Entretenimiento

Judith de Jesús, la “monja” de TikTok, tras dejar el hábito: “La gente de la iglesia es la que me critica”

Si algo le pidió Judith a Dios en la vida era no ser monja ni maestra, sin embargo, no sabía que estas dos vocaciones estarían unidas y la harían en una evangelizadora, pero de una nueva era
04.10.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Agarrada de la mano de Dios, con su fe inquebrantable y con el mismo deseo de evangelizar y llevar la palabra del creador a sus seguidores está Judith de Jesús, una joven mexicana que se hizo popular en TikTok por compartir sobre su vida en el convento y para educar sobre la religión católica.

Judithbio90, su nombre de usuario, habló por primera vez tras dejar los hábito, con Cultura Toker donde confesó las razones que la llevaron a dejar la vida consagrada que conoció por más de siete años y comenzar una nueva, pero siempre con el objetivo de llevar la palabra de Dios.

“Fue una situación muy complicada para mí. Porque yo llegué a la vida religiosa muy ilusionada y fui muy feliz, pero comencé hacer un descernimiento por las situaciones complicadas que comencé a vivir en la congregación, especialmente con algunas hermanas”, confesó a EL HERALDO.

LEA AQUÍ: Lucas Guerra, el retratista de TikTok: “Me resiente un poquito que muchos no saben que soy de Honduras”

Hoy, a poco más de tres meses de haber salido del convento, Judith trata de llevar una vida “normal”, sigue asistiendo a misa, rezando el rosario, pero con las puertas abiertas a enamorarse, a formar una familia y a convertirse en una docente de primaria para seguir en su apostolado.

Aquí la entrevista completa con Cultura Toker:

EL HERALDO (EH): Hola, Judith. ¡Gracias por atender esta entrevista desde Tegucigalpa, Honduras! ¿Cómo estás?

Judith de Jesús (JJ): Gracias por la invitación, estoy un poco nerviosa porque tenía tiempo que no me invitaban a una entrevista. Muchas gracias por la invitación.

EH: ¿De qué parte de México sos?

JJ: Soy originaria de Zamora, Michoacán, pero actualmente vivo en Irapuato, Guanajuato, en el centro del corazón de México.

EH: ¿Qué le recomendarías a un hondureño que desee visitar México?

JJ: Si vienen a México sí o sí tienen que pasar a visitar Guanajuato capital y San Miguel de Allende. Son destinos turísticos que están recomendados de verdad y hasta están reconocidos culturalmente a nivel internacional. Michoacán es el número en gastronomía y también pueden visitar el santuario de la mariposa Monarca.

EH: Hablanos un poco de tu familia ¿sos hermana mayor, menor o hija única?

JJ: Somos seis hermanos, pero uno murió casi al nacer, entonces somos cinco. Yo soy la segunda.

EH. ¿Qué estudiaste?

JJ: Antes de ingresar a la congregación, que fue a mis 25 años, estudié una ingeniería en biotecnología, pero como ya iba a ingresar al convento no me alcancé a titular. Ya estaba en lo último. Ahora estudio una licenciatura en normal primaria para ser docente de primaria. Ya estoy en mi último año y de hecho estoy haciendo mi práctica profesional. Mi motivación en este momento es estar con los niños y ser docente, porque veo todo el apostolado que también se puede realizar con ellos desde la educación o ayudar a la sociedad.

MIRE AQUÍ: Rolando García, el Tiktoker con “hambre de triunfar”: “Yo soy testigo de que Dios existe”

EH: ¿Toda tu vida has estado involucrada en la fe católica?

JJ: Sí, desde chiquita ingresé a un colegio de religiosas, ahí nació mi amor por Jesús. De hecho de niña yo me metía al baño y según yo hablaba con un amigo imaginario, pero era Jesús. Pero llegó una etapa muy difícil en mi vida, en la secundaria, porque sufrí bullying y hubo una separación con la religión, hasta llegué a atentar en mi vida y comencé a alejarme de Dios. Luego llegó otro proceso donde tuve una reconciliación con Dios, el sanar y pedirle perdón por todo lo que había hecho y estando en preparatoria siento el llamado a la vida consagrada y cuando decido ser religiosa.

EH. ¿Por qué decidiste convertirte en monja?

JJ: Fue raro porque siempre me quise casar, pero fui a unas misiones de Semana Santa y al regresar a la evaluación, yo vi muchas monjitas bajándose de un autobús y yo les vi sus rostros relucientes, yo les vi alegría y yo quería eso. Cuando estaba por terminar la carrera voy a unas misiones y es donde renace ese llamado. Me pegó mucho saber que Dios me llamaba y me sentí traicionada porque yo le decía a Dios, es que tú sabes que yo te pido un hombre todas las noches. Señor yo quiero al hombre que más te ame. Ya después de un proceso de aceptar el llamado.

EH: ¿Hace cuánto te diste cuenta que tenías esta vocación?

JJ: Desde los 25 años hasta los 32 estuve en el convento. Ya iba para 8, de hecho este año hubiera sido mi último año para tener ya el anillo y tener votos perpetuos.

EH. ¿Cómo lo tomó tu familia?

JJ: Mis hermanos me decían: ‘Estás loca Judith’, el más pequeño me dijo: ‘Has lo que quieras’, la mayor me dijo yo me notó y la otra entró como en crisis porque soñaba con que todos sus hermanos llegaran con sus hijos en Navidad. A mí me preocupaba más mi papá porque creo que él soñaba con que fuera ingeniera. Cuando hablo con mi papá él me confiesa que él quiso ser sacerdote y que él siempre le había pedido a Dios que tomara uno de sus hijos.

EH: ¿Qué te llevó a dejar el hábito? ¿Cómo es tu vida?

JJ: Fue muy fuerte dejar el hábito y yo le decía a Diosito si tu me llamaste por qué permitiste que pasara todo lo que pasó adentro. Fue una situación muy complicada para mí. Porque yo llegué a la vida religiosa muy ilusionada y fui muy feliz, pero comencé hacer un descernimiento por las situaciones complicadas que comencé a vivir en la congregación, especialmente con algunas hermanas. Por mi salud emocional y psicológica llegué a sentir que ya no podía. Tuve conflictos fuertes.

Cuando salgo yo no sabía a todo lo que me iba a enfrentar porque ha sido muy fuerte. Un día me levanté odiando a Dios y le reclamé tantas cosas porque me empecé a comparar con otras compañeras y sus vidas y yo qué he hecho. Empecé a sentir una miseria que le reclamé a Dios, le dije por qué me hiciste esto y a parte cargar con el peso de las redes sociales.

Yo no me atrevía a salir a la calle vestida de civil, fue algo que me costó demasiado porque sentía que me iban a juzgar, además de que fueron siete años de no vestir así. Hasta dejé de ir a misa a diario por el miedo a que me criticaran.

El primer domingo que yo fui a misa fue muy fuerte para mí porque hubo una persona del grupo juvenil que cuando me vio se río de mí junto a su mamá. Esto fue algo tan fuerte porque yo dije cómo es que la gente de la iglesia la que me critica y la gente que no está cercana a Dios me dice vamos, sí se puede, no te estanques. Para mí fue muy fuerte sentirme juzgada por mi propia iglesia.

VEA AQUÍ: Carlos Daniel Baca, el tiktoker coleccionista de autos a escala: “Heredé la afición de mi papá... solo jugaba con ellos cuando los limpiaba”

Dios me dio respuesta para hacer catequesis

EH: ¿Qué te motivó a llevar la palabra de Dios a las redes sociales?

JJ: No quería, fue por la cuarentena. Mi temperamento suele ser muy fuerte y para ese entonces teníamos planeadas las vacaciones comunitarias e íbamos a ir a la playa y de repente llega la cuarentena y me enojé con Dios. El estar encerrada me hizo molestarme mucho. Me divertía viendo los estados de Whatsapp y miré a una compañera que había subido un TikTok. Yo tenía, pero no lo usaba porque no lo entendía.

Un día vi un video de una chava con cáncer y estaba haciendo el de la “Tusa católica” y yo me grabé haciendo el mismo video y lo publiqué, no sabía que tenía mi cuenta pública. Luego me llegaron comentarios que hiciera más. Luego comencé hacer más videos.

También llegó una etapa de discernimiento sobre el contenido que subía. Y de repente pensé que sería padre hacer catequesis. Yo le pedí ayuda al Señor para hacerlas y él me dio respuesta.

EH: ¿Tenías problemas en el convento cuando decidiste compartir sobre la religión?

JJ: Sí me apoyaron. Ellas me decían es vocacional lo que tu vas hacer. Al final sí sentí una batalla de egos. Si a mí me invitaban, por ejemplo, a hacer promoción vocacional a una parroquia ahí me decían que yo no era la promotora vocacional. Y cuando yo decía que no iba a ir yo, me decían que no querrían a la promotora sino que a mí. Ahí vinieron los problemas porque me comenzaban a buscar, querían que yo fuera eventos. De alguna manera se mal interpretaba que yo quería resaltar o lucirme. Sí se empezaron a dar ciertas cosas que me provocaron muchas heridas en mi vida consagrada y fue donde dije ya no puedo.

También porque se me hacían muchas observaciones en cuanto a mi cabello. Yo siempre he sufrido de baja autoestima y para mí lo que me gusta es mi cabello y que me dijeran cosas me llegó a lastimar demasiado. Hasta que llegué y le puse un alto y les pedí que no hablaran de mi aspecto físico porque solo yo sé la guerra interna que estoy viviendo. Fue cuando tuve conflictos fuertes. Por mi salud mental y emocional. Amo mucho la vida consagrada, pero ya no puedo.

LE PUEDE INTERESAR: Ali Kafie, la consejera financiera de TikTok: “Estoy clara que esto es algo que Dios puso en mi camino”

EH. ¿Cómo ha sido tu experiencia en TikTok con el tema de los malos comentarios? ¿Cómo los manejas?

JJ: No leo muchos los comentarios en TikTok. Más ahorita que estoy en mi proceso de salir, de hecho pensé que sería más fuerte el hate (odio), la verdad no lo he sentido. Pero algunos me dicen que abandoné a Dios por el mundo. Al principio quiso pegarme, pero dije por qué me va a pegar si yo sé por qué salí, yo sé mi realidad, yo sé mi proceso. Yo sé que si contara mi proceso quedaría como víctima y no quiero eso, ni quiero que me tengan lástima. Pero sí hay tres personas que llegué a bloquear por sus comentarios.

De los comentarios toma lo que te sirve adelante, y lo que no deséchalo.

EH: ¿Y a Judith qué le gusta ver en redes sociales? ¿Qué contenido es tu preferido?

JJ: Ahorita empecé otra vez mi tratamiento para bajar de peso, dentro de la congregación no me lo permitían. Desde junio llevo 8 kilos y medio abajo. Me gusta ver mucho de nutriólogas y de recetas. A mí me encanta la cocina. Me gusta ver contenido de maestros y de católicos y de cristianos.

EH: ¿Has considerado cambiar tu temática en TikTok?

JJ: No, porque si estoy en redes en precisamente porque quiero esto. Quiero evangelizar a través de redes. Prefiero llevármela tranquila, si hago videos es por gusto y no por trabajar. Quizá sí quisiera adaptar otras cosas, quizá abrir una cuenta alterna para subir contenido de educación.

“Me encantaría enamorarme”

EH: Ahora que ya no estás en el convento ¿Cómo ha cambiado tu vida?

JJ: Lo que más ha cambiado es la misa diaria. En mi pueblo no iba por miedo a las críticas, pero ahora donde vivo no voy por que no me da el tiempo, pero voy los domingos. Siempre pongo la misa primero y luego todo lo demás. El rosario tampoco lo hago a diario, pero hago en algún momento del día un misterio. No he salido a fiestas, me gusta bailar, pero ir de antro (discoteca) no está en mi.

ADEMÁS: Nayeli Pereira de TikTok: “Cuando comencé a hacer videos le pregunté a mi mamá si Dios se enojaba”

EH: Dejar el convento es una decisión permanente o crees regresar

JJ: Al principio mi decisión era abierta y en el convento me dejaron las puertas abiertas, pero ahorita que estoy afuera siento que sería muy difícil para mí regresar, no porque no quiero saber nada de la vida religiosa, sí salí lastimada, pero no hay rencor en mi corazón. También siento que sería muy complicado porque veo la realidad de mi familia con mis papás. La verdad que veo a mis papás más grandes, mayores. Y ahorita lo que quisiera es terminar la universidad para trabajar y poner un negocio también para apoyar a mis papás y esto es algo que dentro de la congregación no puedo hacer.

Aparte por todo esto de las heridas que se me hicieron dentro sería muy fuerte regresar a la congregación, pero no sé lo que Dios quiere, pero en este momento quiero quedarme con mis papás y como laica.

EH: ¿Seguís siendo muy creyente?

JJ: Creo que necesitaba algo así en mi vida, me sentí tan a gusto y el que llegara esta crisis tan fuerte hizo que me enojara con Dios, pero me ha hecho amarlo más. Realmente cuando vez la prueba y esas sacudidas tan fuertes es cuando te agarras o te vas. Si solamente Dios me ha sacado de todos mis apuros, yo quiero creer que tiene algo grande para mí. Si hubo una decepción de la vida consagrada, me voy por personas no porque no sienta el llamado. Ahorita siento que Dios me está llevando por otro lado. Mi cruz es lo que estoy viviendo ahorita, porque solo yo sé lo que me costó salir de ahí porque el convento era mi vida y el estar fuera y que las personas me juzguen es mi cruz. Me siento muy agarrada de la mano de Dios. Siento que tengo a Dios muy presente en mi vida.

EH: ¿Te gustaría enamorarte?

JJ. Me encantaría. Yo siento que el amor de pareja es algo muy hermoso que yo lo reclamaba mucho. Ahora que estoy fuera no me gustaría quedarme soltera toda la vida, si Dios así lo quiere se lo reclamaré toda la vida. Pero se me hace muy bonito el amor de pareja, de novios, y si es algo que le pido a Dios que me mande a la personas que él quiere en mi vida. Si me gustaría enamorarme. Sí me gustaría tener hijos, lo puedo decir abiertamente. No sé si será posible porque los hijos son un don de Dios.

EH: ¿Cómo te ves en dos años?

JJ: Siendo maestra, me veo con mi plaza estatal o federal. Quizá todavía no casada, pero sí en una relación. Estable económicamente apoyando a mis papás y en redes sociales más afianzada con un proyecto más claro de lo que quiero hacer.

TAMBIÉN: “Sensillo con S”: Borré TikTok porque mi hermano dijo que mis videos eran horribles... en la cuarentena volví