IRRESPONSABILIDAD

Millonario desfalco en Sedis dejó sin casa a cientos de hondureños: “Me dieron a entender que no harían nada”

21.06.2022
La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus recogió una gran cantidad de testimonios de personas que fueron embaucadas por ONG con la construcción de viviendas en proyectos gestionados por Sedis

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cansados de esperar y que no les atiendan sus llamadas, durante meses, varias personas afectadas por el millonario desfalco de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis) en la construcción de viviendas denunciaron a través de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus la situación que sufren al no contar con las casas que les prometieron.

Reclaman que solo les hicieron dejar listo el terreno para la construcción de sus viviendas en donde muchos proyectos iniciaron y otros quedaron completamente abandonados.

A continuación los testimonios recopilados por este rotativo:

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Miguel Villanueva

Miguel Villanueva, beneficiario

Emocionado porque pensaba que habían llegado los ingenieros de la ONG, así recibió don Miguel a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus.

El anciano lleva casi un año esperando que la gente de Sedis le termine su vivienda.

“Tenía un cuartito aquí, vinieron apurados que si tenía listo el terreno para la casa y me dijeron que deshiciera el cuarto, yo les hice caso, después hicieron estas zanjas y trajeron un material para perderse y nunca volver”, dijo. Villanueva, visiblemente afectado, pidió a las nuevas autoridades que se pongan la mano en la conciencia, “yo les hice caso y boté el cuarto que tenía, que era de madera, pero mío, ahora no tengo nada. Por favor, regresen a construirme mi casa”.

Gladis Gómez

Gladis Gómez, beneficiaria.

La esperanza de tener una casa quedó en el aire para Gladis Gómez y su esposo luego de que la vivienda que les prometió el gobierno anterior nunca se empezó a construir en la comunidad de San Ramón, Lempira.

“Llamaron a mi esposo, él es policía, para ayudarnos, porque perdimos todo en San Pedro Sula en los huracanes Eta y Iota. Nos dijeron que teníamos que tener un terreno listo con el plantel y decidimos que fuera aquí, desde octubre está preparado, vino un ingeniero y una muchacha a ver todo.

Nosotros pagamos mozo para que dejara listo el terreno, pero la gente de Sedis no volvió a venir, la última vez que les hablé el ingeniero me dijo que lo habían sacado del trabajo y me dio a entender que no harían nada”.

Carlos Hernández

Carlos Hernández, beneficiario.

Los huracanes Eta y Iota destruyeron la casa de Jesús Hernández Posadas en la comunidad de Matazanito en el municipio de Lepaera, Lempira, así que la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis) lo incluyó en un listado para construirle una vivienda.

“Vinieron varias veces a ver el terreno, les enseñamos que la casa está toda rajada y por eso le iban a hacer la casa a mi papá, pero pasó el tiempo y nada, hemos llamado pero nos dijeron que al parecer ya no las van a construir”, explicó Carlos Hernández, hijo del beneficiario.

Ambos, padre e hijo, junto con un hermano se encargaron de emparejar el plantel, pues la gente de la ONG les dijo que tenían que tenerlo listo. Ya pasaron dos años desde los huracanes y nada.

Doris Suazo

Doris Suazo, beneficiaria.

En la comunidad de Sosomico, La Paz, la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus encontró a Doris Suazo, una maestra de primaria que fue indemnizada por perder a un familiar en la Granja Penal de Comayagua y le prometieron una casa que nunca terminaron.

“Mire este cemento, duro, se hizo piedra, y otros materiales están dispersos por todos lados, el ingeniero se perdió, dejaron todo a medio hacer, tenemos la necesidad de una vivienda y es difícil saber que tenían el dinero para construirla y no lo hicieron”, dijo la mujer un tanto molesta.

A juicio de Suazo, los responsables del proyecto deberían dar la cara para aclararles si van a seguir o no, “así uno mira cómo la termina, pero no dicen nada”.

Juana Vásquez

Juana Vásquez, beneficiaria

En la etapa final de construcción quedó la morada de Juana Vásquez en la colonia Alto de San Antonio en Siguatepeque, Comayagua. La mujer invirtió en el terreno para que una ONG que Sedis destinó le construyera su casa, pero pasó el tiempo y el proyecto sigue abandonado.

“Aquí en esta bodega que está a la par están unos materiales, venga mire, el cemento ya se enduró y esas otras cosas se están oxidando. Yo he preguntado y me dicen que tenga paciencia, la cosa es que yo pago alquiler, compré el terreno y no es justo que si tuvieron el dinero se lo hayan comido”, dijo la mujer. Vásquez detalló que la construcción realizada es pésima, pero que no tiene opción, era eso o nada.

Olga Zavala

Olga Zavala, beneficiaria.

Doña Olga Zavala es una humilde señora de la tercera edad que perdió a dos familiares en el incendio de la Granja Penal de Comayagua. Desde hace 10 años venía luchando con otro grupo de personas para que el gobierno les cumpliera con una parte de la indemnización, consistente en la construcción de una vivienda.

“Esperamos diez años, me alegré cuando me llamaron los ingenieros, no tenía dinero, así que con ese niño que mira ahí empezamos a emparejar este terreno, votamos la letrina y todo porque me aseguraron que me iban a hacer la casa, yo sigo esperando porque tengo fe”, dijo la señora que tiene su terreno en la zona del barrio Las Colinas, parte alta del barrio Brisas del Bosque, zona de extrema pobreza.

David Ruiz

David Ruiz, beneficiario.

En la comunidad de Tierra Colorada en Tepanguare, La Paz, está iniciada la casa de Ángel David Ruiz, un humilde jornalero que fue víctima de la mala administración de fondos en la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis).

“Esos albañiles que trajeron se perdieron, solo empezaron, esto así empezado está desde hace un año. Yo desde que vi esos albañiles miré que no eran de trabajo porque empezaban a trabajar a las nueve de la mañana, después dijeron que se iban porque no les habían pagado y el ingeniero tampoco volvió a venir, ahí se arruinó el cemento porque pasó mucho tiempo”, argumentó Ruiz. A pesar de la adversidad, el jornalero no pierde la fe de que puedan volver a terminarle su vivienda.

Thelma Zavala

Thelma Zaval, beneficiaria.

Thelma Zavala y su hermano, el policía Sandro Zavala, se quedaron con el plantel listo para la construcción de una casa que no se inició en la colonia La Democracia en El Progreso, Yoro. “Somos damnificados de Eta y Iota, yo vivo con mis hijas en una invasión aquí cerca y mi hermano alquila con sus muchachas.

Cuando llegó el proyecto de vivienda nos alegramos, mi hermano consiguió el terreno, pero nunca avanzó nada y como puede usted ver, somos personas de escasos recursos”.

Zavala no tiene idea sobre qué pasó con la ONG y la compañía constructora, “yo solo sé que las casas eran de Sedis para las personas que perdieron todo pero nunca nos dijeron el nombre de los responsables del proyecto”.

Dina Esther Ávila

Dina Esther Ávila, beneficiaria.

Una gran cantidad de materiales regados y la vivienda a medio terminar es el legado que le dejó la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis) a Dina Esther Ávila y a su esposo, Fernando Gómez, originarios de Tepanguare, La Paz, y quienes iban a ser beneficiados por medio de una ONG.

“Así está la casa, levantaron una parte, trajeron material pero ya hace varios meses que no han avisado, hemos llamado y nos dicen que tengamos paciencia.

En el caso de nosotros vivimos aquí en la casa de nuestros padres y sería muy bueno tener nuestra casa propia, además sabemos que el dinero se les entregó”, dijo la mujer. Al igual que la mayoría de beneficiarios, esta familia tiene fe en que les terminen la vivienda.

Dora Osorio

Dora Osorio, beneficiaria.

Dora Argentina Osorio, beneficiaria con el proyecto de viviendas de la Secretaría de Desarrollo e Inclusión Social (Sedis) por medio de ONG, ya no recuerda cuándo fue la última vez que los ingenieros y albañiles llegaron a su terreno en Tepanguare, La Paz.

“Uy, no sé si va un año o más, pero aquí no volvieron”, dijo la señora. Al igual que en la mayoría de proyectos fallidos, la construcción de la casa de doña Dora comenzó tarde pero de inicio se vio un avance.

“No sé por qué pararon y se fueron, todo esto del cambio de gobierno afectó. Yo les pido que regresen, no tengo el dinero para continuar con la casita y de verdad la ocupo, les pido que nos ayuden para poder tener un techo”, suplicó la señora.

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