TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Una espera que parecía cada vez más perpetuada, entre cientos o quizá miles de fanáticos dispuestos a cantar por amor o con despecho, finalmente acabó cuando en voz de “La reina de la música romántica” se escuchó el grito: “Honduras... ¿cómo están mis damas de hierro?”.
El Complejo Casa Campo de Tegucigalpa pasó a ser el escenario en donde Marisela, “La diva de la voz aterciopelada”, evocó los más sublimes sentimientos y emociones de quienes, inundados de entusiasmo y añoranza, se dieron cita para acompañarla en una velada que recordó sus más entrañables éxitos.
“Sin él, se ha acabado el camino y ahora no sé a dónde ir...” elevó la nostalgia desde los primeros minutos, recordando aquel disco debut de 1986 que le dio a la mexicana un lugar en el corazón de su público. “Sola con mi soledad”, “Completamente tuya” y “Que te vaya bien” dieron continuidad a la jornada.
“Les agradezco por escuchar mi música, porque ustedes siempre han estado allí, mi público querido”, expresó Marisela con la ternura que la caracteriza. “Yo prometí cantarles lo que me pidieran, y eso es lo que voy a hacer”, agregó, mientras tomaba asiento junto a sus músicos para escuchar y complacer cuanto pudieron.
De dicho momento emanaron piezas que, aun sin estar previstas para esa esa ocasión, no podían faltar en el repertorio final. “Me han pedido canciones que no teníamos en lista, pero esto es para ustedes y no me puedo negar”, dijo entre sonrisas. “Aquí no tengo a mi ‘Pareja ideal’, así que canten ustedes conmigo, que los quiero escuchar”, añadió.
“El chico aquel”, “A cambio de qué”, “Porque tengo ganas”, “A escondidas”, “Siénteme, ámame, quiéreme”, “O me quieres o me dejas”, “Vete con ella”, “No puedo olvidarlo”, “Enamorada y herida” y “Si no te hubieras ido” dieron casi por concluido el concierto que reunió a diferentes generaciones, parejas, amigos y familias completas a vivir una experiencia inolvidable.
Por supuesto, su despedida no podía ser otra que interpretando el tema que le dio su más grande título. “Sigo siendo, tu esclava, sigo siendo tu dama de hierro...” corearon todos a una sola voz, exclamando un “hasta pronto” a la mujer que hace constar que aunque a veces en el amor se sufra, siempre habrá una canción que dedicar.
Objetivo
El evento se realizó a beneficio del asilo de inválidos del Hospital General San Felipe, que actualmente atiende a cerca de 40 pacientes. EL HERALDO participó como patrocinador oficial del espectáculo, presentado por Conciertos BAC Credomatic.