EL HERALDO tuvo acceso al último informe de la Secretaría de Salud que indica que el personal infectado por el virus pasó de 583 (el pasado 7 de junio) a 1,221 hasta el pasado domingo, es decir que aumentó en un 109%.
El reporte señala que para el 21 de junio 462 enfermeras auxiliares, 336 médicos, 112 licenciadas en enfermería y otros 311 trabajadores sanitarios se habían contagiado en la lucha contra la pandemia.
Para esa misma fecha, el reporte nacional de infectados sumaba 12,771, lo que al hacer un cálculo matemático con los 1,221 médicos, enfermeras y demás personal podemos decir que entre nueve y diez de cada 100 contagiados trabajaban en el área sanitaria.
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Las cifras son alarmantes, pues la curva epidemiológica de casos sigue en aumento y entre los afectados están decenas de especialistas que han estado en la primera línea desde el 11 de marzo que inició la pandemia en Honduras.
Solo en el Hospital Escuela, uno de los centros que fue designado de último momento para recibir pacientes de covid-19, hay más de 70 trabajadores de salud infectados, según denunció Mauricio Corrales, presidente del sindicato de trabajadores de ese centro asistencial.
Corrales no especificó las áreas de trabajo de los contagiados, pero aseguró en comunicación con HRN que entre los afectados había varias mujeres en estado de gestación.
El reporte de la Secretaría de Salud solo menciona el número de infectados por profesión u oficio en el área de la salud, pero no por centro asistencial. Tampoco da detalles de las muertes.
De los casos hasta el 21 de junio que no corresponde a médicos o enfermeras, 63 eran técnicos en laboratorio, 32 técnicos instrumentistas, 24 odontólogos, 27 microbiólogos y 20 médicos en servicio social.
También había 20 psicólogos, 18 técnicos en rayos X y siete enfermeras que realizan su servicio social.
Enfermeros son los más afectados
Aunque todo el personal médico se encuentra en la primera línea luchando contra el covid-19, los enfermeros auxiliares son los que más han resultado contagiados.Un análisis realizado por la Unidad de Datos de EL HERALDO al informe de Salud, muestra que de cada 10 trabajadores del área de la salud infectados, cuatro son enfermeros o enfermeras auxiliares.
Para Josué Orellana, presidente de la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros Auxiliares de Honduras (ANEAH), estas cifras solo tienen una explicación: “la enfermera y enfermero es el que está en el trabajo directo con el paciente, canaliza, recibe al paciente, le pone el suero, le toma los signos vitales, le pasa la sangre, le pone el oxígeno, el que hace todos los cuidados inmediatos al pacientes, estos se ve reflejado en el contagio de más de 460 enfermeras auxiliares”.
Según Salud, son 462 los enfermeros contagiados, todos mientras realizaban sus labores. Las autoridades no han dado una cifra de muertes durante la pandemia, pero Orellana aseguró que son cuatro enfermeros los que han perdido la batalla contra la enfermedad.
Hasta el 13 de junio Honduras tenía 260 enfermeras infectadas, pero para el 21 de junio la cifra subió a 462.
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Cortés, que con una mínima diferencia de casos con Francisco Morazán, sigue siendo el epicentro del virus, es el departamento que más personal médico tiene infectado. Según Orellana, más del 62% de enfermeras con covid-19 están en ese departamento.
Seguidamente está Francisco Morazán y Choluteca, donde “se han contagiado el 26.5% de las enfermeras”, especificó. Orellana también aseguró que hay cinco enfermeras hospitalizadas y que dos, que son de Cortés, están en condición delicada.
El presidente de la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros Auxiliares considera que un 30% de los trabajadores están contagiados hasta la fecha, pero como no hay pruebas rápidas para detectar los casos ellos solo se guían por la sintomatología.
Esta situación también es motivo de saturación en los hospitales, pues entre más personal contagiado exista menor será la atención que ellos faciliten a los pobladores afectados.
Lo mismo ocurre con los médicos generales, pues en 14 días los casos positivos se duplicaron. El número de infectados pasó de 170 a 336.
Según los expertos, el aumento de contagios en el personal de salud los ha orillado a mover empleados de otras áreas a las salas de covid-19, e incluso algunos médicos y especialistas deben doblar turnos para poder atender a todos los pacientes.
Muertes
La Secretaría de Salud no ha publicado el registro del personal médico que ha fallecido hasta la fecha por la enfermedad, pero ya hay varios médicos, enfermeras y microbiólogos que colegas aseguran esa fue la causa del deceso.El caso de Denisse Murillo ha sido uno de los más polémicos, pues hasta la fecha se desconoce si murió por covid-19. La doctora presentó síntomas de la enfermedad y fue hospitalizada, pero en menos de tres días falleció.
Sus colegas aseguran que el deceso fue a causa del nuevo coronavirus, mientras que a la fecha Salud no ha dado a conocer los resultados de la prueba.
El 4 de junio también se conoció sobre la muerte de Glenda Mejía, mientras que el 19 de junio se confirmó el deceso del galeno Alexis Reyes; ambos eran originarios de San Pedro Sula.
El polémico caso de Julio Licona, un microbiólogo del Hospital Escuela, tuvo fin casi una semana después de su deceso (el 2 de junio). El experto murió sin saber que era positivo de la enfermedad, pese a que casi una semana antes de su fallecimiento se había realizado la prueba.
El cuerpo del hondureño permaneció más de 24 horas en su casa, sin que ninguna autoridad realizara el levantamiento, e incluso, sus familiares tuvieron que esperar una semana para conocer que fue el covid-19 lo que le quitó la vida, sin tener oportunidad de un tratamiento.
Más de 20 días después del deceso de Licona, se conoció que la enfermera Dinora Pineda Fuentes fue otra de las víctimas de la enfermedad.
La profesional de la salud, quien trabajaba en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) en San Pedro Sula, falleció después de una larga batalla contra el virus, pero su cuerpo no resistió.
Este pequeño registro, seguramente incompleto, solo muestra la noble labor del personal médico en momentos de crisis, pero más que héroes son víctimas de la situación vulnerable que viven en los saturados hospitales del país.
