Al momento de enseñarles a sus hijos a inmiscuirse en las tareas del hogar debe considerar que el humano por naturaleza es un ser de costumbres. Es decir, desde temprana edad se debe lograr que el niño entienda que pertenece a un grupo, y que es importante en el hogar.
Cuando están pequeños es el momento propicio para inculcarles a ser participativos, ya sea cooperando con el orden y a no ser carga. Esto se refiere que el pequeño debe entender que los adultos tienen actividades importantes que realizar y que puede cooperar no afectando el tiempo de ellos, un ejemplo es cuando mamá cocina, el niño puede permanecer jugando.
Una vez que el niño entiende que es parte de una familia, poco a poco va identificando a que sexo pertenece; ve a papá haciendo tareas pesadas y se fija en las tareas que hace la madre, por lo que más adelante será fácil para su hijo por medio de la imitación realizar las tareas de la casa.
En la etapa preescolar se recomienda asignar pequeñas responsabilidades, a los niños por naturaleza les resultará más fácil imitar a alguien de su mismo sexo.
Se aconseja que al hacer estas tareas dentro del hogar, motivar con algún premio para que sepa que su trabajo es importante y es recompensado. Si sus hijos son de edad escolar, se aconseja tener un tiempo distribuido y respetarlo, donde el estudio, descanso y obligaciones de la casa no deban afectarse uno con otro para que no hayan problemas de cumplir con alguno.
Las tareas que los padres asignen a sus hijos deberán depender de la edad y grado de responsabilidad que el niño demuestre.
Otro punto importante es que las obligaciones dentro de una casa deben ser creativas, dinámicas y alegres, así estará formando hábitos de cooperación sin necesidad de forzar a los pequeños y ellos harán las cosas por voluntad propia.
De los errores comunes que los padres suelen cometer en la enseñanza de colaboración en su casa, es el rechazo, ya que varios adultos utilizan palabras como “quítese de aquí y no atrase”. El chantaje y comparación son herramientas que no ayudan a su pequeño, negociar no es una opción, mejor motívelo de una manera agradable.
Cabe resaltar que al momento de recompensar con algún premio a su hijo si hace todas las tareas, no será cada vez que cumpla la obligación sino por la perseverancia en realizar cualquier responsabilidad. La violencia física y verbal también está prohibida, ya que esto provocará que él que no se sienta capaz de hacerlo. La comunicación será vital entre los padres, para que al momento de corregir y asignar las obligaciones diarias no se contradigan enfrente del niño y este no se confunda.
El favoritismo con los hijos se debe eliminar, las tareas del hogar son para todos. Lo básico para que sus niños sean participativos es hablar y enseñarles con buenos modales y con amor, o sea enseñar haciendo no solo enseñar diciendo.