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Ernesto Bondy: 'Soy un cuentista de largo alcance'

El ganador del Premio Nacional de Literatura “Ramón Rosa” expuso a EL HERALDO sus experiencias, opiniones y próximos proyectos en el campo de las letras

06.09.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Fue hasta después de 30 años de ejercer su profesión de ingeniero que Ernesto Bondy se decidió a contar historias e imprimió los primeros trazos de su obra literaria. Miembro de la Academia Hondureña de la Lengua y acreedor de reconocimientos literarios, corona su carrera como escritor con el Premio Nacional de Literatura “Ramón Rosa”. Aquí una entrevista concedida a EL HERALDO.

Al recibir el Premio Nacional de Literatura “Ramón Rosa” destacó que esa sed de reconocimiento como escritor había quedado saciada, ¿a qué hacía referencia, específicamente?
En la vida uno es muchas cosas. Yo, en particular, he tenido bastantes variaciones. Para ser padre, cada mañana que uno se levanta y saluda a sus hijos, estos le reconocen que uno es su padre; sea bueno o malo, es padre. Cuando uno termina de estudiar hay un rector que es una autoridad y que le entrega a uno un título firmado diciéndole que es ingeniero; al día siguiente, ya es ingeniero toda la vida. Como escritor… uno escribe, escribe y escribe, sin saber si lo leen, si lo conocen, salvo que de repente otro escritor me haga una crítica y me la envíe. Pero cuando el gobierno le dice a uno por decreto que se ha sentado un grupo de expertos y han determinado que usted, además de ser un buen escritor, ha sido el mejor de esta época, ¡hombre, cae bien!, al menos a mi edad. Es bonito sentirlo, vivirlo y lo disfruto porque si no, no estaríamos hablando de esto.

Usted resultó ganador del Concurso de Cuentos Cortos Inéditos de EL HERALDO en 2017, ¿cómo recuerda esa vivencia?
Hasta hace muy poco el único reconocimiento oficial del que podría hablar habría sido: “Me gané el premio único de narrativa de EL HERALDO hace unos años”. Yo no ando concursando, muy poco lo hago, pero esa vez concursé, gané y me encantó. Ahí me di cuenta de que es interesante que a uno se le reconozca. Y respecto a la iniciativa, es fabulosa. Inclusive son el tipo de proyectos que uno lamenta que se vayan perdiendo poco a poco, contando con que no soy muy entregado a la literatura hondureña, por una serie de circunstancias.

En ese sentido, ¿qué opinión le merece la literatura hondureña y cómo fue que incursionó en ella?
Recuerde usted que yo soy ingeniero, que soy del área de las ciencias, y que a veces el mundo lo veo con esos ojos. Entonces, cuando empiezo a meterle números a cómo la cosa se ha ido moviendo, me doy cuenta de que en Honduras la presión por editar fue disminuyendo porque algunos promotores de la cultura armaron espacios en los periódicos para que la gente de alguna manera se desahogara. Por ejemplo, yo escribo mi primer cuento y no encuentro qué hacer con él (a mis 50 años). Consulto con los entendidos, que son los literatos, y ahí nadie me puede dar una solución. Y de repente don Óscar Acosta, un literato muy reconocido, más por su promoción que por sus obras, tiene una revista que le financia un periódico, que eran ustedes, y me dice que quiere editar mi cuento. Y yo me sentí muy bien, porque era la única manera de salir al público.

Ernesto Bondy posee un gran legado literario, con seis obras a su nombre y premios de respaldo.


¿Se considera un escritor o cuentista distinto del resto, al menos en Honduras?
Resulta que yo soy un cuentista de largo alcance. Escribo cuentos de 20, 30, 70 páginas, cuando el hondureño comúnmente lo hace de entre tres y cinco. Cuando dije “voy a salir con un libro”, hice toda una inversión, porque no iba a ser solo de un cuento; para ello escribí seis en 200 páginas. Yo tengo información propia, casi exclusiva, de que en Honduras en aproximadamente 100 años que se analizaron, solo el 4% de la población de escritores llegaba a publicar cuatro libros. El 75% solo escribe uno en toda su vida. Y solo el 2% llegamos a cinco, que muchas veces no son literatura pura, sino ensayos, biografías, antologías, remembranzas. E inclusive, dentro de esa misma narrativa, hay demasiada política, la mayor parte de estilo bananera. Y no es que yo crea que esté mal, pero llega un momento en que uno ya no puede leer a un escritor hondureño, porque ya sabe que se va a encontrar con todo eso, y no es lo que personalmente yo ando buscando.

En otro momento mencionó que le habría gustado comenzar a escribir en la adolescencia, ¿sigue pensando así?
Cuando yo comencé a escribir me encontraba con todo este mundo de gente con seguridad para hacerlo, seguridad que yo tengo como ingeniero. Gente que escribe desde los 20 años, metidos de lleno en la literatura; cosa que yo hice pero como lector. De hecho, lectores, escritores, alumnos, catedráticos, editores y demás tienen una soltura para hablar de Juan Ramón Molina, de Guillén Zelaya, de Valle… que uno dice “bueno, esta gente sabe y a mí me hubiese gustado también pasar por eso”. En mi caso me compenetré con literatura fuera del país, porque cuando llegué a Perú allá le exigen a uno que sepa, porque es un tema de conversación entre las parejas, los enamorados... todo el mundo lo maneja.

¿Qué le diría a esos jóvenes apasionados por la lectura que quizá titubean ante la idea de comenzar a escribir?
Les diría que amplíen totalmente su mente. Si se concentran nada más en la literatura ancestral, histórica, nuestra, van a caer en el prejuicio, porque en este momento yo veo que hay bastantes escritores jóvenes siguiendo la misma tendencia. Digamos, existe un notorio desarrollo de poesía femenina, pero la mayoría ya no es la poesía del amor y el desamor, sino que es estrictamente feminista, antimachista… se está cayendo en el proceso de socializarse demasiado. Abran completamente su mente leyendo literatura de afuera y también lo de adentro, porque les van a exigir siempre ese compromiso. Y viajen mucho, porque si tienen mucho camino recorrido, es todavía mejor.

¿Habrá nuevas publicaciones de Ernesto Bondy o cuáles son sus proyectos venideros en este camino de letras?
Justo ahora estoy esperando las primeras correcciones de dos libros que tengo en una editorial online en la Argentina. Uno es una reedición de mi primer libro de cuentos, que me ha pedido mucha gente, lo que me implicó revisar todo el texto y aprovechar algunas anotaciones que me habían hecho por escrito algunos críticos de alto nivel aquí en Honduras. El otro es muy distinto. Yo estuve comentando durante 25 años en un periódico con el seudónimo de Mauricio Babilonia y mandé mis comentarios político-sociales allí con alguna regularidad. Ahora agarré todos mis ciento y pico escritos, los ordené y los estoy sacando en un libro que publicaré este mismo año. Por otro lado, pienso en un libro de cuentos, de 200 a más páginas, y en una novela que tengo totalmente esquematizada en mi cabeza, pero de la que no he escrito ni el 5%. Me tengo que aterrizar y eso me va a tomar un par de años.

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