Tegucigalpa, Honduras
Guillermo Anderson con su música trascendió las fronteras, llevando los ritmos hondureños como su estandarte por diferentes rincones del mundo. En su carrera le cantó a la belleza natural de Honduras, a La Ceiba -su amada-, al diario vivir de su gente, a las tradiciones de la cultura caribeña, a la nostalgia de los que parten fuera del país en busca de mejores oportunidades y a la alarmante destrucción de los recursos naturales.
Anderson no solo fue playa, brisa y mar, fue uno de los músicos más importantes de toda Honduras, país al que representó con ingenio desde el centro del continente hasta el norte y el sur, sin olvidar a Europa y Asia; marcando un legado para muchos artistas de la actual generación que han visto en Anderson a un maestro.
Sus inicios
Sus primeras obras nacieron mientras cursaba estudios superiores en Letras con énfasis en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de California, en Santa Cruz en 1986, a donde arribó según él para “aplicar todo lo que había aprendido en su país”.
Hasta allí llegó como un joven con una maleta de sueños enormes tras cursar la primaria en la Escuela Mazapán y la secundaria en el Instituto San Isidro, en donde hoy es tal vez el estudiante ceibeño más ilustre en haber pasado por sus aulas.
Fue en el teatro de esa universidad en donde Guillermo hizo sus primeros trabajos mientras alternaba la composición y la música con la actuación, lo que lo definió como un artista natural que poco a poco despuntaba.
Uno de sus trabajos más importantes en California lo realizó en una compañía que hacía teatro bilingüe para niños inmigrantes, y de ese proceso resulta su concierto y disco “Para los chiquitos”.
Mientras vivió en Estados Unidos, trabajó en compañías profesionales de teatro latinoamericano como el Teatro de la Esperanza, en San Francisco, y el Teatro Campesino de Luis Valdez.
Regreso a Honduras
En 1987 Guillermo regresó a La Ceiba y creó junto a otros artistas el grupo Colectivartes, que sirvió para que artistas de Europa y Estados Unidos realizaran proyectos culturales en la ciudad como el recordado Sabor a Sombra, un espectáculo de danza, teatro y música basado en la poesía del ceibeño Nelson Merren.
El músico se dedicó luego a mejorar sus conciertos y a aparecer en festivales como Aires de Abril en Tegucigalpa y en presentaciones en las áreas rurales de Honduras.
Fue durante esa etapa que Guillermo hizo sus primeras grabaciones, “Retratos” y “En mi país”, en casetes que vendía en sus conciertos.
Desde entonces, la percusión caribeña con ritmo a punta y parranda, así como otros sonidos contemporáneos, fueron marcando un estilo propio con sello catracho en sus conciertos que mezclaban amor, naturaleza y escenas de la vida cotidiana que sirvieron de ventana hondureña para todo el mundo.
El éxito en carrera
Los viajes del cantautor lo llevaron a convertirse en un trovador querido en su tierra, hasta convertirlo en uno de los más relevantes de la escena nacional y llevarlo a ser nombrado embajador cultural de Honduras ante el mundo.
Hablar de música hondureña sin mencionar a Guillermo Anderson es imposible debido a su aporte a varias causas y campañas de educación y salud.
Su canción “En mi país” es considerada un himno alternativo en Honduras y sus temas para niños son cantados en las escuelas públicas.
“El encarguito”, una lista de comidas tradicionales de Honduras y comentario sobre la nostalgia de los inmigrantes por las tradiciones de su tierra, se convirtió rápidamente en un tema muy popular, cuyo video cierra actualmente la programación de varios canales de televisión en el país.
En Honduras, el artista obtuvo el Premio Nacional de Arte y Premio Copán de Turismo; la entonces Secretaría de Cultura, Artes y Deportes lo condecoró con la Hoja de Laurel en Oro. En 2013 publicó su último disco, “Lluvia con sol”, del cual se extrajo el tema “Dale play a la esperanza”, tema oficial de la Teletón de ese año. “Aló mamá” y “Solo calales” también fueron parte de este disco.
A lo largo de su carrera se presentó en escenarios de Centroamérica, Estados Unidos, España, Alemania, Italia, Inglaterra y varios países de Asia.