Los Ángeles, Estados Unidos. Kerry Washington reveló el calvario que vivió en su vida. Con una sinceridad brutal y sin eufemismos, reconoció que cuando estaba en la universidad tuvo una relación tóxica con la comida que la llevó, incluso, a pensar en el suicidio. “Fueron pequeños actos de intentar destruirme a mí misma”, reconoció.
La directora y productora ejecutiva hoy tiene 46 años, una carrera sólida en la industria del entretenimiento y una familia que la sostiene: su marido, el también actor Nnamdi Asomugha y sus dos pequeños hijos. Pero no siempre todo le resultó fácil.
Según contó en una entrevista con Robin Roberts para un especial que se transmitirá el domingo, Washington contempló el suicidio en el peor momento de su trastorno. “Estaba tratando de destruirme a mí misma”, confesó.
Además de su crudo relato, la actriz de “Django sin cadenas” leyó un extracto de Thicker Than Water, sus memorias, que se publicarán el 26 de septiembre. De esa forma, explicó que cuando fue a la universidad, su relación con la comida y con su cuerpo se “había convertido en un ciclo tóxico de autoabuso”. “Utilizaba las herramientas del hambre, los atracones, la obsesión por el cuerpo y el ejercicio compulsivo”, detalló.
“Podía sentir que el abuso era una forma de lastimarme realmente, como si no quisiera estar aquí”, le dijo a Roberts durante la charla, cuyo avance se transmitió en Good Morning America.
“Me asustó no poder querer estar aquí porque tenía mucho dolor”, agregó con sinceridad. Además, recordó que era buena tapando lo que realmente sentía. “Podría estar de fiesta toda la noche, beber, fumar, tener sexo y aun así presentarme y tener buenas notas”, continuó.
“Sabía gestionar. Tenía un funcionamiento tan alto... y la comida me sacó. La dismorfia corporal, el odio al cuerpo estaban más allá de mi control y realmente me llevaron a sentir que necesitaba ayuda”, repasó.
Cuando Roberts decidió ponerle palabras a las sensaciones que compartía su entrevistada, preguntó sin eufemismos si en alguna oportunidad había considerado suicidarse. “Sí, sí, fueron pequeños actos de intentar destruirme a mí misma”, admitió.
La estrella de “Fuera de prisión” también admitió que rezó pidiendo ayuda mientras su enfermedad se salía de control y ella, en simultáneo, luchaba por mantener su imagen “perfecta” ante el mundo exterior. Además, reconoció que sus trastornos alimenticios “la pusieron de rodillas” y la hicieron pedirle a “un poder superior” que la ayude a salir.
Si bien la actriz aseguró que ahora se encuentra en una situación mucho mejor con su trastorno alimentario, todavía tiene que revisar su comportamiento. “No diría que nunca me porto mal con la comida, simplemente es muy diferente ahora. No es al extremo. No hay idea suicida, ya no estoy ahí”, contó.
Washington, quien suele ser extremadamente reservada en relación a su vida personal, explicó que decidió compartir su historia en este momento porque tiene un propósito. “Nunca quise compartir mi vida privada por la fama o por llamar la atención”, aclaró.