Desde que la exactriz estadounidense llegó al palacio se le acusó de ser una diva caprichosa y exigente, tanto así que se dijo que Harry le pidió al personal que a su prometida se le diera lo que ella quería.
Según reveló Andrew Morton, biógrafo de la princesa Diana y escritor del libro: Meghan, una princesa de Hollywood, el mismo nieto de la reina Isabel se enfrentó a ella, semanas antes de la boda, para que su futura esposa tuviera lo que ella deseara.
Morton, revela en los nuevo capítulos que la monarca no se quedó callada ante la petición de Meghan por una corona específica para lucir con su vestido de novia.
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Se presume que ante la petición de la protagonista de Suits, Isabel le habría dicho a su nieto: 'Se pondrá la tiara que yo le dé'.
Y es que Meghan había solicitado tener la corona que luciría el día de su enlace nupcial con Harry para ver el look completo - peinado y corona-, pero esto no le fue posible por motivos de seguridad y de los protocolos de la realeza.
Según Morton, Harry tenía ansiedad los días previos a su boda el 19 de mayo de 2018.
De acuerdo a la tradición, las mujeres de la realeza no pueden utilizar una corona hasta el día de su boda y en el caso de Meghan fue un día antes de su boda que se decidió que usaría la tiara de la reina María y que forma parte de la colección personal de la reina Isabel.
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Además, se conoció que esta no era la tiara inicial que Meghan quería para su gran momento, según el biógrafo Omid Scobie, la duquesa eligió la tiara Greville Emerald Kokoshnik, pero no le fue concedida.
Esta tiara fue utilizada meses después por Eugenia de York, nieta de la reina, en su boda con Jack Brooksbank.