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Tegucigalpa, Honduras.- Más que un concierto pop del recuerdo, el “Revive tour” de Kudai en Honduras fue un reencuentro con la adolescencia, la nostalgia y el cariño de los fans que navegaron junto a la banda en un viaje “Sin despertar”.
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Durante casi dos horas de show ininterrumpido, la agrupación chilena evidenció que, aunque los tiempos han cambiado desde el lanzamiento de aquel álbum debut (“Vuelo”, 2004) que los hizo conectar con un público inexperto en el amor pero ilusionado por “Escapar” de su realidad, dos décadas después la conexión sigue viva.
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Ahora, con adultos anhelando su regreso a los escenarios y listos para corear de principio a fin los temas que marcaron su adolescencia, Tomás Manzi, Nicole Natalino, Pablo Holman, Bárbara Sepúlveda y Gabriela Villalba dieron inicio con “Disfraz” al espectáculo fijado en el estacionamiento del Hotel Clarion de Tegucigalpa el jueves 7 de noviembre.
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El concierto siguió con “Tal vez”, “No quiero regresar” y “Ven”, mientras los chilenos hacían pausas para saludar a su público y “agradecerles por acompañarlos en una noche tan especial”, respaldada por BMP Show y patrocinada por EL HERALDO.
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A medida transcurría el tiempo, la euforia de los capitalinos y demás hondureños se incrementaba ante la interpretación de los clásicos “Morir de amor”, “No te vayas” y “Lejos de aquí”.
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Y fue entonces cuando las luces de los celulares se movieron de un lado al otro en acompañamiento a “Tú”, un emblema del grupo.
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“Calendario”, “Ya nada queda” y “Sin despertar”, considerados por muchos infaltables favoritos del show, iban marcando el cierre de la velada, y el público lo sabía. Aún con más fuerza, corearon juntos “Nada es igual”, “Escapar”, “Llévame” y “Déjame gritar”, mientras ondeaba la bandera de Honduras.
Una estética sostenida
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El esteticismo de la banda se mantuvo reflejado en detalles como la escenografía, los vestuarios y el maquillaje, en una combinación de elementos futuristas con toques góticos, como una ovación al pop-emo que definió a Kudai en sus años dorados y que se mantiene viva dos décadas después.