SEGOVIA, ESPAÑA.-El sol se sonroja cada vez que se esconde, y colorea lentamente el cielo con un tono perfecto que hechiza, de la manera más tierna, a quien tiene el privilegio de apreciar un hermoso atardecer... especialmente si es en Segovia, la ciudad de España con los crepúsculos más perfectos, de esos que hipnotizan y enamoran.
Esta ciudad y municipio español es visitado a diario por miles de turistas que aman la historia, el arte y aprecian esos paisajes que envuelven hasta al menos romántico. La primera parada, casi obligatoria, al hacer el recorrido por esta encantadora comunidad de Castilla y León tiene que hacerse en el acueducto romano, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985.
Este canal es considerado la obra de ingeniería civil romana más importante de España, y es uno de los monumentos más significativos y mejor conservados de la antigua Roma en la península ibérica, por esa razón, nunca puede faltar la fotografía donde sonría y tenga de fondo esta imponente obra de construcción elaborada por amantes y apasionados de la arquitectura.
Es importante mencionar que la arquería del acueducto es el hito arquitectónico más importante de la ciudad, razón por la que se ha mantenido en funcionamiento a lo largo de los años y hasta ahora se conserva en perfecto estado.
Además, fue sometido a un minucioso proceso de restauración que ha durado casi ocho años para garantizar su supervivencia.
Probablemente, luego de apreciar esta impresionante obra de piedras, localizada en la emblemática plaza del Azoguejo, también querrá perderse, de forma intencional, por las estrechas calles para respirar el aroma a ciudad vieja y cuyas edificaciones refugian parte importante de la esencia e historia de España.
El casco antiguo cuenta con diversidad de edificios históricos tanto civiles como religiosos, no solo católicos, sino también judíos, como el barrio que ocupó esta minoría que recuerda el paso de las diferentes culturas por la ciudad. Uno de los mejores ejemplos de esa diversidad cultural está representado por la antigua sinagoga, actualmente iglesia del Corpus Christi.
El encanto del Alcázar
Tras cruzar por un puente cubierto de árboles y un par de estrechas calles de tierra, se observa desde abajo la arquitectura que deja sin habla a los turistas. Este palacio real, situado en lo alto de una roca entre los ríos Eresma y Clamores, aparece documentado por primera vez en 1122.
De acuerdo con historiadores, fue una de las residencias favoritas de los reyes de Castilla, construido en la transición del románico al gótico, y en el que destaca la decoración de sus amplios salones.
En la actualidad, el Alcázar guarda entre sus paredes al Archivo General Militar de Segovia y el museo del Real Colegio de Artillería, gestionado por el Patronato del Alcázar.
Además, la ciudad cuenta con numerosos palacios medievales con fachadas, portadas, patios de columnas, escudos y torreones.
La arquitectura civil tradicional
de la ciudad se caracteriza por un estilo propio de tejados segovianos con la típica decoración de esgrafiados en las fachadas, toda una obra artística que vale la pena apreciar.
Como después de un día recorriendo tan encantadora ciudad es normal que el apetito despierte, en ese caso lo ideal es degustar la gastronomía segoviana de la que destacan el famoso cochinillo asado, las populares perdices a la segoviana y, para los de gustos menos complicados, bastará con las populares patatas guisadas con chorizo.
Finalmente, el agradable clima de la bella Segovia inevitablemente invita a una breve siesta, pero antes toca resumir que viajar por este pequeño rincón español regala una experiencia que transporta por la historia, el arte y brinda ese momento tranquilizador y romántico que todos, en algún momento de nuestras vidas, necesitamos.
