TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El
Covid-19 es una enfermedad silenciosa. Sus síntomas pueden confundirse con una simple gripe que ataca poco a poco el organismo y, en muchos casos, puede llegar a ser mortal.
Aunque Antonio sabía que se arriesgaba a contraerlo, no se enteró que era positivo hasta que ya estaban contagiados dos de sus cuatro hijos y su esposa.
“Esta enfermedad está en la calle”, dijo, mientras supervisaba su local de venta de productos lácteos en el populoso municipio de Villanueva, Cortés.
En efecto, él había contraído el virus en la calle, donde ni el estado de sitio ni las medidas de bioseguridad impuestas desde el 16 de marzo pudieron evitar que fuera uno de los 3,157 infectados en ese departamento, al menos hasta la noche del viernes. “Uno tiene que trabajar para comer”, argumentó.
Los casos de Antonio, sus dos hijos y esposa se suman a la lista de pruebas analizadas en el recién inaugurado Laboratorio de Biología Molecular de Cortés, el cual empieza a arrojar luces de la alta positividad en la zona norte. Por positividad nos referimos a la cantidad de pruebas que resultan positivas del total de tests aplicados.
En menos de un mes (desde el 29 de abril hasta el 27 de mayo), ese laboratorio había realizado 6,352 tests para detectar la enfermedad, pero casi el 60% (3,557) dieron resultados positivos.
En otras palabras, esto significa que seis de cada diez sospechosos en esa zona estaban infectados.
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“Tenemos alta tasa de positividad, más del 50% en este momento. Estamos en la etapa exponencial, es decir que estamos en aumento, aumento y aumento”, explicó Carlos Umaña, presidente de la Asociación Médica del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS).
Umaña mencionó que si ese laboratorio realiza 500 pruebas la mitad saldría positiva, lo que coincide con los datos analizados por EL HERALDO.
Uno de los ejemplos es que el 27 de mayo analizaron 334 pruebas, pero casi el 58% dieron positivo. En cambio, el 22 de mayo, ocho de cada diez indicaban que esas personas tenían el virus.
En los últimos seis días solamente dos fechas tuvieron más resultados negativos que positivos. El análisis puede variar, ya que las autoridades de la Secretaría de Salud no desglosaron el número de tests por día antes del 21 de mayo.
Las muestras analizadas en este laboratorio provenían de San Pedro Sula, Choloma, Puerto Cortés, Villanueva y otros municipios de ese punto geográfico.
EL HERALDO intentó contactar a Francis Contreras, vocero del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (Sinager), para conocer si en este laboratorio realizaban pruebas de otros departamentos, pero no recibió respuesta.
Los informes publicados por la Secretaría de Salud solo especifican la cantidad de pruebas positivas, negativas y el total. En otros casos también mencionaba el acumulado hasta la fecha.
En promedio, este laboratorio realiza 265 pruebas diarias, de las cuales la mitad o más resultan positivas.
Descontrol en Cortés
El alto porcentaje de positivos en Cortés tiene una explicación: el Covid-19 no ingresó por Francisco Morazán sino por Cortés, por lo que las autoridades no lograron trazar la cadena de contagio inicial. El epidemiólogo Manuel Sierra es de esta opinión.“Tenemos el mejor puerto de Centroamérica; uno de los mejores aeropuertos en San Pedro Sula; el retorno de los migrantes que vienen por Corinto de México y Guatemala, que entran por San Pedro Sula; más de 150 mil personas en el valle de Sula, con esos aspectos esa zona se convertía en el punto de entrada inicial”, argumentó.
El primer caso de Covid-19 en Cortés se registró el 17 de marzo en San Pedro Sula, seis días después de que se revelara que la paciente cero había ingresado por el aeropuerto internacional Toncontín, en la capital.
Desde entonces, los casos en la ciudad industrial se dispararon y superaron a los registrados en el Distrito Central.
La enfermedad avanzó de forma más rápida en Cortés, al punto que concentra la mitad de los infectados en todo el país. El segundo lugar estaría Francisco Morazán con el 19%.
“El virus se estaba sembrando silenciosamente (en Cortés) y todas las baterías se estaban concentrando en Tegucigalpa… ese fue uno de los errores”, señaló Sierra.
Para Lesbia Villatoro, jefa de la Región Metropolitana de Salud de San Pedro Sula, la positividad en este departamento tiene varios factores, pero el principal es que las personas no han respetado el toque de queda.
“Es difícil hacer una contención del virus en una ciudad donde no han acatado las restricciones absolutas y donde andan todos como Pedro por su casa, entrando y
saliendo”, criticó.
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De acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la movilidad en Honduras había caído en un 22% para el 16 de marzo, cuando inició el toque de queda, y entre bajos y altos había bajado un 51% al 13 de mayo.
Cortés fue uno de los departamentos de Honduras que más tardó en acatar la cuarentena. Cuando inició el confinamiento, la movilidad de personas en este departamento apenas había caído un 20%, en cambio en esa misma fecha Francisco Morazán tenía un 33% menos.
Los registros del BID muestran el desplazamiento diario de personas que recorrieron más de un kilómetro hasta el 13 de mayo, cuando en estos dos departamentos sumaban 1,953 infectados.
Ambos departamentos son los más afectados por el virus, pero hay una diferencia notable en los contagios.
“Muchos de los casos que fueron a sus casas andaban paseando, visitando las colonias, no andaban mascarilla… Entonces poco a poco se fue sembrando el virus”, especificó Sierra.
Sinager informó anoche en su último balance que habían 4,886 casos detectados (el pasado viernes se diagnosticaron 134), mientras que el número de muertos por Covid-19 subió a 199 (se sumaron tres más a la lista).
Ya se reportan 528 personas recuperadas de la enfermedad, por lo que la cifra de personas aún con la enfermedad asciende a 4,159 casos activos.
