El hospital básico de Puerto Lempira fue el último en registrar un caso positivo de covid-19, pero tardó menos de un mes en colapsar por la cantidad de infectados y la falta de espacio para atender a los enfermos.
Además, se trata de una de las regiones más aisladas y olvidadas del país, donde de no ser por un helicóptero o avión de la Fuerza Aérea que viaja hasta Tegucigalpa una o dos veces por semana, no podrían enviar las muestras de las pruebas PCR o solicitar el resto de equipo necesario para la pandemia.
Incluso, conseguir oxígeno en medio de la pandemia es casi imposible. El Hospital de Puerto Lempira, el único de la zona, debe esperar un día entero para que los cilindros de oxígeno lleguen, pero cuando el clima no es favorable la entrega se prolonga aún más.
“Traer insumos de La Ceiba no es lo mismo que yo esté en Trujillo y me quede desabastecida y agarrar un camión y que me vaya para La Ceiba; en cuatro o cinco horas ya estoy de regreso a Trujillo. Aquí no, aquí yo tengo que esperar que venga una embarcación”, contó a EL HERALDO Egla Santely, exdirectora del Hospital de Puerto Lempira.
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Santely explicó que diariamente atienden a unos 20 sospechosos de la enfermedad y que algunos llegan con dificultad respiratoria por lo que deben dejarlos en las limitadas salas, conectados al oxígeno.
La improvisada sala, instalada en el edificio de consulta externa, apenas consta con 14 camillas, pero hasta el lunes eran 17 los pacientes hospitalizados, todos con oxígeno.
Según expertos, cuando una persona no satura bien (no tiene la suficiente cantidad de oxígeno disponible en la sangre y el promedio adecuado es de entre el 95 y el 100 por ciento) empieza a presentar fallas en los órganos vitales, es decir en el corazón, los pulmones y el cerebro.
Para evitar complicaciones en los pacientes, la Secretaría de Defensa (Sedena), institución a cargo del hospital de Puerto Lempira, llevó vía aérea 13 cilindros porque la semana anterior ese centro básico no tenía nada para socorrer a los infectados con dificultad respiratoria.
Y el miércoles, también se conoció que otro avión de la Fuerza Aérea trasladó 15 tanques de oxígeno al mismo centro asistencial.
El Hospital de Puerto Lempira cuenta con apenas 107 cilindros para oxígeno, pero el alto número de infectados provoca que el producto químico dure apenas unos días.
“Infra nos apoyó con 77 cilindros más y otra casa proveedora apoyó con 103 cilindros, con este número se está tratando de tener abastecido este insumo que es de vital importancia para esta patología”, mencionó.
En el Hospital de Puerto Lempira no solo se atienden los casos de personas con covid-19, sino que también llegan personas con otras patologías que también ocupan de oxígeno para poder respirar. Pero la prioridad a nivel nacional es contrarrestar los casos de coronavirus.
De acuerdo con el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager), en Gracias a Dios, un departamento con 104,261 habitantes, los casos del nuevo coronavirus casi suman los 300, desde el pasado 13 de junio que se registró el primer infectado.
Sinager también informó que cuatro personas han fallecido en este punto geográfico por la enfermedad, pero Santely afirmó que ya tenían al menos 10 muertes.
Gracias a Dios tuvo un alivió de casi tres meses desde que el virus llegó a Honduras, pero ese tiempo no fue suficiente para conseguir todo lo necesario y hacerle frente a la pandemia.
Sin Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), con el oxígeno limitado y el equipo de bioseguridad justo para atender a las personas, este centro asistencial en Puerto Lempira espera ayuda de forma desesperada, pues sus habitantes no tienen la facilidad de transportarse a otros hospitales del país.
Actualmente el foco de contagios está en Brus laguna y en el casco periférico de Puerto Lempira, donde hay 37 contagiados por cada 10 mil habitantes, según un análisis de datos que realizó EL HERALDO.
Este rotativo conoció que solo en Brus Laguna están 61 de los infectados, por lo que la alcaldesa de La Mosquitia, Teonela Wood, suplicó al gobierno que construyera un hospital en esta zona.
Por miedo a no ser atendidos, algunos pobladores prefieren curarse con remedios caseros, pero en caso de complicarse asisten al único hospital de todo el departamento.