Los Ángeles, Estados Unidos
La lluvia amenazaba con arruinar el Festival Internacional de Cine de Toronto, pero con paraguas en mano, la gente esperaba igual sin quejarse en la puerta del Teatro Princess of Wales, solo por ver de cerca en la alfombra roja a Shia LaBeouf.
Inaugurando la primera noche con la función de gala, la película Borg McEnroe ni siquiera lo tiene como la gran estrella, porque tal cual como en la vida real, en la historia tiene más protagonismo Bjorn Borg (interpretado con un parecido increíble por Sverrir Gudnason).
Pero Shia sigue siendo el más famoso, detrás del rol de John McEnroe. Y después de habernos invitado al estreno mundial para verlo, con él mismo en la sala de cine, se sentó para hablar abiertamente sobre los paralelos de la fama en el tenis y su fama de Hollywood.
¿Lo conociste personalmente a John McEnroe?
No, no lo conozco personalmente a John McEnroe. Me encantaría conocerlo, pero es una persona muy ocupada.
¿Al menos sabías jugar bien al tenis antes de filmar una película sobre él y Bjorn Borg?
No (risas). La verdad, lo aprendí como un baile, como movimientos de danza. Podrías haberme dado 20 años y jamás jugaría como McEnroe. Desde el principio del proceso, después de las pruebas de cámara, sabíamos exactamente lo que necesitábamos y lo aprendí como si fueran pasos de baile. De verdad, yo nunca había jugado antes al tenis.
Incluso en el rodaje me rompí el pie practicando con Sverrir Gudnason (que tiene el rol de Bjorn Borg). Y me llevó tanto tiempo recuperarme que no pude volver a jugar.
¿Es verdad que te habían ofrecido antes otra producción para filmar la vida del tenista John McEnroe... y te negaste?
Sí, pero aquel guión era una sátira y no me pareció que lo estaban tratando a McEnroe con respeto. Ni siquiera le tenía empatía. Era como un grito de payaso. No era necesariamente el rol de McEnroe que me atrajo. Pero a mí me había gustado la primera película del director Janus Metz. Cuando filmamos Fury vimos religiosamente su película “Armadillo” y le robamos algunas cosas.
Y cuando me enteré que estaba preparando una nueva producción, leí el guión y me emocionó. Me pareció una poesía y sentí mucha catarsis.
Hay una frase en la película donde dices: “No entienden lo que significa jugar al tenis. Ninguno lo entiende porque no lo juegan”... Bueno, te faltó un par de insultos en el medio, pero es bastante parecido (risas). Y lo que quiere decir es que el único que podía entenderlo a él era la otra persona que estaba del otro lado de la red.
¿Crees que es un incomprendido, por toda su rebeldía o el odio que expresaba en medio de un partido, generando también cierto odio en la gente que lo iba a ver?
Sí. En cierta forma es como ver “Amadeus”, donde él era el personaje de Mozart. Y yo vi muchas veces “Amadeus”. Yo no creo que nadie lo haya entendido bien a McEnroe.
Él era demasiado joven cuando empezó. Todo era demasiado rápido y fuerte. Solo trataba de ganar. Recién después que terminó aquella temporada (que muestra la película) empezó a plantearse quién era y lo que él quería.
El perfil rebelde de John McEnroe se parece bastante a la fama de Shia LaBeouf. Mientras McEnroe era famoso por pelearse o insultar dentro del court de tenis, Shia ya era famoso en el cine (con Transformers) cuando por ejemplo en el año 2005 la Policía tuvo que intervenir porque había amenazado al vecino que le había bloqueado la entrada de su garaje.
¿Te identificas hasta cierto punto con la rebeldía de John McEnroe, cuando los periodistas solían preguntarle sobre su comportamiento y él solo quería hablar de tenis... tal cual como cuando queremos preguntarte sobre tu vida privada y en tu caso solo quieres hablar de cine?
Es otro de los paralelos que siento con él, sí, seguro. Es parte del sentimiento de catarsis que tuvo esta película para mí.
¿Qué tan lejos quieres llegar con este rol entonces? ¿Es una forma de mostrar que la gente tampoco te entiende, como a McEnroe?
Y sí, es toda una catarsis. Tengo que insistir en el tema, pero no quiero ponerme el pie en la boca. Cuando leí el guión me di cuenta de los paralelos y por eso me identifiqué tanto cuando la hicimos, aunque no tuve ninguna reflexión durante el rodaje, pero al verla me siento muy orgulloso de toda la producción porque expresa algo que siento muy profundamente.