SAN PEDRO SULA, HONDURAS.- La Casa de la Cultura, de El Progreso, Yoro, fue el epicentro una vez más del derroche de talento y arte hondureño al dar la bienvenida a la nueva escritora, la doctora Dania Euceda, procedente del municipio de Omoa, Cortés.
Su obra ofrece una poesía madura y sencilla, dirige los mensajes de cada poema como escritos con alma disonante de nostalgia, ausencia y partida. Con sus versos resucita todo eso que en algún momento quisimos expresarle a alguien especial.
El pequeño libro cuya portada luce de colores blanco, gris y negro llamado Abril siete, fue inspirado inicialmente por el fallecimiento de su amado padre Samuel Euceda, a quien la muerte sorprendió y apagó repentinamente en el año 2016.
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“Estaba cursando mi tercer año de Medicina en 2015 cuando mi padre fue diagnosticado con cáncer, tuve que salirme de la carrera para dedicarme a él y cuidarlo. Su muerte en el año 2016 fue el momento más duro, al igual que para mi familia, y de una manera que no me explico la poesía vino a mi vida”, rememoró la universitaria de 27 años mientras se dirigía de frente a su público que la escuchaba atentamente.
La joven recordó que inició leyendo poemas de poetas hondureños y extranjeros, incluso tuvo la oportunidad de conocer a algunos. A medida pasó el tiempo descubrió que más allá de amar la bata blanca y la atención médica en los hospitales, también se comenzó a enamorar de las letras.
“Me gustó cómo en pocos versos se puede expresar tantas emociones y cómo se puede dejar fluir tanto de lo que llevamos dentro, en ese momento fue como una catarsis. Quienes leyeron mis primeros poemas se dieron cuenta que estaban cargados de ausencia, dolor, partida y ese adiós”, recordó la poeta.
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Mencionó que tras participar con buen suceso a través de una serie de competencias de poesía se dio cuenta que realmente sus escritos debían ser leídos y escuchados por el resto de la gente. Euceda, al cierre de su intervención, agradeció a quienes la acompañaron durante el proceso para publicar su primer libro.
La escritora estuvo acompañada de grandes poetas como Iván Figueroa, quien se trasladó desde los Estados Unidos para presenciar la exposición, de igual manera el abogado y doctor en Literatura, Iván Uriarte, desde Nicaragua.
La joven también contó con el apoyo del poeta hondureño Fernando Fernández, quien junto a Iván Figueroa tuvieron la misión de editar el libro Abril siete, además del acompañamiento de Iván Uriarte, un centroamericano con basta experiencia.
“Me he dedicado toda mi vida a la literatura y pertenezco a la generación de los 60, además de haber ganado premios de diferente tipo y ser un crítico. Me alegro mucho por estar aquí y le dedico algunas letras a la joven Dania Euceda”, manifestó el también abogado Iván Uriarte mientras se disponía a alzar un poemario.
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En tanto, Iván Figueroa, poeta con al menos 10 años de experiencia, expresó que “el motivo real de este viaje fue la presentación del libro de Dania Euceda y estoy entusiasmado. Desde que miré sus escritos durante la edición dije... ´aquí hay una poeta´, fue entonces cuando decidí junto a Fernando Fernández poner en marcha una revisión poética-literaria y ahora ya tenemos un libro”.
El nicaragüense, pero radicado desde hace mucho en Estados Unidos, recordó que “siempre que vamos a a presentación de libros muchos se preguntan cómo se hace para empezar, cuando hallamos a jóvenes con esa actitud y ganas los apoyamos desinteresadamente”.
“Hacer poesía no solo es inspiración, no hay que dejarle todo al talento, hay que leer a los grandes autores”, sugirió Figueroa ante medios de comunicación.
Héctor Flores, director de la Casa de la Cultura, se mostró contento por la presentación artística. “Cada libro tiene poesía vinculante con temas de amor, compromiso social y contenidos adversos, pero apegados a lo que la gente puede disfrutar”, comentó.
La nueva poeta hondureña fue acompañada de gran parte de su familia y amigos, quienes rindieron homenaje con aplausos, abrazos, regalos y palabras dirigidas hacia ella por el éxito logrado a sus 27 años.
Principal poema íntegro:
Abril siete marca el calendario...y la luna brilla sutilmente llena de ti. Las olas con su acompasada voz invocan tu nombre.
El sol se detiene por un instante, su luz engulle mi alma, las sombras huyen y siento tu palpitar, mientras nace un verso emulando tu mirada.
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El universo entero conspira y te percibo a mi diestra. Tu espíritu guerrero corre por mis venas ¿Cómo perderme? ¡Soy tu pequeña! Vas delante guiando mis pasos...así lo hacían tus latidos.
El sempiterno abril refresca nuestro recuerdo, árbol y retoño...contemplando el cielo.
