Para este talento galardonado con el prestigioso Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez (2017) con su obra “El estado natural de las cosas”, la escritura representa un intento por llegar con lenguaje poético a una emoción a través de la palabra escrita, cuyo fin es generar un sentimiento en aquellos que lean sus historias.
Con una demostración de timidez, orgullo, pero sobre todo entusiasmo, el apasionado escritor habló en exclusiva con diario EL HERALDO sobre el elemento esencial en sus obras, los retos más complicados a los que se ha enfrentado como escritor y sobre su próximo proyecto literario.
¿Qué representa para usted la escritura?
Para mí, la palabra no es meramente un utensilio práctico, sino que es un motor que tiene la facilidad de generar nuevas ideas, sentimientos y emociones. Para mí, escribir es explorar un poco esa capacidad que tiene el lenguaje de hacernos más grandes o de hacer el mundo más complejo, entonces me gusta ese expresión: escribir es mirar hacia afuera para conocernos más adentro.
¿Cuál es el elemento esencial en las obras que ha realizado?
Pues me atrevería a decir que existe esa soledad y ese cuestionamiento de la identidad, porque yo creo que es algo que nos acompaña durante toda la vida, una duda sobre quiénes somos y sobre si podríamos ser mejores o peores personas, dependiendo de las circunstancias que nos ha tocado vivir, entonces es algo que me pregunto a través de la escritura por medio de los personajes, saber de qué otra forma pudieron haber ocurrido las cosas, si hubieran nacido en otro lugar, si hubiera hablado otro idioma, si hubiera tenido otra familia, me hubiera criado en otro entorno, ese es el común de mis historias… la identidad.
¿Cuáles son los retos más complicados a los que se ha enfrentado como escritor?
En mi caso, creo que empatizar o proyectarme a través de unos personajes que yo no podría ser nunca. En el último caso, por ejemplo, la novela que estoy escribiendo ahora tiene un personaje de una madre cuyo hijo ha sufrido abusos sexuales por parte del padre, entonces meterme en el sentimiento que ha de tener esa madre es un ejercicio muy complejo, porque en primera yo no soy mujer, yo no soy madre ni tengo un hijo abusado por su padre, entonces creo que lo más difícil es ser capaz de sentir lo que una mujer pudo haber sentido, ese es el gran reto, meterme en un papel distinto al que me ha tocado vivir, algo que solo se puede llegar con imaginación.
¿Cómo fue el proceso de creación en “El estado natural de las cosas”?
Fue de forma natural, no pensaba en cada una de las historias que escribí para ese libro, pero quise hacer una obra con mis historias, entonces fue allí que entré en la selección de cuáles relatos tenían un hilo en común que los pudiera juntar, y fue el proceso de varias historias. Algunas iban primero, otros iban después, en un proceso que duró 10 años entre el que escribí el primero y el último.
¿Qué anhelo u objetivo busca transmitir con su escritura?
Pues buscaría transmitir la idea de que no pueda juzgarse a nadie porque no todos hemos nacido con los mismos privilegios, es decir, que también lo que hace la literatura es colocarnos en situaciones distintas a las que hemos afrontado con la finalidad de comprender la forma de pensar de los demás, a través de la imaginación en distintos entornos, poder darnos cuenta de que si somos diferentes, es porque hemos crecido en mundos diferentes.
¿Qué próximos proyectos están por venir?
Estoy trabajando en una novela corta, no muy larga, que se llamará “Caballo sea la noche” y es una obra que va a tener cinco capítulos y solo cinco frases, y que van a ser frases muy largas, en el que se van a alternar diálogos entre la madre y el hijo sobre las tragedias ocurridas en el ámbito familiar.