Nueva York, Estados Unidos.- La famosa casa de ladrillo de cinco habitaciones y 860 metros cuadrados ubicada en el número 671 de Lincoln Ave. en Winnetka, y que fue el espacio que Kevin McCallister defendió de dos ladrones cuando su familia lo olvidó al irse de vacaciones por Navidad en “Mi pobre angelito”, fue vendida.
Pero la noticia no es precisamente esta, sino que el protagonista de la cinta, el actor Macaulay Culkin, estuvo a punto de pagar los 5.25 millones de dólares que pedían por ella.
La semana pasada se hicieron actividades conmemorativas por los 34 años del estreno de la primera película, y el intérprete fue parte de la agenda, que incluyó la interacción con las personas, que le hicieron preguntas al actor.
En una de sus respuestas, Culkin dijo que estuvo interesado en comprar la casa cuando salió a la venta en mayo de este año, finalmente desistió. La casa se vendió en una semana.
“Estuve a punto de comprarla, solo por diversión”, dijo el actor, pero ¿qué lo desanimó?: “Tengo hijos. Estoy ocupado, hombre”, expresó.
Un papel que lo marcó
El actor de 44 años, dijo que haber sido parte de la saga que tuvo dos entregas, marcó su vida y trayectoria.
Y señaló la dualidad de la experiencia: “Fue una especie de maldición y una bendición, por un tiempo”.
Hay que recordar que la carrera del actor prometía ir en ascenso, pero no logró despegar mucho, realizó algunas películas, separó a su padre como representante y finalmente cayó en las drogas.
Ya recuperado de ese pasado turbulento, Culkin dice que ahora ve el pasado desde otra perspectiva gracias a sus dos hijos.
“Ahora veo la película de manera diferente por eso. La veo a través de una lente diferente, la veo con ellos (sus hijos). Y ellos no tienen idea de quién está sentado a su lado”, contó.
El actor incluso ha manifestado que su hijo menor cree que es Kevin de “Mi pobre angelito”.
El actor sigue inmerso en su carrera, desde la comedia, y construye una vida diferente al lado de su prometida Brenda Song y los hijos que han procreado.