Sebastiana Cottón Vásquez fue considerada una de las jefas más violentas del narco en Guatemala.
Tras ser abandonada por el padre de sus cinco hijos, se casó con un narcotraficante local. Cuando él fue asesinado, ella tomó las riendas del negocio hasta convertirse en artífice del tráfico de miles de kilos de cocaína. “La Tana” -como se le conocía en el grupo criminal- fue socia de los hermanos Lorenzana, unos de los narcos más poderosos de Guatemala por aquel entonces. Sus contactos en la frontera eran clave para transportar la droga de los hermanos hacia México, a quienes también les compraba “mercancía”.