Tegucigalpa, Honduras.- Este domingo 27 de octubre, la emoción y la alegría inundaron las calles de Ocotepeque, donde el filántropo y creador de contenido japonés, Shin Fujiyama, fue recibido por la gente con algarabía, como un auténtico héroe tras completar su épico desafío de correr 3,000 kilómetros con el objetivo de construir diez escuelas más en Honduras.
El desafío de Shin comenzó desde la frontera de México y Estados Unidos. Su trayecto incluyó paradas en Guatemala y El Salvador, para finalmente culminar en tierra hondureña. “¡Sí se pudo, sí se pudo!”, gritaban pobladores que aguardaban por su regreso.
Con el pabellón de Honduras en la mano y rodeado de compatriotas, Shin Fujiyama llegó al cruce de El Poy, entre Honduras y El Salvador, donde recibió un caluroso recibimiento.
El municipio de Ocotepeque se llenó de ovaciones, pancartas y abrazos, como si estuvieran recibiendo a un familiar querido. “¡Bienvenido a casa, Shin!”, gritaban sus seguidores mientras él era levantado en hombros.
De su lado, Shin denotaba una inmensa alegría por el grato recibimiento de los hondureños tras su travesía de 105 días.
De hecho, autoridades locales anunciaron que le entregarán las llaves de la ciudad como un reconocimiento por su ardua labor en pro de la educación de la niñez de Honduras.