TEGUCIGALPA, HONDURAS.- “Tú eres... un niño bajo la lluvia... Tú eres... del mundo de los olvidados...”. Letras como estas han convertido a Orin’s en un referente no solamente del rock hondureño, sino también de la cultura musical de la región.
Parece una utopía creer que han pasado más de tres décadas desde el lanzamiento de “Prisionero”, aquel primer disco que presentó a la banda de manera oficial. El “Prisionero Music Fest”, celebrado el pasado fin de semana, le rindió tributo.
Así que aprovechando el acontecimiento, que no podía pasar desapercibido entre los portadores de camisetas negras, aquí una entrevista que recopila las vivencias más marcadas de Orin’s desde sus inicios hasta ahora.
¿Cómo y con quiénes nació la banda? Háblenme del momento en que inició esta aventura.
Orin´s nació en el colegio San Francisco, en 1989, inicialmente con Juan Carlos Sierra, Alex Castro y Mario Vidal. A finales de ese año se sumó el bajista Martín “Pirry” Hernández, con quien se conformó el primer Orin´s formal y se desarrolló una serie de toques en open house; fiestas en casa a las que todos estaban invitados.
Ese mismo año se grabó el primer tema, “El VD RAP”, que hacía alusión a los compañeros del aula a la que asistían los tres miembros fundadores. Aún recuerdo el día que se “lanzó”. Fue en una fiesta en la colonia Satélite de la capital. A los invitados les gustó tanto que pedían que se pusiera una y otra vez, hasta que un amigo quebró una botella, se armó un relajo y la fiesta se descontroló, dejando tirado el casete con la canción en el equipo de esa casa.
¿Conserva a todos sus fundadores? ¿Quiénes se han ido sumando a lo largo de estos 30 años?
Actualmente, ninguno de sus miembros fundadores pertenece al grupo, pero siguen brindando colaboraciones en composición musical. Los primeros en salir fueron Juan Carlos Sierra y Mario Vidal, siendo sustituidos por Jr. Banegas y Cristian Sierra, respectivamente. Con estos integrantes comenzó realmente la aventura de Orin´s. Compusimos las ocho canciones que integran el disco “Prisionero”.
Luego, por el tipo de composición armónica, nos vimos en la necesidad de incluir una segunda guitarra, esfuerzo que fue infructuoso, por lo que el Pirry la tomó y entró al grupo Óscar Fernández en el bajo, alineación con la que nos mantuvimos más de 10 años continuos. Con la ida del Pirry a Estados Unidos, entró Jacko Amaya en la segunda guitarra. Luego salió Óscar Fernández y se incorporó Neto “Spyder” Díaz a sustituirlo, con muy buen suceso, ya que fue parte importante de la composición y arreglos del segundo disco, “Entropía”. Por el grupo han pasado otros grandes músicos como Rony Ponce y Will Aguilar, de forma efímera.
Finalmente, con la salida de Alex Castro, el único miembro fundador que quedaba, y Jacko Amaya, ingresaron Lenín Sosa y Juan Carlos “Tutu” Hernández, los actuales guitarristas del grupo. Ambos se incorporaron el mismo día, en 2015.
¿Qué bandas musicales han influido en el concepto general de Orin’s?Cada uno de nosotros tiene sus influencias musicales muy dispares, desde Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Metallica, Ozzy Osbourne, Megadeth, Pink Floyd y muchas más. Sin embargo, algo que nos une a los actuales y anteriores miembros es la admiración musical por Iron Maiden; sus composiciones, estilo musical, letras y sobre todo el manejo del grupo como “marca”, han provocado que sean nuestro modelo a seguir.
¿Por qué creen que “Niños bajo la lluvia” es considerada el himno de la banda?
La respuesta del público a la canción es lo que ha hecho que sea un himno de rock nacional. Hay personas que nunca han escuchado de Orin’s, pero al mencionarles NBLL, la reconocen y hasta se la saben. Ya es parte de la cultura musical de nuestro país e incluso de la región. Llegó a ser, según la ACAN EFE, la canción más escuchada a nivel centroamericano en los 90.
¿Cuáles han sido las claves para mantenerse vigentes por tanto tiempo?
Esta parte ha sido difícil. De hecho, estuvimos varios años en los que solo nos reuníamos a tocar para eventos benéficos a los que nos invitaban. No fue hasta en 2009 que retomamos con fuerza el grupo, decidimos no tocar más covers y dedicarnos a componer nuestra propia música, y fue la mejor decisión. Requiere constancia, trabajo, tolerancia. No es fácil que cinco cabezas con diferentes formas de pensar y actuar coincidan siempre, pero la música nos une y las ganas de crear, producir y tocar no se acaban. En un país como el nuestro es difícil permanecer, pero no imposible.
¿Cuáles son las temáticas que más les interesan y sobre las que escriben sus canciones?
Hablamos de varios temas, sin embargo, la temática social ha sido la más relevante, con canciones como “Prisionero”, “Planeta azul” y “Sin luz”, que tratan los problemas ecológicos del mundo, pasando por otros mundanos como “Por un instante” o “ROH”, y el desamor por medio de “La gitana” o “Historias de tarot”. Hablamos de lo que el alma desea en ese momento o de las circunstancias que nos rodean y de las cuales no somos ajenos.
¿Qué opiniones tienen sobre las bandas de rock hondureñas y la industria musical del país?
Tenemos mucha admiración por el trabajo y la tenacidad de las bandas hondureñas, y no solo de rock, por eso desarrollamos el “Prisionero Music Fest”, como una pequeña muestra de cómo la música puede convivir entre géneros, sin caer en los extremos.
Hablar de industria musical en el país, no creo que sea la palabra, porque estamos muy lejos de tener una industria. Los grupos debemos unirnos y buscar generar cambios positivos para el gremio, profesionalizarlo, hacer mejores propuestas musicales, montajes, eventos y desarrollar la escena desde el aspecto empresarial, comenzar a vernos como empresas que deben ser remuneradas, así como cualquier otro servicio.
¿Qué experiencias emblemáticas sobre el escenario han marcado estas tres décadas?
Muchísimas y hermosas. Compartir escenario con grandes bandas, músicos y hermanos como Diablos Negros, Delirium, Khaos, Guillermo Anderson, Café Guancasco, entre otros. Y los más bello de todo, ver el apoyo de la gente cantando nuestras canciones. Hemos tenido experiencias grandiosas como ser teloneros de Rata Blanca, de Argentina, y Transmetal, de México, aparte de la producción de nuestros propios eventos.
¿Alguna anécdota atípica que recuerden con algún fan?
En 1993, Delirium nos invitó a tocar en el Megametal de ese año. Una empresa nos patrocinó la primera camiseta que hicimos, alusiva al disco “Prisionero”. Nos las entregaron el mismo día del evento a las 6:00 de la tarde. Nadie más que nosotros debía tenerlas. Pero, para nuestra sorpresa, cuando íbamos camino al local donde se realizaría el evento encontramos a un seguidor del grupo vistiendo una (ja, ja, ja). Ni nosotros la andábamos puesta y el tipo ya la había estrenado. Suponemos que era operario de la empresa que nos las donó.
Sumado a esto, en plena presentación, el Pirry mostró nuestra nueva camiseta y se le ocurrió tirarla al público para que alguien se hiciera de ella. Al hacerlo, una avalancha de personas se tiraron a querer agarrarla y casi botan la tarima donde estaba la consola de audio. Yo desde la batería miraba como Horacio Planas, sonidista del evento, agarraba o se agarraba de la consola para no caer (ja, ja, ja). Casi termina ahí el concierto.
¿Cuál ha sido su momento más difícil como grupo a lo largo de esta aventura?
Creo que cuando perdimos el concurso para poder ser teloneros de Héroes del Silencio, en 1996. Sentimos que fuimos boicoteados. En ese momento Héroes estaba en su mayor apogeo, y nos decepcionamos tanto que pasamos mucho tiempo en que nuestro ímpetu se vino abajo. Caímos en un letargo creativo y de ánimo, que prácticamente ni tocábamos. Nos desaparecimos de la escena por un buen tiempo.
Más recientemente, ¿qué impresiones como grupo les dejó el Prisionero Music Fest?
Grandiosas. Fue un evento producido por todo lo alto; el montaje, la propuesta musical, las bandas, el público y sobre todo el apoyo de las marcas fue muy gratificante. Esperamos que la gente que asistió lo haya pasado tan bien como nosotros. Sabemos que hay cosas que mejorar, pero la experiencia y el aprendizaje fueron muy buenos y amplios.
¿Tienen alguna producción en puerta? ¿Otra celebración más por este aniversario?
Sí, hay muchas cosas por venir. Vamos a celebrar todo el año con toques en bares pequeños. Queremos recorrer la mayor cantidad de ciudades a nivel nacional y cerrar con el “Prisionero Music Fest 2024”. También promocionar nuestra cerveza “Prisionero”, conmemorativa del 30 aniversario del lanzamiento del disco homónimo. Además, estamos planeando desde ya el Christmas Heavy Metal Fest, con la intención de recaudar juguetes nuevos para hogares de niños, entre otras cosas, y que pretendemos se realice el 17 de diciembre en Tegucigalpa.