A través de la compra directa, gobierno busca asegurar e incrementar la reserva estratégica de maíz y frijoles
¿Cultivamos suficientes frijoles y arroz? Honduras no produce ni lo que consume su población
Dado el abandono del campo por parte del Estado, el déficit en la producción de granos básicos se volvió una constante, igual pasa con otros productos agrícolas, donde las áreas de cosecha han disminuido
La inseguridad alimentaria es un problema que los gobiernos no han tenido la capacidad de superar, poniendo a toda una población en un continúo riesgo.
sáb 12 de agosto de 2023 a las 0:0
05:21 min. de lectura
TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Con un sector agrícola muy deprimido, cada año Honduras enfrenta el desafío de mantener la seguridad alimentaria de más de 9.5 millones de habitantes.
A pesar de que el país es rico en recursos hídricos y posee valles y montañas muy fértiles, su producción agrícola sigue siendo muy deficitaria a tal extremo que la producción de frijoles, arroz, maíz y hasta de verduras no alcanza para todos los hondureños.
Los datos que maneja la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) revelan que solo en frijoles el país importa anualmente entre 118 mil y 150 mil quintales al año para abastecer a una población que, también aumenta anualmente.
La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus tuvo acceso a los datos oficiales sobre la cantidad de hectáreas cultivadas anualmente para la cosecha de 44 productos, entre ellos granos básicos, hortalizas y cítricos. También de la producción de tilapia; todos alimentos indispensables en la nutrición de la población.
Producción y consumo
En el 2015 el país presentaba un total de 125,874 hectáreas de cultivo de frijoles con una producción de 94,090 toneladas. Para el 2020 registraba un área cultivada de 159,712 hectáreas que dejaron una producción de 128,001 toneladas.
En el 2016 el país tuvo una producción de 2,572,903 quintales de frijoles, exportó 18,789 quintales, pero al mismo tiempo importó 118,817 para suplir una oferta interna de 2,672,931 quintales.
Lo mismo sucedió en el 2022 cuando la producción fue de 2,903,800 quintales, exportó 21,892, importó 136,485 para atender la oferta interna de 3,018,393 quintales de frijoles.
De acuerdo con los datos oficiales, solo en el año 2016, un total de 8.7 millones de hondureños consumieron 589.28 millones de libras de frijoles, o sea que el consumo per cápita por persona fue de 67.57 libras.
En el año 2020, una población de 9.3 millones consumió 646.16 millones de libras. El consumo per cápita por persona aumentó a 69.01 libras. En el 2022, ahora los 9.5 millones de habitantes que tiene el país consumieron 665.44 millones de libras de frijoles. El consumo per cápita por persona subió a 70.04 libras al año.
Las estadísticas sobre los 44 productos analizados reflejan que entre más crece la población, la demanda es mayor y el déficit también aumenta.
Según Roy Lazo, viceministro de la SAG, en la siembra de granos básicos, aguacate, hortaliza y otros cultivos, así como en la piscicultura, la porcicultura y el camarón, la secretaría trabaja en la organización de las cadenas productivas en 53 rubros que son los más económicamente importantes para el país.
Hay mesas donde se sientan los productores, los compradores, los industriales y el gobierno representado por la SAG y otros entes estatales. Actualmente se están elaborando las políticas públicas del sector agroalimentario para los próximos 20 años y en este momento están en un proceso de aprobación en Casa Presidencial.
Lazo destacó que el cultivo de aguacate está creciendo con un producto de gran calidad, no obstante, para cubrir la demanda nacional todavía se necesita la siembra de unas cuatro mil hectáreas.
En el área del frijol siempre ha existido buena producción. El consumo nacional de este grano anualmente es de 2.2 millones de quintales. El año pasado hubo una cosecha de 1,625,000 quintales y en el 2023, con el Bono Tecnológico podría alcanzar unos 800,000 quintales en primera y un millón en postrera, añadió.
Destacó que en cuanto al arroz, anualmente el consumo nacional es de cinco millones de quintales, pero por el déficit el año pasado se importaron aproximadamente 145,030 toneladas métricas de arroz granza.
Igual sucede con el maíz, dijo Lazo, donde se ha estimado que el consumo nacional ronda los 22 millones de quintales. El consumo ha crecido en los últimos años ya que según datos de Banco Central en el 2022 las importaciones de maíz blanco y amarillo anduvieron en 905,145.59 toneladas métricas.
En el maíz, el país nunca ha sido autosuficiente, “nosotros producimos alrededor del 30 por ciento del consumo nacional y el resto se importa; en arroz es más grave la situación porque solo producimos el cinco por ciento de la producción nacional”, explicó.
El viceministro detalló que en el cultivo de arroz y maíz las áreas de siembra han venido decreciendo producto del poco apoyo a la agricultura y últimamente por el alto costo de los insumos y los combustibles.
Otros alimentos
Quienes, sin mayor apoyo estatal, se las juegan para producir, son los agricultores dedicados al área de hortalizas. En 2014, según datos de la SAG, en el país se registraba la siembra de 700 hectáreas de cebollas, pero para el 2019 bajó a 622 hectáreas. Su producción paso de 16,500 a 13,899 toneladas.
En el cultivo de pepino en el 2014 el área sembrada fue de 542 hectáreas las cuales para el 2019 subieron a 596. La cosecha pasó de 29,267 a 30,866 toneladas.
Por otro lado, el área de cultivo de tomate se redujo, en los mismos años antes mencionados, al pasar de 902 hectáreas a 747. Igualmente, la cosecha pasó de 61,327 a 51,099 toneladas. Ante la falta de tecnificación del agro, los campesinos de tierra adentro siguen produciendo con herramientas primitivas.
Un sector abandonado
A criterio de Dulio Medina, presidente de Prograno, cada año, los productores luchan por mantener la producción de granos básicos, sobre todo cuando existen las amenazas del cambio climático, el incremento del precio de los insumos para producir, así como de los combustibles.
Uno de los factores que afectará la producción en cuanto al frijol, es que para la cosecha de primera se dio mucha abstención de siembra por lo errático de las lluvias en algunas zonas del país.
Asimismo, el déficit en la producción de granos y de otros tipos de cultivos es porque el sector ha estado abandonado desde hace años, ahora el gobierno reflejar una buena intención de apoyo, pero todavía no se ha llegado a consolidar una atención en todo lo que necesita el productor.
“Hemos perdido muchos productores a nivel nacional por el abandono del sistema productivo” y se va a necesitar tiempo para poder rescatarlos.
“Yo insisto en que necesitamos una instalación masiva de proyectos de riego con fondos no reembolsables, pero lastimosamente lo que está sucediendo es el cierre de préstamos para riegos, porque el gobierno no puede ejecutar esos recursos”.
Además, ante la falta de agua segura para mantener los cultivos, los productores siembran al filo de la navaja. El riesgo de perder es muy alto. “Somos el país de la región con el recurso agua más abundante, sin embargo la desperdiciamos todos los años y así la producción agrícola nunca va a crecer”, lamentó Medina.
Sacrificio personal
Por su parte, el horticultor Óscar Erasmo Sosa Servellón, pormenorizó que los productores de hortalizas, en este sector de Lepaterique, trabajan a puro sacrificio personal, “aquí de parte del gobierno, en mi caso, nunca he recibido una ayuda”, afirmó.
“Me he dedicado a las hortalizas desde antes de nacer porque mi mamá embarazada me llevaba a trabajar, y hoy a mis 48 años de haber venido a este mundo nunca he visto la visita de un técnico de agricultura, o un lempira de apoyo por parte del Estado. Es tal que ni la carretera de Tegucigalpa a Lepaterique nos quieren arreglar”, lamentó.
Sosa relató que él produce verduras como lechuga, brócoli, repollo, cilantro y a veces remolacha y coliflor. “Nosotros trabajamos por cantidad de plantas “yo siembro 10 mil plantas de lechuga semanales, 10 mil plantas de lechuga vendo, igual con las otras hortalizas”.
Explicó que la producción se vende, pero no les deja mucha ganancia por el alto costo para cosechar. Para cosechar se requiere de un sistema de riego, combustibles, fertilizantes y químicos para evitar las plagas, y todo esto está súper caro.
Se realizan todos esos gastos y al final cuando se ejecuta el cuadre de cada lote de producción uno se da cuenta que la ganancia es poca, únicamente para subsistir. “Yo le pido a las autoridades de agricultura que nos miren, necesitamos apoyo. Por el momento nos conformaríamos con que el gobierno nos arreglara la carretera”, sostuvo.