Tegucigalpa, Honduras.- Más de una vez guio sus decisiones en torno a la frase que su madre le decía desde niña: “Puede que seas la primera en hacer muchas cosas, pero asegúrate de no ser la última”.
Así, Kamala Harris se convirtió en 2011 en la primera afroamericana en ocupar el cargo de fiscal general; en 2016, en la primera mujer de ascendencia negra e india en convertirse en senadora y, en 2021, asumió como la primera mujer vicepresidenta de los Estados Unidos. Actualmente, es la primera mujer indoestadounidense en aspirar a la presidencia del país norteamericano, candidatura que ha sido bien vista por ran parte del electorado.
Con esto, Harris marca un precedente para miles de mujeres, haciendo honor a las palabras de su madre, Shyamala Gopalan Harris, para no ser la última en ocupar cargos políticos en Estados Unidos.
Harris, quien es hija de migrantes, dijo ser negra y estar “orgullosa de ello”, por eso ni siquiera se inmuta cuando su oponente republicano, Donald Trump, o sus principales simpatizantes, hacen comentarios racistas.
Su padre, Donald Harris, era un hombre de nacionalidad jamaiquina, mientras que su progenitora emigró a Estados Unidos a los 19 años desde Tamil Nadu, en India.
Harris fue criada con valores progresistas desde que era una niña, especialmente porque su madre, una científica especialista en cáncer de mamá, era activista de los derechos civiles y le inculcó el espíritu de lucha.
En su autobiografía, la actual vicepresidenta de Estados Unidos escribió que su mamá, una mujer de tez trigueña y cabello oscuro, “comprendió muy bien que estaba criando a dos hijas negras”.
Kamala Devi Harris, de 60 años, se crio con su hermana, Maya Harris en Berkeley, California, donde asistían a una iglesia bautista negra y a un templo hindú, porque de allí venían sus raíces. Incluso, su madre decidió ponerles nombres sánscritos para preservar su identidad cultural.
Es una mujer luchadora, independiente, visionaria, quien creció profesional y académicamente antes de querer tener un esposo. A los 50 años conoció en una cita a ciegas al abogado Douglas Craig Emhoff, con quien decidió casarse. Tiene dos hijastros: Cole y Ella Emhoff.
Inicios en la política
Harris estudió en la Universidad Howard, donde inició su vida política al involucrarse en el apartheid en Sudáfrica (sistema de segregación racial que se instaló en Sudáfrica durante el siglo XX) y las relaciones raciales en Estados Unidos.
En 1982 se graduó de Ciencias Políticas y Economía. Posteriormente, estudió en la Facultad de Derecho de la Universidad de California Hastings para seguir una carrera como fiscal.
Sus primeros pasos en esta profesión fueron en la Oficina del Fiscal de Distrito del Condado de Alameda, donde trabajó con casos de abuso infantil y violencia doméstica.
Luego pasó a la Oficina del Fiscal de Distrito de San Francisco y en 2003 fue elegida Fiscal de Distrito de San Francisco.
Siete años después, en 2010, fue elegida como la primera indoestadounidense en ocupar el puesto de Fiscal General de California.
En su gestión, Harris defendió la Ley de Atención Médica Asequible, aplicó leyes ambientales, trabajó por los derechos civiles, la protección de los consumidores y la implementación de reformas en el sistema de justicia penal.
Harris, según expertos, siempre mantuvo una ideología progresista, pues era lo que había aprendido de su madre. Lo hizo en su niñez, en la universidad y como fiscal, incluso en 2017 fue elegida como senadora.
Estuvo en el comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales, así como el comité de Inteligencia. Impulsó la atención de la salud materna y ampliar el acceso al capital para las pequeñas empresas. También impulsó la legislación para combatir el hambre y combatir la crisis climática.
Kamala Harris quiso buscar la presidencia desde 2020, cuando hizo campaña como precandidata por el Partido Demócrata, pero al final aceptó ser la compañera de fórmula -como vicepresidenta- del actual gobernante de Estados Unidos, Joe Biden.
Con Harris siendo la mano derecha de Biden, hubo grandes expectativas de que Estados Unidos también sería más progresistas, especialmente en temas migratorios o que estuvieran relacionados con la comunidad afroamericana, hindú y hasta latina.
Incluso, llegaron a decir que era la sombra de Biden, pues siempre estaba detrás de él en las firmas de proyectos de ley. La decisión más coherente fue eliminarla por completo de esos eventos, pero también generó críticas.
Jamal Simmons, un veterano estratega demócrata que fue contratado como su director de comunicaciones durante el segundo año de Biden, dijo que “la gente esperaba verla como vicepresidenta como si fuera Michelle Obama, pero estaba desempeñando un trabajo... creado para Al Gore o Mike Pence”.
Para Harris nada de eso fue un obstáculo, pues tenía claro su objetivo: seguir en la política defendiendo los derechos civiles. Su papel en ese entonces fue fortalecer las relaciones internacionales con otras naciones: viajó a Polonia luego de la invasión de Rusia a Ucrania en 2022, también sostuvo reuniones bilaterales en Asia cuando había tensiones con China y representó a Estados Unidos, en sustitución de Biden, en la Conferencia de Seguridad de Múnich. En Latinoamérica también visitó varios países, incluyendo Honduras.
En ese mismo año, cuando se filtró un documento que mencionaba la intención de revocar la sentencia Roe vs Wade, que había protegido el derecho federal de las mujeres estadounidenses al aborto durante casi medio siglo, Harris nuevamente apareció en la palestra pública, pero esta vez como activista y defensora de los derechos de las mujeres.
“¿Cómo se atreven? ¿Cómo se atreven a decirle a una mujer lo que puede y no puede hacer con su propio cuerpo?”, mencionó entre la multitud en un evento organizado para defender el derecho al aborto.
Sus palabras enardecieron a la multitud, pero también dejaron claro que detrás de esa mujer había una lideresa que estaba lista para sentar las bases ante una posible candidatura.
Biden, un hombre conservador y que jamás se atrevería a hablar del tema con tanta soltura, lo notó, por eso, cuando declinó a su candidatura, Harris fue en la única en la que pensó para sustituirlo. Era una mujer lista, con capacidad y tenía al Partido Demócrata de su lado.
“Kamala es inteligente, dura, experimentada, una luchadora probada”, afirmó a finales de julio de 2024.
“La oportunidad es preparación combinada con un poco de suerte y yo no caracterizaría esto como suerte, porque nadie quería que fuera así, pero ciertamente estaba preparada para afrontar el momento en que surgiera la oportunidad”, expresó a medios locales un asesor político de alto nivel, cuando fue consultado sobre las aspiraciones políticas de la actual vicepresidenta de los Estados Unidos.
El camino a la presidencia
Los promedios de las encuestas recopilados por FiveThirtyEight a mediados de julio decían que el 51% de los estadounidenses desaprobaban la gestión de Harris como vicepresidenta, mientras que un 37% la aprobaban.
Analistas dijeron que esto ocurrió porque la principal tarea que Biden le encomendó fue reducir la migración a través de la frontera sur de Estados Unidos, función que no ha podido concretar.
Al lanzar su candidatura, las encuestas fueron más favorables para Harris, al punto que el representante por California, Adam Schiff, aseguró que sería una “presidenta fenomenal” y que podría ganarle a Trump “abrumadoramente”, pues sus propuestas eran más integrales.
Para los republicanos era todo lo contrario, una “zar fronteriza” que no detuvo el ingreso de migrantes por la frontera, entonces cuestionaron sus habilidades como candidata, sobre todo al seguir la línea de Biden.
En sus visitas por América Latina, Harris dejó claro -de forma indirecta- que nunca fue su propósito reducir los ingresos fronterizos, ya que lo que ella evitaba era que los migrantes siguieran saliendo de sus hogares y países.
En su visita a Honduras, durante la toma de posesión de la presidenta Xiomara Castro, prometió apoyo económico para educación y salud, hablaron sobre fortalecer la economía e inversión, pero también mostró su preocupación sobre las causas profundas de la migración, especialmente por la corrupción.
El problema, según analistas, es que lo más difícil en estas naciones es atacar las causas de la migración: pobreza, desempleo, inseguridad y corrupción.
Solo en Honduras, a la gestión de Biden le tocó extraditar al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández por narcotráfico, mientras que en Guatemala sancionó al exmandatario Alejandro Giammattei por “corrupción significativa”.
“Le tocó un grupo de socios imposible”, comentó Dan Restrepo, el principal asesor del presidente Barack Obama para América Latina, en entrevista con el New York Times.
Para Harris, “la justicia es una de las principales causas de la migración” porque está provocando que la gente de la región abandone sus hogares de forma involuntaria, es decir, que no quieren irse, pero están huyendo”.
McEldowney, una diplomática que se desempeña como asesora de seguridad nacional de Harris, aseguró que han examinado los programas planteados y defendió a la actual vicepresidenta de ese país al mencionar que ha aprendido mucho de Biden.
“Somos muy conscientes de la necesidad de aprender tanto de lo positivo como de lo negativo, de lo que ha ocurrido en el pasado”.
Y no solo en temas de migración, sino en la economía, seguridad, relaciones diplomáticas, salud, educación y hasta conflictos internacionales.
Propuestas como candidata
Las propuestas de campaña de Harris frente a las de Trump coinciden en algunos puntos, pero también tienen mucha diferencia, pues en temas migratorios Trump proponen deportaciones masivas, pero Harris busca una “reforma integral”.
Aunque sí habla de aumentar el número de agentes fronterizos, también anunció que impulsará “el sueño americano” y de una agenda de oportunidades para los latinos que vivan en esa nación para reducir costos, aumentar la propiedad de viviendas y ampliar las oportunidades laborales.
Las propuestas de Harris van muy apegadas con la formación que tuvo de su madre, pues intenta apegarse a las leyes, pero poniendo los derechos humanos como eje central.
En temas de salud sugiere bajar el precio de los medicamentos recetados, facilitar el acceso a tratamientos y ampliar el acceso a los servicios de salud mental.
Quiere cerrar las brechas en la cobertura, reducir las primas y enfocarse en la atención preventiva.
En cuanto a la educación, sus propuestas son para aumentar el financiamiento de las escuelas públicas, así como ampliar el acceso a la educación superior para los estudiantes de bajos ingresos, ya que considera que “la educación pública, es la última defensa contra una vida criminal”.
Para Harris, como dejó claro en 2022, otro tema central es la defensa de los derechos de las mujeres y la comunidad LGBTQ+, por eso los quiere amparar bajo una nueva ley. En sus propuestas incluye la aprobación de la Ley de Igualdad para consagrar protecciones contra la discriminación en ámbitos como la sanidad, la vivienda y el empleo.
En temas de drogas, uno de los principales problemas que afronta Estados Unidos, afirmó que combatirá a los carteles de la droga y, para ello, inyectará más recursos para la frontera e implementará más tecnología para detectar cargamentos y a traficantes de personas.
Harris también mencionó la importancia de mejorar la economía de Estados Unidos, pero -de convertirse en presidenta- prometió ayudar a las familias de clase media y trabajar en créditos fiscales reembolsable para ayudar a mantener los gastos de manutención. En el ámbito general, dijo que se encargará de la especulación de los precios y reducirá los costos de vida.
Para los expertos, la política exterior será lo que mida la fuerza de Harris, pero consideran que no tendrá piedad, porque “se hace la progresista, pero en realidad defiende con mano dura. Es peor que Rudy Giulliani (el exalcalde de Nueva York que impuso la “tolerancia cero”)”, acusó James Sanchis, un líder social de los “sin techo” de San Francisco.
En su propuesta, Harris busca restaurar el liderazgo de Estados Unidos. En su gestión como vicepresidenta, por ejemplo, ha trabajado junto con Biden para fortalecer las alianzas con la OTAN y en la región Indo-Pacífica, donde se opone a las prácticas económicas y amenazas de China.
Además, mostró su apoyo a Ucrania en su guerra contra Rusia “sin importar el tiempo que dure”.
Sobre el conflicto de Israel y Palestina dijo que garantizará que “Israel sea seguro, los rehenes sean liberados, que el sufrimiento de Gaza termine y que los palestinos puedan tener su derecho a la dignidad, la seguridad, la libertad y la autodeterminación”.
Como activista, Harris fue de las primeras personas en pedir el cese al fuego inmediato y advertir sobre “la catástrofe humanitaria de los palestinos”.
Para ella, la guerra debe terminar, dejando claro que será una de sus metas si llega a ganar la contienda electoral contra Trump.