo que la patria se ha visto afectada en lo ecológico, con una acelerada deforestación que provoca erosión, derrumbes e inundaciones y los defensores ambientalistas se arriesgan a ser encarcelados o peor aún, asesinados por oponerse a la explotación de los recursos naturales.

Este 202 aniversario de independencia, que se celebra entre la armonía de los tambores y trompetas, el contorneo de las palillonas y el ruido de los aviones de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), para mantener viva la democracia, nos debe recordar la lucha de nuestros próceres, quienes visualizaron a Honduras como un país desarrollado y de oportunidades.

Incluso, debe servir de ejemplo para que no se convierta en un narcoestado o en un Estado fallido.

“La lucha contra la corrupción e impunidad debe ser efectiva y permanente, se tienen que alcanzar la justicia tributaria y quien mas ingresos percibe debe pagar más para mejorar la inversión social en salud, educación, vivienda y cultura”, apuntó Argueta.

También se tienen que alcanzar un efectivo Estado de derecho, con independencia entre los tres poderes estatales, revirtiendo la concentración de poder en uno solo de ellos: el Ejecutivo, enfatizó.

Además, recordó que es imperativo crear una cultura de paz y desarrollo humano integral, sostenible, que logre revertir la migración de compatriotas hacia el exterior.