TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un certero disparo acabó con la vida de Darwin Humberto Fúnez Reyes, de 34 años, miembro de la transnacional y sanguinaria organización criminal Pandilla 18.
Los más de tres anillos de seguridad y los controles internos en ‘El Pozo’, la cárcel de máxima seguridad en Ilama, Santa Bárbara, no evitaron que ingresara el arma utilizada para liquidarlo. ¿Cómo es que un dispositivo de fuego estuvo a disposición de criminales en este recinto que dispone de altas tecnologías y estricto ingreso?
La misma pregunta surgió tras la circulación de un video a inicios de este 2023, que muestra las comodidades y privilegios que reciben los pandilleros más peligrosos del país por parte de las autoridades penitenciarias.
Desde acceso a celulares, internet, comidas por doquier para fechas especiales y hasta su propia guardia con armas de uso prohibido como fusiles evidencian el control que tienen los grupos delictivos en las cárceles de máxima seguridad, un fenómeno que se ha mantenido en los últimos años y ha incrementado recientemente.
Como respuesta ante la grabación expuesta, el director de la Policía Nacional, Gustavo Sánchez, se escudó el miércoles 12 de abril diciendo que se trata de un hecho ocurrido en 2020, es decir, en la administración pasada.
“Este video es del 2020, no es actual. Videos del pasado, como este, estarán saliendo a luz. Es la estrategia que el crimen organizado planificó para afectar el trabajo que estamos implementado. Falta mucho por hacer, pero vamos bien”, escribió el jerarca policial en Twitter.
Sin embargo, otros entes de seguridad manejan datos distintos, ya que Digna Aguilar, portavoz del Instituto Nacional Penitenciario (INP), aseguró que se trata de una grabación de hace cuatro años. “Se realizó una investigación y se determinó que el video fue en ‘El Pozo’, de Ilama, Santa Bárbara y es de diciembre de 2019, hasta se entrevistó al personal de ese centro penitenciario”, mencionó.
Un equipo de investigación de EL HERALDO Plus y LA PRENSA Premium descubrió que ambas teorías no tienen sustento y que la grabación corresponde a diciembre de 2022, es decir, de la actual administración, según lo mostró una verificación y un análisis minucioso de la veracidad del video. Además, testimonios de testigos oculares y reportes de incautaciones evidencian que el acceso de las armas es posible.
Fúnez Reyes estaba a unos pocos meses de salir en libertad, pero su compañero de celda, perteneciente a la misma organización criminal, se encargó de asesinarlo sin piedad el pasado 2 de febrero. Algunas fuentes sostuvieron a este medio de comunicación que el motivo de su muerte fue por divulgar el polémico video en redes sociales.
Por su parte, las autoridades manejan el caso como “por conflicto interno” y se han llamado al silencio referente a más detalles sobre lo ocurrido al interior del centro penal, así como el arma que fue utilizada para el vil crimen.
Celebración a lo grande en Navidad
El video en mención muestra a varios miembros de la Pandilla 18 disfrutando de una gran fiesta de Navidad.
Mientras un grupo cocina sus propios alimentos haciendo uso de arma blanca, otros disfrutan del ambiente grabando videos con celulares y se pasean en las afueras de sus celdas como si de un parque se tratara.
De pronto, detrás de los protagonistas del video, cuya identidad es un misterio, se ve pasar a varios pandilleros, entre ellos uno que sostiene en su hombro un fusil de grueso calibre, aparentemente haciendo un tipo de guardia en los pasillos.
El ambiente luce sucio, con ropa tendida en ambos extremos, mientras globos y decoraciones navideñas adornan las paredes.
“La 18, ya se sabe, feliz Navidad”, dice uno de los pandilleros. Luego, un movimiento brusco de la cámara del dispositivo móvil permitió ver cómo otros tres sujetos estaban en la parte superior del módulo, armados y vigilando el exterior como si fueran policías.
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus y LA PRENSA Premium remitió el video a una productora nacional que prefirió mantenerse en anonimato, la cual lo analizó y garantizó que no ha sido sometido a ningún tipo de modificación o alteración, por lo que tanto el audio como las imágenes que se aprecian en el mismo son auténticas, a diferencia, claro está, de las letras que fueron colocadas a modo de descripción: “Fiestas de cárceles de máxima seguridad de Honduras”.
Hay más evidencia que apunta a que la polémica celebración fue la Navidad pasada.Y es que además de los insumos prohibidos y otorgados a este grupo de criminales convictos, la festividad fue adornada con música urbana que retumbaba entre el techo y paredes del módulo.
Mientras los reclusos hablaban entre sí y se jactaban de sus comodidades, de fondo sonaba una pegajosa canción llamada ‘El Cel’ de Ozuna, Arcangel, J Balvin, Randy y Chencho Corleoni.
Lo curioso del hallazgo es que esa canción corresponde al quinto disco del cantante puertorriqueño Ozuna, el cual fue lanzado el 6 octubre de 2022, como parte de su álbum Ozutochi. De modo que es simplemente imposible que el video en cuestión sea del 2020, 2019 o años anteriores, tal como lo argumentaron las autoridades de la Secretaría de Seguridad.
Privilegios
”Es inaceptable, inadmisible e intolerable que tengan esta libertad de estar armados en un centro de máxima seguridad, esas conductas de desenfreno no pueden existir. El video refleja que no se cumplen las condiciones que debe tener un recinto como este”, mencionó luego de ver el video Luis Maldonado Galeas, general en condición de retiro.
Mediante una solicitud de información SOL-INP-242-2023 que realizó este equipo al Instituto Nacional Penitenciario (INP), se pidió conocer las fechas festivas en que las autoridades otorgaron permisos el año pasado.
Los registros de permisos para fechas especiales incluyen el Día del Padre, San Valentín, Día de la Madre y fiestas navideñas de 2022, sin embargo, remarcan en una nota que en cárceles de máxima seguridad “las celebraciones son monitoreadas y controladas”.
Sobre este tema, Aguilar mencionó que en las fechas festivas como Navidad los familiares de los individuos suelen llevarles su porción de comida y algunas frutas para disfrutar de la celebración, sin embargo, una fuente confidencial que conversó con EL HERALDO Plus y LA PRENSA PRemium reveló lo contrario.
“Pues, ellos -los miembros de grupos criminales- cocinan en fuego, en Navidad hicieron pollo, mandaron a comprar arroz chino, platos para todos. Es normal que anden armados, ya nadie les dice nada”, mencionó la persona, luego de puntualizar que este tipo de privilegios solo los viven los miembros de maras y pandillas.
Por su parte, Hugo Maldonado, presidente del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), explicó que las reuniones son normales en los centros de máxima seguridad, el problema es que los internos están armados y hasta usando celulares, lo cual sobrepasa los límites.
“Si son cárceles de máxima seguridad, ¿cómo es posible que entre un arma?”, reflexionó Maldonado, puesto que las aduanas son estrictas y los escáneres detectan cualquier anomalía.
De acuerdo a lo consultado con un experto, las armas que los pandilleros aparecen sosteniendo en el video son fusiles M 16, es decir, armas prohibidas capaces de disparar de 800 a 900 balas por minuto con un alcance de hasta 500 metros, las cuales solo tienen las fuerzas públicas y las unidades de investigación.
Este medio también indagó sobre las incautaciones de armas de fuego en centros penitenciarios de máxima seguridad realizadas en los primeros meses de este año.
Según los registros plasmados en la mencionada solicitud de información recibida, desde enero de 2023 han decomisado seis armas de fuego, 12 armas de fabricación artesanal tipo chimbas, dos cargadores, 90 municiones, 13 cartuchos percutados y una granada de fragmentación en los módulos de máxima seguridad.
Sobre los celulares incautados en los centros de seguridad máxima de Morocelí, El Paraíso, e Ilama, Santa Bárbara, se encontró que han sido 43 desde el 2020, de los cuales apenas 19 corresponden a lo que va de este 2023.
Lo anterior significa que fusiles como los que se aprecian en el video siguen llegando a las manos de los privados de libertad de la Pandilla 18, así como los dispositivos móviles, tal como quedó constatado en videos difundidos por criminales en las últimas reyertas simultáneas que dejaron un muerto y seis heridos en la cárcel ‘El Pozo’ en Ilama, Santa Bárbara, ‘La Tolva’ en Morocelí, El Paraíso y en la Penitenciaría Nacional de Támara.
Autogobierno de las maras
Este equipo indagó sobre si existe alguna investigación abierta en el Ministerio Público, donde se vive un paro de labores que ya lleva más de dos meses. El jefe de comunicaciones, Yuri Mora, se limitó a decir que el Instituto Nacional Penitenciario (INP) es la entidad que debería dar el primer paso al respecto.
De su lado, Melissa Escoto, titular del Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura, Tratos Crueles, Inhumanos y Degradantes (Conaprev), declaró que si un privado de libertad tiene armas es que hubo alguien que lo facilitó o fue permisivo para que pasara.
“La gobernabilidad de los centros sigue siendo un reto, ya lo señaló la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, el autogobierno, donde los reos tienen el control de los centros. La gestión del sistema penitenciario debería estar dirigida por personas civiles, especializadas en temas penitenciarios”, mencionó.
Actualmente, hay 19,584 privados de libertad en centros penales a nivel nacional, con 150% de sobrepoblación, según datos recabados por este medio. En los centros penales se ha desatado en las últimas semanas una gran crisis -con solicitudes de los reos de por medio-, al punto de que la presidenta Castro anunció una intervención presidida por la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva.
Las peticiones de los criminales van desde frenar las capturas en las calles por parte de la Dirección Policial Anti Maras y Pandillas Contra el Crimen Organizado (Dipampco), hasta la posibilidad de que una sola mara o pandilla esté recluida en un centro penal.
EL HERALDO Plus también reveló que la Mara Salvatrucha (MS-13) había tomado el control total del Centro Penitenciario de Támara esta semana. Los cabecilleras del grupo ordenaron al personal administrativo abandonar sus puestos de trabajo a inicios de semana.
Por otra parte, un oficio al que tuvo acceso LA PRENSA Premium y EL HERALDO Plus (349-DN INP-2023), con fecha 14 de marzo de 2023, revela que el INP planeaba desde antes redistribuir a los privados de libertad, al punto de sacar de Támara a la Mara Salvatrucha y la pandilla 18.
En la orden se detalló que la distribución quedaría de la siguiente manera: Centro Penitenciario de Morocelí, en El Paraíso, e Ilama, en Santa Barbara, “será para las estructuras criminales maras y pandillas (Mara MS-13 y Pandilla 18)”.
En tanto, el Centro Penitenciario de Siria, El Porvenir, será para delincuencia común, bandas organizadas y procesados por otros delitos.
EL HERALDO Plus y LA PRENSA Premium se intentaron comunicar con el director del INP, Otoniel Castillo Lemus, para tener su versión de los hechos y acciones a tomar, pero no respondió las llamadas y tras solicitar una cita no fue otorgada al conocer el tema a tratar.
Las últimas investigaciones de este periódico indican que diversas organizaciones internacionales que trabajan de cerca con el sistema penitenciario del país están perdiendo donantes por la corrupción que se vive en los centros penales a nivel nacional.
Fue en 2016 que el expresidente Juan Orlando Hernández, quien enfrenta un juicio por narcotráfico en Nueva York, anunció el traslado de reos de alta peligrosidad a las cárceles de máxima seguridad, donde supuestamente ni la señal entraba.
“Son instalaciones con última generación, todos los individuos peligrosos estarán aislados, tendrán una hora de exposición al sol, no tendrán derecho a llamadas telefónicas y serán suspendidas de forma indefinida las visitas”, dijo en ese entonces como una estrategia para hacerle frente a la criminalidad.
Sin embargo, una vez más, los criminales recluidos en centros de máxima seguridad demostraron su habilidad para burlar las restricciones. En esa fiesta decembrina en 2022 se mostraron entusiastas y devotos de la Navidad, como si fuera la oportunidad perfecta para mostrar su amor al prójimo. Tres meses después exhibieron su poderío coordinando reyertas de forma simultánea en cuatro cárceles. Ya no era tiempo de celebrar, sino de matar.