Tegucigalpa, Honduras
Uno de los artistas de la acuarela más destacados de Honduras ha fallecido, y con ello el lamento de su ausencia impera entre aquellos que tuvieron la dicha de conocer tanto de su calidad humana como de su invaluable obra.
“La muerte se ha ensañado con los artistas. Hoy, bajo una tenue lluvia en la montaña de Cerro Azul, Santos Arzú me ha informado de la repentina muerte de Ulises Rivera, el gran maestro de la acuarela hondureña. Al cielo le faltó luz para recoger el brillo del alma de un hombre que entre agua y color dejó testimonio de un virtuosismo técnico que tocó todo lo que sus ojos vieron (paisaje urbano, paisaje natural, rostros, objetos)”, expresó con pesar el crítico de arte Carlos Lanza.
 |
Rivera, considerado por muchos de sus colegas creadores y conocedores de la plástica como todo un experto en su campo, logró acumular décadas de trayectoria y trasladar su legado a diversas exposiciones que tuvieron lugar dentro y fuera del país. En julio del año pasado fue homenajeado junto a otras cuatro figuras hondureñas en los Premios Identidad 2018, en San Pedro Sula, por exaltar el nombre de su patria por medio de su talento como pintor.
“En sus manos la belleza soñó con sus mejores acordes de luz. Una danza de color pobló el espacio cada vez que Ulises sonaba su lira creativa. Esa luz ya no está, hoy bajo un cielo gris y una lluvia perspicaz, sus acuarelas se disuelven dejando un trazo de dolor. Que un monumento de aplausos crezca eternamente en su memoria”, dijo Lanza.
Ahora solo resta recordarlo tal y como se lo merece: con cariño, admiración y respeto. “Para mí es importante que un artista comparta sus conocimientos, para que los emergentes también se involucren”, dijo Rivera en una ocasión, demostrando que su persona era igual de fascinante que su prestigio.
