La princesa Diana era la figura destacada en todos los viajes, opacando al heredero, algo que no encajó bien con la institución monárquica. Pero el interés que provocaba su imagen generó en los tabloides británicos una sed por tener la primicia: Diana en traje de baño, Diana embarazada, Diana siendo madre, Diana de vacaciones, Diana en la casa, Diana fuera de la casa, Diana en actividades oficiales, Diana en actividades cotidianas. La “caza de Lady Di” fue voraz. La princesa Diana quería ser vista tan cercana, que terminó convirtiéndose en un producto para los medios de comunicación. Con ella inició la figura del paparazzi capaz de hacer cualquier cosa por una primicia. Los tabloides británicos ganaban mucho dinero con la princesa.