En una primera ocasión las cosas pasaron así, “Kalimba [iba] al lado mío. Me agarró la rodilla, me empezó a decir que había estado escuchando muy buenos comentarios de mi proyecto”, continuó. “De pronto, sentí que algo tocó mis partes, o sea, su mano la recorrió hacia arriba y fue como... La neta entré en shock y me cerré y puse las manos aquí [en la cara]. Pero no dije nada porque dije, ‘bueno, capaz fue sin querer, para qué hago como un lío ahorita. Ni al caso. Estoy con su gente, con su equipo. [Estoy] aquí desprotegida’”.