Contactamos a la guapa expresentadora del programa Showtime para que nos contara un poco más de su vida personal y laboral. La cita fue en la Sala de Redacción de EL HERALDO, hasta donde Aileen llegó muy puntual, vistiendo un pantalón blanco, una camiseta verde, calzado deportivo y un maquillaje muy natural, allí minuto a minuto fuimos conociendo todo lo que se esconde tras su encantadora sonrisa.
Aileen Gómez, dicho con sus palabras, se considera una 'persona echa pa'lante', guerrera, luchadora, emprendedora, segura y decidida de hacer las cosas bien y de dejar muy en alto sus valores y principios, así como el nombre de Venezuela.
Soy licenciada en comunicación social, me fui por la mención corporativa, soy egresada de la Universidad Santa María en Caracas, Venezuela, en el año 2015.
Mi carrera la saqué con una beca deportiva, los cinco años de carrera jugué kikimbol y gracias a esa beca pude pagar mis estudios.
Entonces, ¿practicas deportes?
Sí, me encantan. Mira, soy amante de los deportes extremos, me encantan los deportes donde la adrenalina sale a flote porque te hace sentir vivo. Me encantan los deportes que tienen que ver con el mar, soy muy de mar.
Practico skimboard, un deporte similar al surf, en Honduras no mucho porque las playas no me ayudan tanto, skimboard, un deporte como el surf que se hace en la orilla. Es un poquito riesgoso.
También juego basquetbol, fútbol campo, futbolito de cancha, todo lo que tenga que ver con actividades al aire libre y que haga sentirte vivo, yo estoy ahí.
¿Hace cuánto te mudaste a Honduras?
Hace tres años.
¿Por qué tomaste la decisión de mudarte a Honduras?
Pues mira, para serte sincera no fue que tuve muchas opciones a elegir. De hecho, dentro de mi ignorancia yo solo sabía que Honduras era un país centroamericano y una realidad es que las personas no miran a otros países latinoamericanos o tercermundistas como objetivo para migrar y buscar calidad de vida, sin embargo, un día entre todo el ajetreo y la situación de Venezuela, que cada vez fue empeorando más, me llegó una propuesta de trabajo por cadena de WhatsApp, por mensaje de difusión de un amigo, que una persona dueña de un bar estaba buscando aquí bartenders venezolanas para trabajar por tres meses bajo contrato con todo pago.
Y bueno, entenderás que como está la situación de Venezuela de hace cinco años para acá el hecho que una empresa de afuera te ofrezca trabajo pagándote el pasaje, que es superdifícil conseguirlo por su costo, pagándote estadía que te ofrecen dónde llegar, qué comer, estadía, pues es difícil rechazarlo.
Yo no quería irme de mi país, pero vi esto como un escape, no pensaba quedarme en Honduras, yo venía solo por tres meses.
¿Tu familia aún vive en Venezuela?
Sí, parte de mi familia aún vive en Venezuela. Mi mamá, mi hermana mayor y mi papá digamos que ellos son de los que se les hace difícil salir por la edad, en el caso de mis papas. Mi hermana mayor siempre ha sabido cómo buscarse, estar un paso más adelante de todo, tomó las previsiones necesarias y gracias a Dios todavía tiene trabajo y le está yendo bien entre comillas.
¿Cuántos hermanos son?
Somos cinco hermanos en total, mezclados por parte de mamá y papá.
¿Tus hermanos también migraron hacia otros países?
Ciertamente la juventud venezolana preparada y la no preparada cada vez fue buscando más oportunidades afuera, una de mis hermanas, por ejemplo, se fue a Argentina, ella es egresada de la Universidad Central de Venezuela y está trabajando en una empresa de préstamos de banco en Argentina, donde fue que consiguió.
Tengo un hermano en Francia que también se fue buscando oportunidades, gracias a Dios está ejerciendo su carrera, otro hermano en Chile, tiene 16 años.
¿Cómo llegas a la televisión?
Fue muy loco. Fíjate que yo desde que llegué fui haciendo ruido. Tegucigalpa es pequeño, se fue corriendo esa voz, sobre todo por mi brazo tatuado, de que había una chama (muchacha) tatuada y fue siendo como la venezolana, se fue haciendo nombre.
Un día estaba trabajando, en mi segundo trabajo aquí, después que se acabaron los tres meses de contrato yo decido quedarme porque otro bar me hace la misma oferta por seis meses más y dije, bueno, esto me sirve para ahorrar, no me voy a mover mientras tenga todo pago. Decido quedarme esos seis meses y un día llega Quique Rosa al bar donde yo trabajaba y me dijo: '¡Hey! Estamos haciendo un casting para un programa matutino, me gusta tu feeling, me gusta tu aptitud y tal vez quieras llegar. Hice el casting y quedé.
¿Era tu primera vez en cámara?
No, tenía algo de experiencia en Venezuela. Yo era host de un programa deportivo de boliche, fue muy poco lo que duró, pero sí logré rescatar algo de ahí como experiencia que luego pude aplicar en la televisión.
¿A qué te dedicas actualmente?
Ahorita sigo trabajando en los medios de comunicación, si se quiere soy una especie de influencer a través de las redes sociales. Gracias a Dios la gente de Honduras se ha conectado conmigo y me ha visto como una figura luchadora, trabajadora.
También logré emprender aquí en Honduras, me asocié con dos amigos y aperturamos un restaurante de arepas y en mi vida iba a imaginarme yo que iba a tener un restaurante de arepas, pero así pasó y lo estoy dirigiendo de manera comercial y va a empezar un proyecto muy bonito en un canal nuevo en televisión, momentáneamente va a ser solo contenido para Internet, pero el plan va a ser que luego vaya ese programa a la radio y después a la televisión nacional.
Agradezco todo el espacio que en Honduras se me ha brindado, pues no solo tuve la oportunidad de emprender, sino también de ejercer mi carrera, algo que no pude hacer en Venezuela.
¿Piensas quedarte mucho más tiempo en Honduras?Sí, mira, no te miento. Yo soy la primera que quisiera volver a Venezuela cuando esto acabe, cuando esto caiga, pero obviamente deben darse condiciones empezando por la seguridad. Venezuela es un país sumamente inseguro, para poner en perspectiva, aquí me siento segura, con calidad de vida, entonces si bien quiero regresar a mi tierra, hacerlo ahorita sería un retroceso para mi vida profesional y personal.
¿Piensas traer a tus padres en algún momento?
Es una opción, me encantaría traerlos. Pero no es tan fácil ni para mí económicamente hablando ni para ellos dejar su tierra de tanto años, pero no creo que lo logre.
Tienes varios tatuajes en tu brazo, ¿tiene algún significado especial?
Todos. Yo no sabía cómo era la situación de los tatuajes aquí en Honduras y cuando me la contaron recién llegada yo dije, creo que este no es lugar para mí.
Todos significan algo para mí, es una manera de grabar momentos si se quiere en la piel.
La flor de loto representa la lucha contra la adversidad. El de la playa es una imagen que me dibujó mi papá y la plasmé en mi brazo, él fue de hecho el impulso para tatuarme. Una brújula que significa enfoque siempre en el norte. Uno de alas es porque soy muy devota a San Miguel Arcángel, la catrina con mi cara porque me gusta mucho la cultura de los muertos, es uno de los que me hice aquí en Honduras.El de las manitas orando, hecho por un buen artista de acá, por David Santos, me encantó y decidí hacérmelo. Con este último hay una historia más espiritual.
Yo no creo demasiado en la iglesia, yo creo mucho en Dios, mas no en la iglesia, porque creo en el poder de la oración. Con todas las trabas y barreras que me han tocado vivir en Honduras, porque no ha sido fácil, yo perdí mi fe y hace poco, hace como un mes, en uno de esos quiebres emocionales que me dio, oré tanto, con tanta fe de nuevo, fue como mi ultimo recurso y esa semana, no sé si es coincidencia, fue la galaxia, pero esa semana empezaron a pasar tantas cosas positivas que fui y me lo tatué.Una mujer tan bella debe tener muchos admiradores, actualmente ¿tienes pareja sentimental?
Es complicado. Mi situación sentimental, es complicada, pero vamos a decir que sí.
¿Con quién vives en Honduras?
Vivo con una compañera, es otra venezolana que también se vino para acá.
¿Tienes algún plato hondureño favorito?
La baleada. La baleada me encanta, es tan completa y rica, te llena tanto, pero también me gustan las pupusas.
Lo único que difiero de la gastronomía hondureña es el exceso del consumo del picante, el chile, que yo no lo soporto, no lo tolero.