PARÍS, FRANCIA.- Era la madrugada del 31 de agosto de 1997 cuando la princesa Diana sufría un fatal accidente que pocas horas después le arrebataría la vida, dejando a su paso una estela de luto, dolor y teorías conspirativas sobres las causas de su repentina muerte a los 36 años.
Diana, fue sacada de entre el amasijo de hierro y fue llevada de urgencia al Hospital Pitié-Salpetriere de París, pero a las cuatro de la mañana de ese domingo y después de varios intentos por salvarle la vida, los médicos la declararon muerta.
Pasaron solo 15 horas desde que Lady Di ingresó al centro médico hasta que fue repatriada hacia Reino Unido donde se preparó un funeral al que asistieron miles de personas.
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Una de las personas que pasó más de 10 horas con el cuerpo de la princesa Diana fue Colin Tebbutt, quien se desempeñó como chofer y guardaespaldas de la madre de los príncipes William y Harry.
Dos horas después de declararse muerta, se le avisó a Tebbutt que debía organizar un funeral en tiempo récord para alguien que ya no formaba desde hace más de un año a la familia real, desde que oficializó su divorcio con el príncipe Carlos.
Colin viajó de emergencia hacia el hospital donde se encontraba Diana y reveló al Daily Mail que el impacto que sintió cuando entró a la habitación donde reposaba su cadáver. “Los funcionarios franceses entraban y salían para presentar sus respetos, y ahí estaba mi jefa, en una cama normal, luciendo como si estuviera dormida”, mencionó.
Tebbutt relató que quedó en shock e intentó resguardar la intimidad de la princesa porque estaba desprotegida y vulnerable. “Les dije a los franceses que no me parecía bien que entraran y salieran a verla, ya que no era acorde a ninguna tradición británica”, por lo que pidió que la llevaran a un lugar más privado porque la habitación no tenía cortinas y a través de las ventanas alguna persona podría intentar tomar fotos.
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“Miré hacia afuera y pude ver gente en los techos cercanos, fue desesperante. Inmediata pedí mantas y las colocamos en las ventanas”, confesó que estaba indignado por la falta de cuidado que había de parte del personal médico.
El sacerdote Yves-Marie Clochard-Bossuet realizó una vigilia durante toda la madrugada donde rezó por el eterno descanso de la princesa de Gales.
Funeral organizado por la corona
Según Tebbutt, como si el panorama no fuese suficientemente desgarrador, también había el problema que nadie podía mover a la princesa hasta que llegara la funeraria de la familia real.
Lo único que hicieron en el hospital fue trasladarla a otro lugar donde estuviera a “salvo” de los curiosos, fue aquí donde Tebbutt la acompañó por las siguientes 10 horas.
Y es que aunque Diana ya no formaba parte de la realeza, la monarca, la reina Isabel II, decidió que el funeral fuera organizado por la corona.
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Según varios medios no era la primera idea, pero al ser la madre de sus dos nietos, y futuro herederos al trono, hubiera sido mal visto que no se ofreciera el Palacio de Saint James para la despedida privada y la Abadía de Westminster para el evento público.
En el lugar donde esperaban los restos de Diana a la funeraria había demasiado calos en el ambiente, por lo que su fiel amigo y protector mandó a pedir que trajeran un equipo de aire acondicionado.
“Lo enchufé y solo por un segundo, un destello de tiempo, parecía que ella estuviera viva; su cabello se movía y sus párpados también, pero tan solo era la brisa del ventilador”, relató. Asimismo, aseguró que este fue el peor momento de su vida porque fue ahí que comprendió que su jefa no volvería a abrir los ojos.
El presidente francés, Jacques Chirac, y su esposa, también acompañaron el cuerpo de Diana y rezaron por su alma y su eterno descanso.
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Para el medio día del 31 de agosto, el exesposo de Diana, el príncipe Carlos, y sus dos hermanas -Sarah y Jane Spencer- ya iban camino a recoger el cuerpo.
Asimismo, se conoció que se le permitió a dos empleados de una funeraria francesa que realizarán un proceso de conservación del cuerpo de Lady Di, es decir un rápido embalsamamiento, lo que evito que se pudieran hacer pruebas a su cuerpo.
Esta decisión despertó durante varios años teorías conspirativas sobre un supuesto atentado contra Diana porque supuestamente estaba embarazada de su novio Dodi Al Fayed.
Una vez llegado el momento de trasladar el cuerpo de Diana, Tebbott contó: “Le pusieron un vestido largo negro diseñado por Catherine Walker, una de sus diseñadoras insignia, colocaron en sus manos una foto de sus dos hijos, la misma que llevaba en el bolso que fue recuperado del accidente,, y un rosario que le dio la Madre Teresa de Calcuta”.
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Para las dos de la tarde, el cuerpo dentro de un féretro abandonaba el hospital bajo una guardia de honor compuesta por 12 hombres que la escoltaron hasta el aeródromo militar donde esperaba el “Royal Flight”. A las 6:30 de la tarde millones de personas observaban el aterrizaje del avión que llevaba los restos de Diana.
Una semana después, el 6 de septiembre, se realizó el funeral en la Abadía de Westminster. Tiempo después fue enterrada en Althorp House, el lugar donde Diana pasó su infancia.
