Personal de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) y del Instituto de Desarrollo Comunitario de Agua y Saneamiento (Idecoas) ejecutaron la obra, sin embargo, solo unos meses duró la alegría, pues según los habitantes, el pavimento comenzó a ceder debido a la falta de planificación de desagües.
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Ahora, tras el paso de Eta y Iota, lo que comenzó como una calle dañada terminó de fraccionarse, soterrando unas tres viviendas del sector y amenazando con derrumbar al menos otras 10.
'Son 60 años viviendo aquí. Acabábamos de remodelar los cuartos y ahora no quedó nada', lamentó uno de los afectados identificado como Donaldo Jesús Castellón, quien junto a sus hermanos, sobrinos y su madre vivió momentos de angustia luego de que el concreto, tierra, piedras y hasta árboles cayeran sobre su techo, soterrando la mitad de la casa y destruyendo las paredes.
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Su hermana Gabriela también recordó que todo comenzó con un crujido cuando el muro de contención se rompió, por lo que sus vecinos les ayudaron a sacar los enseres que aún servían y se trasladaron en busca de albergue donde otros familiares. Sin embargo, ahora tras varios días de darles acogimiento, les han pedido que busquen cuanto antes un nuevo lugar donde vivir; pero las finazas -que ya se veían críticas desde la llegada de la pandemia- debido a la suspensión de su empleo en un restaurante, no ayudan.
Honduras en pedazos
Así como la familia Castellón, miles de personas fueron afectadas parcial o totalmente en sus viviendas, producto de las constantes lluvias e inundaciones que azotaron al país durante casi dos semanas y de forma consecutiva.Según cifras proporcionadas por la Comisión Permanente de Contingencias ( Copeco), hasta el cierre de noviembre 91,275 casas habían sido afectadas en todo el país, de estas, más de 85 mil se vieron dañadas en gran manera.
De igual forma, 926 carreteras sufrieron daños considerables, aunque el número total de vías destruidas es mucho mayor, pues aquí no se incluyen calles como la que casi acaba con la vida de la familia Castellón en El Reparto.
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Frente a los daños dejados en la infraestructura de las ciudades, el gobierno designó comisiones que deben encargarse de reconstruir las áreas afectadas.
A la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep) le corresponde rehabilitar los departamentos de Comayagua, La Paz, Choluteca, Valle, Yoro y El Paraíso, estos últimos entre los más devastados.
De igual forma, Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H) se hará cargo de los departamentos de Olancho, Gracias a Dios, Colón, Atlántida, Cortés, Islas de la Bahía y Francisco Morazán.
Y en el caso de la Secretaría de Estado en los Despachos de Desarrollo Comunitario, Agua y Saneamiento (Sedecoas), trabajará en los departamentos del occidente: Santa Bárbara, Ocotepeque, Copán y Lempira.
Roberto Pineda, ministro de la Secretaría de Infraestructura y Servicios Públicos (Insep), dijo a EL HERALDO que en los seis departamentos bajo su tutela, 'al menos 91 carreteras resultaron seriamente afectadas, al igual que 31 puentes dañados y 18 destruidos, 10 de los cuales se ubican en Yoro'.
El funcionario estimó que un 90% de la red vial del país sufrió severos daños, por lo que se necesitarían al menos cinco mil millones de dólares para reconstruirla. Pineda reconoció que conseguir ese financiamiento será difícil, pero estimó que con al menos 1,800 millones de dólares se podría comenzar a trabajar.
'La red vial del país es el patrimonio más grande que tiene una nación y nosotros íbamos ascendiendo a ser el centro logístico de la región, pero ahora tardará unos años más en lograrlo', lamentó.
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